
HUYENDO DE LA MUERTE A LA VIDA
(Mateo 2:13-23)
El evangelista Mateo, en su evangelio, nos relata los acontecimientos del nacimiento de Jesús, el Mesías prometido, dando cuenta de cómo muchas profecías se están cumpliendo, con relación a Él. Para Mateo, Jesús no apareció inesperadamente en la escena. Todo el tiempo, Dios ha estado generando las condiciones para la venida del Mesías. También nos relata cómo Dios interviene en la historia, a través de sus ángeles, revelaciones, una estrella, una hueste celestial, sabios de Oriente, personas justas y pastores. En verdad, el nacimiento de Jesús, es un gran milagro de Dios, nunca antes visto o conocido. Es maravilloso ver cómo Dios irrumpe en la historia de la humanidad, en momentos de crisis, caos, guerras, odios, vanagloria de los reyes, matanza de gente inocente. Finalmente, Mateo nos dice que Jesús nació en medio de la alegría de sus padres terrenales, María y José, los sabios de Oriente, los justos, los pastores y los ángeles.
Sin embargo, hay una situación que no es muy agradable. Herodes tiene temor del nacimiento del Mesías y está tramando cómo eliminar a este niño recién nacido y que ha de ser el Rey de los judíos, el Rey de reyes. Es así, que con engaños, les dice a los sabios de Oriente, que le avisen dónde había nacido Jesús para ir a adorarle. Cosa que no era cierta. Ahora, en medio del gozo y la alegría, reina la muerte. Hoy en día, pasa lo mismo. Ahí donde hay gozo y alegría, paz, vida plena, manifestación de Dios; la muerte, la violencia, la guerra, el odio, la envidia, hacen su aparición repentina. Pero, Dios sigue actuando y defendiendo a su pueblo y a los que le son fieles. Dios les reveló a estos sabios de Oriente que no volviesen donde Herodes y que regresaran a su tierra por otro camino. Y así fue.
Cuando ya se habían ido los sabios de Oriente, un ángel del Señor se apareció a José en sueños, una vez más, para decirle que huya a Egipto con el niño y su madre. Que se quede ahí hasta que él le avise, ya que Herodes quiere matar al niño. José huyó a Egipto, llevando a Jesús y a María. Es bueno reflexionar, la importancia de Egipto, una vez más, en la historia salvífica. En muchos casos, Egipto representó refugio y protección, y en otros casos, esclavitud y muerte. Ahora, una vez más, Egipto, es el refugio y protección del Mesías. El tema de huir de la muerte, nos recuerda, a Moisés, que para huir de Faraón, quien ordenó matar a niños judíos, fue escondido en los juncos por su madre (Éxodo 2:1-4). El relato bíblico nos dice que Herodes, al verse burlado por los sabios, manda a matar a todos los niños menores de dos años que habían en Belén y sus alrededores. El asesinato de niños varones por Herodes es paralelo a la matanza de niños varones por Faraón (Éxodo 1:15-22). Moisés y Jesús escaparon de los planes asesinos de los gobernantes de su tiempo. Dios los protegió de la muerte. La matanza de los niños causó gran dolor, llanto, lamentación y gemido, entre la población. De esta manera se cumplió lo que había dicho el profeta Jeremías: "Se oyó una voz en Ramá, llantos y grandes lamentos. Era Raquel, que lloraba a sus hijos y no quería ser consolada porque ya estaban muertos." (Jeremías 31:15). Este hecho nos debe hacer reflexionar, de cómo hoy en día, se sigue matando niños por doquier. Ya sea por guerras, venganzas familiares, abandono, hambre, desnutrición, violaciones, y por último, abortos. En la sociedad en general, este hecho se celebra como el Día de los Inocentes. Como una ironía, ese día se hacen bromas de mal gusto, se engaña, de difunden falsas noticias, se toma el pelo a la gente, se considera a la gente como los inocentes. Por último, muchas veces, los niños son los más desprotegidos de la sociedad, son los más vulnerables a la violencia de todo tipo.
Felizmente, la maldad y crueldad de los hombres, no prevalece. Dios permitió que Herodes muriera y con ello, se estableció cierta paz. Otra vez, el ángel del Señor se apareció en sueños a José para decirle que salga de Egipto y vaya a Israel, porque los que los que procuraban la muerte del niño Jesús, ya han muerto. La maldad no siempre queda impune. Dios interviene y hace justicia. Mateo nos informa, que aún hay amenazas en la región. De ahí que a José le es revelado en sueños que vaya a la región de Galilea, para vivir en Nazaret. Con ello, se cumplía una profecía más, que Jesús sería llamado nazareno (Isaías 11:1). Finalmente, Jesús se refugia en Nazaret, nació en Belén, pero no puede vivir ahí, porque no hay las condiciones para una vida en paz. Ahora, Jesús es un refugiado más. Esta situación nos debe llevar a reflexionar, sobre la gran cantidad de niños refugiados en el mundo.
Damos gracias a Dios que este niño Jesús nació sano, creció y se convirtió en el Salvador de la humanidad. Dio su vida por nosotros, nos salvó de la condenación eterna. Por otro lado, que en este tiempo de Navidad, podamos reflexionar sobre la situación de muchos niños que sufren todo tipo de violencia y viven en condición de refugiados, que huyen de la muerte a la vida. Que podamos ser, como Iglesia, un refugio para ellos y luchemos por eliminar esta lacra mundial, a través de nuestro amor y solidaridad para con ellos. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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