
LA RELATIVIDAD DE LA VERDAD
(Génesis 3)
En principio, tratar de explicar la relatividad de las cosas, no es nada fácil. En un momento, Albert Einstein tratando de explicar este asunto dijo: "Cuando cortejas a una bella muchacha, una hora parece un segundo. Pero si te sientas sobre un carbón al rojo vivo, un segundo parecerá una hora. Eso es relatividad" Desde un punto de vista, este tema es muy complejo. Sin embargo, hay situaciones cotidianas a las que, si se puede relacionar la relatividad, mostrándonos cuan variable puede ser un hecho de acuerdo a la posición desde la que vemos las cosas. De ahí que, la verdad de los hechos y el significado que éste pueda tener, va a depender de la experiencia, de la posición en que se esté, de la creencia que tenga cada quien, el punto de vista que se tenga. En materia de fe, este asunto no escapa de esta apreciación. Por ejemplo, toda la Escritura nos indica que la verdad de Dios es absoluta, no es relativa. Sin embargo, Satanás fue el primero en relativizar la verdad absoluta de Dios, con el propósito de engañar y hacer caer a los creyentes en Dios. Creó un nuevo paradigma: la mentira. Más adelante, veremos un caso, ocurrido en el huerto del Edén.
Hoy en día, todo se hace relativo, y nada es tan total o absoluto, definitivo o tajante, al punto de que la sociedad justifica acciones incorrectas como aceptables. Por ejemplo, con respecto a la existencia de valores morales, éstos se relativizan, al punto de que lo que antes se consideraba deshonesto y se reprobaba, ahora se comienza a no verse tal mal, dependiendo de la posición que uno se encuentre. De esta manera, todo se relativiza, nadie tiene la verdad, no hay verdad absoluta. Cada quien puede opinar desde una posición contraria, con respecto a lo real o a lo verdadero, y se debe considerarlo como aceptable lo manifestado. El tiempo real tiene una duración exacta, pero, una situación real, me puede llevar a considerar que ese tiempo no es real, sino relativo. Por ejemplo, para un preso que cumple una larga condena, el tiempo en la cárcel es eterno, sin embargo, para una persona libre, el tiempo es breve. Una moneda, no es igual para un rico, que para un pobre. El peligro de todo esto, es que ahora todo es aceptable, cierto o falso. Esta situación ha calado profundo en la sociedad, en todas las cosas de la vida, social, política, económica, científica, familiar y religiosa. Cuántos se levantan proclamando decir la verdad, sin embargo, muchas veces, es una verdad a medias, relativa o una falsedad. Lo peor de todo, es que muchos creen en esa proclama, y avalan todo lo que se hace. Muchos ejemplos tenemos a lo largo de la historia.
Dicho todo lo anterior, quisiera centrarme en el punto central de la reflexión, que es la verdad absoluta de Dios. Dijimos anteriormente, que la Biblia nos muestra que la verdad de Dios es absoluta. Dios no miente, no cambia de parecer, ni cambia Su verdad (Números 23:19; Tito 1:2). Vayamos al capítulo 3 de Génesis, ahí encontraremos la dualidad de la verdad. Por un lado, la verdad absoluta de Dios, y por el otro lado, la relatividad de esa verdad, hecha por Satanás. Dios había dicho a Adán que de todo fruto del huerto podía comer, excepto el fruto del árbol de la ciencia del bien y del mal, ya que el día que lo comiera, moriría (Génesis 2:16-17). Esta era una verdad absoluta de Dios. La vida del ser humano depende de la obediencia a Dios. De pronto, en el huerto aparece Satanás, para decirle a Eva que lo que había dicho Dios no era cierto, y que más bien, no morirían. Aquí, Satanás relativizó la verdad de Dios. Engañó a Eva, la tentó a comer del fruto prohibido, y lo peor, le dio a comer a Adán. En consecuencia, ambos desobedecieron e hicieron que la muerte se convirtiera en la destrucción de la Creación. Satanás logró su objetivo: la verdad absoluta de Dios, la hizo relativa. Hoy en día, ese virus de la muerte se metió en toda la Creación de Dios. Nadie se salva de la muerte natural. Así también, hoy en día, muchos prefieren escuchar voces que alteran la verdad de Dios, por verdades a medias, relativas o por falsedades.
Hoy el ser humano, no quiere aceptar que, desde el principio de la Creación, hay un orden natural creado por Dios, con sus propias leyes y beneficios, y que alterar dicho orden, tiene sus consecuencias desastrosas. Esto es válido para todo lo que existe en el universo. En estos tiempos, se pretende alterar esta verdad absoluta de Dios, por otras "verdades". Esta situación se da en todas las esferas de la vida humana: la familia, la sexualidad, el origen de la vida, la ciencia, la economía, la política, la filosofía, la ética, y en otras áreas. Cada vez se quiere relativizar la verdad de Dios, alterar el orden establecido por Él, cambiar lo natural, por lo antinatural, lo verdadero por lo falso, desvirtuar la salvación divina y proponer soluciones salvíficas, meramente humanas. Se pretende hacer feliz a la humanidad, relativizando la verdad. Se quiere crear nuevos paradigmas contrarios a la palabra de Dios.
No permitamos que el mundo pretenda relativizar la verdad absoluta de Dios, por "verdades" humanas, que no llevan a la plenitud de la vida, al bienestar y a la felicidad de todos los seres humanos, aquí en el planeta. Que la palabra de Dios, sea enseñada y practicada en todo tiempo y lugar. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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