
OBEDECIENDO A DIOS Y NO A LOS HOMBRES
(1 Macabeos 2:15-22)
No siempre se utiliza un libro apócrifo de la Biblia para realizar una reflexión. En esta oportunidad, se utilizará el primer libro de Macabeos para reflexionar sobre la valerosa actitud de un grupo de fieles creyentes de Dios en defensa de la Ley y los mandamientos, ante la obligación, con amenaza de muerte, de abandonarlos. Es el caso de Matatías, un judío fiel y celoso de Dios, que al ver la maldad del rey invasor, que destruía la ciudad de Jerusalén, la saqueaba, matando a mucha gente y obligando a los judíos a abandonar su religión, toma la decisión de defender la religión de sus padres y de sus antepasados. Unos funcionarios del rey llegaron a la ciudad donde vivía Matatías para obligarlos a renegar de su religión y ofrecer sacrificios a dioses ajenos. Estos funcionarios del rey les propusieron a Matatías y a sus hijos que sean los primeros en cumplir orden del rey, a cambio de ser parte del grupo de los amigos del rey, siendo honrados con obsequios de oro y plata, y con muchos otros regalos. Ante esta propuesta, Matatías respondió en alta voz: "Pues aunque todas las naciones que viven bajo el dominio del rey le obedezcan y renieguen de la religión de sus antepasados, y aunque acepten sus órdenes, yo y mis hijos y mis hermanos seguiremos fieles al pacto que Dios hizo con nuestros antepasados. ¡Dios nos libre de abandonar la ley y los mandamientos! ¡Nosotros no obedeceremos las órdenes del rey ni nos apartaremos de nuestra religión en lo más mínimo!" Sin duda que la reacción del rey no se hizo esperar. En su enojo mandó a perseguir y matar a Matatías y a todos sus seguidores. Matatías no tomó una decisión aventurera, él pidió a Dios que lo acompañara y los defendiera, como en tiempos pasados. Durante la lectura de los dos libros de Macabeos se podrá apreciar que Dios estuvo en todo momento con su pueblo y cómo sus hijos dieron su vida por la defensa de su religión. El Señor interviene ahora, como había intervenido en otras épocas, y de nuevo suscitaba salvadores para su pueblo. La ley es el centro de todo. La lucha no es tanto entre seléucidas y macabeos, sino entre los que observan la ley y sus adversarios.
Esta historia de Israel, en los tiempos del dominio griego, nos muestra una vez más, que los gobernantes paganos no aceptan que un pueblo sea fiel a un Dios viviente y que obedezcan sus leyes, antes de someterse a sus leyes injustas y malvadas. El autor del libro de Macabeos sitúa la historia de Israel en el marco de la historia universal. Destaca la soberbia de Alejandro y lo que sucede a su muerte. La historia de los sucesores de Alejandro se puede resumir en una frase: llenaron de calamidades la tierra. Ante esa horrenda situación, un grupo de fieles creyentes en Dios, deciden iniciar la resistencia, arriesgando sus vidas, con el propósito de mantener el celo por la ley y ser fiel al pacto de Dios. Muchas vidas son eliminadas al resistirse abandonar su fe en Dios y negarse a hacer sacrificios a dioses paganos. Pero también, en esta historia, se puede ver, cómo un grupo de judíos están dispuestos a abandonar su religión a cambio de favores. En toda la historia de la humanidad, encontramos que siempre hay los que están dispuestos a luchar y morir por sus principios, mientras que otros, no tienen ningún problema en abandonar sus principios y someterse, a cambio de favores de los gobernantes de turno. Esta historia, nos debe llevar a reflexionar como cristianos en los tiempos actuales, donde podemos apreciar cómo los gobernantes de turno quieren eliminar los principios y valores del cristianismo, aún de destruir la Iglesia de Cristo.
En toda la historia de la Iglesia se ha presentado la disyuntiva de obedecer a Dios u obedecer a los hombres. Un ejemplo más, es la actitud de Pedro y los apóstoles, cuando el capitán y los alguaciles los trajeron ante el concilio, y el sumo sacerdote los interrogó, diciendo: Os dimos órdenes estrictas de no continuar enseñando en este nombre, y he aquí, habéis llenado a Jerusalén con vuestras enseñanzas, y queréis traer sobre nosotros la sangre de este hombre. Mas respondiendo Pedro y los apóstoles, dijeron: Debemos obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros habíais matado colgándole en una cruz. A éste Dios exaltó a su diestra como Príncipe y Salvador, para dar arrepentimiento a Israel, y perdón de pecados. Y nosotros somos testigos de estas cosas; y también el Espíritu Santo, el cual Dios ha dado a los que le obedecen (Hechos 5:26-32). Esta actitud nos recuerda la actitud de los macabeos y nos desafía a asumir una actitud igual en estos tiempos. ¡Cuántos mártires dieron sus vidas a cambio de su fidelidad a Dios!
Hoy en día, hay toda una intención de imponer ideologías y doctrinas contrarias al Evangelio. Se amenaza con la destrucción, la muerte, la violación, y saqueos de comunidades cristianas y judías. Al comienzo de siglo, en Rusia, se persiguió y mató a miles de cristianos y judíos, se robaron sus propiedades y se quemaron muchas biblias, libros cristianos y judíos. En China, pasó lo mismo. En la Alemania de Hitler, se repitió la historia contra los judíos y los cristianos. A fines de la década de los sesenta, en Cuba, el régimen totalitario, fusiló a cristianos y misioneros que no se sometían al régimen, se saqueó iglesias y propiedades, se robó dinero y joyas de muchos cristianos, se quemó biblias y libros cristianos. En Corea del Norte, Asia y en el Medio Oriente se repite la historia pasada contra los creyentes en Dios, sean judíos o cristianos. En todos estos casos, miles de cristianos y judíos, han resistido con valentía estos abusos de los poderosos de turno, no permitiendo que cambien sus creencias en Dios. Al igual que en otros tiempos, Dios ha estado presente y ha luchado contra sus enemigos y los ha derrotado.
Una forma sutil de imponer ideologías o doctrinas ajenas al Evangelio, es la divulgación, por los medios sociales de comunicación, de propuestas contrarias a los principios y valores del Evangelio. Se utiliza la educación como un medio de difusión de tales ideologías o doctrinas adversas a la fe cristiana. La televisión juega un rol muy importante en esta tarea de difundir los antivalores, pretendiendo cambiar la manera de pensar y de vivir de muchos cristianos. En todo esto, está la disyuntiva, obedecer a Dios u obedecer a los hombres. Aquí la Iglesia tiene un rol muy importante de influenciar a la sociedad con los valores enseñados por Jesucristo.
Oremos para que la Iglesia no cese en predicar y enseñar la palabra de Dios. Donde se quiera imponer cualquier ideología u doctrina contraria al Evangelio, la comunidad de fieles al Señor, sea la primera en salir al frente y resistir todo abuso o maldad. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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