
LA MANO FUERTE DE DIOS
(Éxodo 14:8; Isaías 41:10)
Muchas veces, en nuestras reflexiones o prédicas, hacemos mención de la bondad y misericordia de Dios, y eso no está mal; pero, pocas son las veces que mencionamos la mano fuerte de Dios. Hacemos mucho énfasis, que Dios es bueno, que perdona nuestros pecados y nuestros errores, de ahí que, tal es su gran amor por nosotros, que envió a su Hijo, Jesús, para que muriera en la cruz por nosotros. Esta es una afirmación muy cierta del gran amor de Dios por su Creación. Es más, toda la Biblia hace mención de ello. Sin embargo, olvidamos que, así como Dios es bondadoso y misericordioso, también es justo y castiga con mano fuerte, lo que está mal o en contra de Su voluntad. En la Biblia, encontramos muchos relatos acerca de la mano poderosa o fuerte de Dios. El relato más convincente del poder de Dios y de su mano fuerte, lo encontramos en la liberación de Israel del poder de Faraón, rey de Egipto (Éxodo 14:8; Números 33:3; Deuteronomio 6:21, 7:8; Daniel 9:15). En esos textos bíblicos, se menciona que Dios sacó a los hijos de Israel con mano poderosa. También, en la Biblia, se hace mención de la mano poderosa de Dios en diversas circunstancias de la vida (Deuteronomio 3:24, 4:34, 7:19, 9:26, 11:2,32:27; Josué 4:24; 2 Crónicas 6:32; Nehemías 1:10; 1 Pedro 5:6). En nuestra vida cristiana, también nosotros hemos experimentado ambas situaciones, lo cual reafirma lo que estamos diciendo.
En otros pasajes de la Biblia, se puede ver cómo Dios actúa con mano fuerte ante hechos que no son de su agrado. El caso de Sodoma y Gomorra, que fue destruida por vivir en pecado (Génesis 19:14-29); la caída de la ciudad de Jericó al sonar de las trompetas (Josué 6:1-20) ; la muerte de los primogénitos de Israel, al negarse Faraón, dejar al pueblo de Dios marcharse hacia la Tierra Prometida (Éxodo 12:2); la muerte del hijo del rey David, al haber cometido adulterio y asesinato (2 Samuel 12:13-19). En todos estos casos, la mano fuerte de Dios se hizo presente. Dios es amor, pero también es justo. Bien se ha dicho, que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23a), entonces, si cometemos algún pecado o rebelión contra Dios, esto no nos exime de alguna sanción de parte de Él. Su mano fuerte se hará sentir en nuestras vidas. En nuestras experiencias de vida, muchas veces hemos caído en pecado, nos hemos rebelado contra Dios, hicimos lo que no nos está permitido. En esas experiencias hemos podido comprobar la mano fuerte de Dios, quien nos ha hecho sentir que Él no estaba de acuerdo con nuestras acciones y por ello hemos sufrido las consecuencias funestas del pecado. No es que Dios sea malo por naturaleza, sino que, Él es justo y fiel a su Palabra. La mano fuerte de Dios nos hace reflexionar sobre nuestra condición de pecado, y si bien merecemos la muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23).
De ahí que, cuando nos encontramos en lo profundo del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso, Dios se inclina hacia nosotros y oye nuestro clamor (Salmo 40:1-2). Él también nos ha prometido que no temamos, porque Él está con nosotros, que no desmayemos, porque Él es nuestro Dios que nos esfuerza; siempre nos ayudará, siempre nos sustentara con la diestra de su justicia (Isaías 41:10). Por un lado, la mano fuerte de Dios, y por otro, su mano de bondad y de misericordia. Esta actitud de Dios no debemos de perderla de vista. De ahí que en nuestras reflexiones o prédicas, debemos considerarlo. Cuando la gente sepa que, Dios es bueno y que quiere lo mejor para nosotros, que sus bendiciones serán derramadas, lo cual se logrará obedeciendo su Palabra y haciendo su voluntad. Pero, si hacemos lo contrario, entonces sentiremos la mano fuerte de Él. Este el verdadero conocimiento del amor de Dios. Lamentablemente, hoy en día se reflexiona o se predica a medias de ese amor divino. O, se enfatiza tanto del amor de Dios y no se hace ver de su justo juicio. O, se enfatiza tanto del castigo de Dios y no se hace ver de su gran amor.
No nos cansemos de anunciar las Buenas Nuevas del Señor, en todo tiempo y lugar, indicando que Él es Amor, pero también es Justo y Fiel. Que la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro (Romanos 6:23). Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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