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    RAZÓN LÓGIGA VS FE RACIONAL

 

(Mateo 7:7-11)

 

Muchas veces se tiene discusiones académicas y fuera de ellas, acerca del rol de la razón con relación a fe y viceversa. Estas discusiones no siempre terminan bien, en unos casos ha generado un cisma en el interior de las aulas, en la iglesia o en la sociedad. Por muchos años se escucha decir, que la razón, no tiene lugar en cuestiones de la fe. Lo mismo pasa con la fe, no tiene lugar en cuestiones de la razón. Ha habido intentos de conciliar esta discusión, pero, poco se ha avanzado al respecto. Sin embargo, según las escrituras, la razón y la fe fueron creadas por Dios para un propósito definido. Veremos cómo ambas sirven para el propósito para que fueron creadas.

 

Según una definición, la razón es la facultad del ser humano de pensar, reflexionar para llegar a una conclusión o formar juicios de una determinada situación o cosa. La palabra razón proviene del latín ratio, rationis que significa “cálculo, razón o razonamiento”.  El razonamiento es lógico cuando sigue una estructuración y un método científico en la organización de las ideas. Por otro lado, la fe (del latín fides) es la seguridad o confianza, cosa, deidad, opinión, doctrinas o enseñanzas de una religión. Según la Escritura, la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1). La fe racional es aquella que apela a la razón para entender mejor las cosas de Dios. No es una fe emotiva. Es una fe que reflexiona, investiga, cuestiona y deduce, con el propósito de dar mayor validez a la experiencia con Dios en su relación con el ser humano.

 

Dicho esto, la ciencia y la filosofía cuestionan las expresiones de fe con relación a la divinidad. A su vez, la teología y la religiosidad no dan cabida a los principios científicos a cualquier hecho milagroso producto de la fe en Dios. Un ejemplo de cómo la razón impera ante que la fe ante un hecho sobrenatural, es el caso de Tomás, discípulo de Jesús, que no creyó que Jesús había resucitado y había venido a visitar a sus compañeros. Él, puso como condición para creer, ver y tocar a Jesús (Juan 20:24-25). Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, y con ellos Tomás. Llegó Jesús, estando las puertas cerradas, y se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros. Luego dijo a Tomás: Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente. Entonces Tomás respondió y le dijo: !Señor mío, y Dios mío! Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. (Juan 20:26-29). La razón cedió ante la fe. En muchos casos cuando se habla de milagros o hechos sobrenaturales de parte de Dios, siempre se dice que eso no es posible. Es decir, la razón dice no. Sin embargo, en la Biblia se nos dice que para Dios no hay nada imposible y que por fe todo es posible (Jeremías 32:27; Mateo 19:26; Marcos 10:27; Lucas 1:37, 18:27). Por eso cuando Jesús dice: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá." (Mateo 7:7-8), está diciendo que, si tenemos fe, todo será obtenido. Nada hay imposible para Dios. La razón podrá hacernos dudar sobre este hecho, pero la fe racional nos llevará al convencimiento de que sí es posible lograr lo imposible racionalmente, por la práctica de la fe. La razón lógica tiene sus propias leyes y se manifiesta de acuerdo a ello. La fe también tiene su propia lógica, sus principios y su desarrollo. De ahí que, si algo se pide con fe, a Dios, se recibirá; si se busca con fe, se encontrará; si se toca puertas con fe, éstas se abrirán. Es la lógica de la fe. Dios creó la razón y la fe para que ambas ayuden al ser humano a entender lo divino, lo misterioso, lo sobrenatural, lo increíble y lo imposible.

 

En muchos de los escritos de John Wesley, la razón ocupa un lugar muy importante. Por ejemplo, en su obra “Un llamado ferviente a personas razonables y religiosas”, Wesley dice:

 

"Deseamos una religión fundada en la razón y de acuerdo a la razón; esto es, en armonía con la naturaleza de Dios y la del hombre y sus relaciones mutuas. Exhortamos encarecidamente a todos los que buscan una religión verdadera, a que hagan uso de toda la razón que Dios les haya dado, investigando las cosas de Dios. Es razonable amar a Dios, que nos lo dio todo. Es razonable amar al prójimo y hacer el bien a todos los hombres. La religión que nosotros predicamos y vivimos está de acuerdo con la más alta razón."

 

En otro momento afirma que esto es un principio fundamental para todos los metodistas, que renunciar a la razón significa renunciar a la religión, que la religión y la razón van de mano en mano, y que toda religión irracional es falsa. Wesley vivió en una época racionalista y no estaba de acuerdo con los místicos que despreciaban a la razón, señalando más bien que el Señor y sus apóstoles razonaban constantemente con sus enemigos.

 

Finalmente, Wesley sostiene que la razón no puede engendrar la fe, ni la esperanza, ni el amor de Dios o al prójimo; pero nadie debe despreciarla, porque rinde grandes servicios en echar los fundamentos de la verdadera religión y en dirigirnos en la práctica de la vida cristiana. La razón humana es un regalo de Dios y no hay que menospreciarla ya que ésta nos es útil para el descubrimiento y la investigación de la verdad.

 

Desde ya debemos ser agradecidos a nuestro Dios por darnos estas dos herramientas para entender su existencia, su voluntad, su amor y misericordia para con nosotros. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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