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    ¿QUÉ ES LO QUE NOS CAUSA TEMOR?

 

(Génesis 12:1-20)

 

Según el diccionario, el temor es el miedo que se siente al considerar que algo perjudicial o negativo ocurra o haya ocurrido. Muchas veces en nuestro diario quehacer nos invade el temor, el miedo, nos ponemos mal, y no sabemos qué hacer ante ello. Los sicólogos nos pueden dar muchos consejos valiosos para superarlo. Pero, en la Biblia encontramos muchos consejos sabios para superar el temor, que si no lo controlamos, nos genera una angustia existencial. Un ejemplo, en el salmo 34:4,6 el rey David señala: "Busqué a Jehová, y el me oyó, y me libró de todos mis temores" "Este pobre clamó, y le oyó Jehová, y lo libró de todas sus angustias" Entonces, el creyente en Dios tiene la opción de acudir a él para aliviar todo temor. Pero, ¿qué causa el temor o el miedo? Para entender este asunto, analizaremos una referencia bíblica-histórica, en este caso, la experiencia de Abram en Canaán y en Egipto.

 

Según el relato, resulta que Jehová le dijo a Abram que saliera de su tierra, Ur, y de su parentela, para ir a la tierra que Él le mostraría, dándole una promesa y bendición (Gén. 12:1-3). Como se puede apreciar en el relato, Abram obedece a Dios y sale de aquel lugar con su familia. A Canaán llegaron y se establecieron, él y su familia, en el lugar que el Señor le había indicado. Hasta aquí, no había nada que temer. El Señor se le apareció a Abram y le reiteró que a su descendencia le daría esta tierra. Como respuesta, Abram edificó un altar, invocando el nombre de Jehová. La obediencia de Abram es evidente y no hay lugar a dudas. Dios ha cumplido su promesa. Abram ya está en la tierra prometida con su familia (Gén. 12:4-9).             

 

Los versículos 10 al 20, del capítulo 12 de Génesis, dan a conocer una situación inesperada. De pronto hay una gran hambruna en la tierra y Abram decide salir de ese lugar para irse a Egipto en busca de alimentos. ¿Por qué Abram toma esa decisión? ¿Por qué no confió en las promesas de Dios? Es aquí donde empiezan los problemas y temores de Abram. Cerca a Egipto, le entra el temor de que por tener como mujer a Sarai, que es muy bella, pueda perder la vida. Y es esto, porque los egipcios tienen como costumbre apoderarse de todo, hasta de la mujer de alguien. No tienen ningún escrúpulo matar al esposo para apoderarse de su mujer. El temor de Abram es que los egipcios lo maten. Aquí vemos que el inicio del temor de Abram es porque ha olvidado las promesas de Dios. Es decir, se ha apartado de Dios para atender a sus necesidades, en este caso la falta de alimentos. No confía en Dios, confía en su decisión personal.

 

Pero no todo queda ahí, su temor de ser muerto por los egipcios, le lleva a obligar a que mienta Sarai, diciendo que es su hermana y no su esposa. Esta mentira agudiza más el problema y la relación con Dios. Abram cede a su razonamiento: si ella aparece como mi hermana, me salvo. ¿Dónde está la fe en su Dios? Abram da lugar a su razonamiento humano y no a su fe en Dios. A nosotros también nos suele pasar lo mismo, ante un peligro inminente, damos lugar a nuestro razonamiento y no a la fe. Olvidamos que Dios es nuestro proveedor y protector. Esta situación va aumentando el temor y el miedo.

 

Otro problema que se presenta es que Sarai es llevada a casa de Faraón, y a cambio Abram recibe muchas cosas como regalo. Él ha sacrificado a su esposa a cambio de salvar su vida. Esta es una actitud egoísta y desleal de Abram. No le interesa el dolor que ha de generar en Sarai, le importa su vida, su bienestar. Esta es una actitud no reciente, muchas veces, hoy en día, las personas están dispuestas a sacrificar algo valioso a cambio de un bien de mayor valor. Abram ahora está en un grave problema. Ha perdido a su mujer, por medio de una mentira. Se ha apartado de Dios. Ha abandonado a su esposa y la ha entregado a Faraón. Ahora, ha tomado decisiones de acuerdo a su razonamiento humano. Dios está al margen de todo esto. El temor y miedo de Abram por no perder su vida es tal, que deja de lado las promesas de Dios y su fidelidad a su esposa. Esto ya es una falta grave.

 

Por último, podemos decir que el apartarnos de Dios nos genera temor y miedo. Esa es la causa. Esta historia nos debe llevar a reflexionar seriamente. Sin embargo, este asunto no está resuelto, según el criterio de Abram. Dios va a actuar y hiere a Faraón y a su casa con grandes plagas a causa de este engaño. Faraón interpreta que Dios está interviniendo y no está de acuerdo con tal engaño, por eso las plagas. La mentira y engaño de Abram ha quedado al descubierto. Enojado el Faraón, recrimina a Abram por qué le ha engañado. Decide entregarle su mujer y pedirle que se vaya de su presencia. Abram y toda su gente son echados de la presencia de Faraón. Estas son las consecuencias cuando nos apartamos de Dios y hacemos nuestra propia voluntad. Cuando eso sucede damos lugar al temor, al miedo y a la angustia.

 

Qué esta historia bíblica nos permita sacar conclusiones y nos permita reflexionar acerca de la obediencia a Dios y confiar siempre en Él. Sólo así estaremos libres de todo temor o miedo. Confiemos siempre en sus promesas, Él nos ha prometido estar con nosotros en todo momento. No debemos tener miedo o temor, sino confiar en el Señor. Tengamos en cuenta las palabras de Jesús: "La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo" (Juan 14:27). Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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