Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

   

EL JUSTO JUICIO DE LOS JUECES

 

(2 Crónicas 19:4-11)

 

Esta historia milenaria nos da cuenta de que el rey Josafat puso jueces en todo su territorio. A ellos dio instrucciones: "Mirad lo que hacéis; porque no juzgáis en lugar de hombre, sino en lugar de Jehová, el cual está con vosotros cuando juzgáis. Sea, pues, con vosotros el temor de Jehová; mirad lo que hacéis, porque con Jehová nuestro Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho". Adicionalmente, puso también Josafat en Jerusalén a algunos de los levitas y sacerdotes, y de los padres de familias de Israel, para el juicio de Jehová y para las causas. Y les mandó diciendo: "Procederéis asimismo con temor de Jehová, con verdad, y con corazón íntegro. En cualquier causa que viniere a vosotros de vuestros hermanos que habitan en las ciudades, en causas de sangre, entre ley y precepto, estatutos y decretos, les amonestaréis que no pequen contra Jehová, para que no venga ira sobre vosotros y sobre vuestros hermanos. Haciendo así, no pecaréis. Y he aquí, el sacerdote Amarías será el que os presida en todo asunto de Jehová, y Zebadías hijo de Ismael, príncipe de la casa de Judá, en todos los negocios del rey; también los levitas serán oficiales en presencia de vosotros. Esforzaos, pues, para hacerlo, y Jehová estará con el bueno".

 

Es interesante notar que el rey Josafat se esforzó para que la justicia de Dios sea una realidad en el pueblo. Se preocupó en poner jueces que tuvieran temor de Dios y que cuando hacían justicia, no lo hicieran en lugar de hombre, sino en lugar de Dios. A estos jueces les advierte que con Dios no hay injusticia, ni acepción de personas, ni admisión de cohecho. Este rey buscaba el justo juicio de los jueces. Este fue el paradigma de justicia que el rey esperaba se hiciera realidad en todo el pueblo de Dios. Al no haber más jueces, puso a levitas y sacerdotes, y algunos padres de familia, para el juicio de Dios. En verdad, una visión sabia del rey Josafat para la administración de justicia. Él sabía que Dios era justo y es por eso que quería que esa justicia divina sea una realidad, a través de jueces justos. Lamentablemente, tanto en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento, se da cuenta de malos jueces corruptos.

 

Ahora bien, hoy en día, también estamos viendo que la justicia está corrompida. Los diarios, la televisión y reportes, dan cuenta de jueces corruptos, de abogados coimeros, de secretarios y personal administrativo de justicia, corruptos y coimeros. Cuánta falta hace conocer esta historia que estamos revisando. Sería bueno, que en cada despacho de los jueces y en el interior del palacio de justicia, se de lectura a esta historia. Que los jueces de hoy tomen nota de las instrucciones del rey Josafat a los jueces nombrados. Si esto fuera así, la justicia en nuestras sociedades, sería justa. Pero, tal como vemos a diario, los jueces y los que administran justicia no tienen temor de Dios, de ahí que realizan todo acto corrupto.

 

La Iglesia, debe ayudar al sistema de justicia, dando a conocer esta historia milenaria. Generar reflexión sobre la justicia de Dios y labor de los jueces, en cada sermón predicado o en cada acto público en que participe. Oremos para que los jueces conozcan la justicia de Dios y tenga temor de Él. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


Copyright © 2019 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.