
DIOS NOS RESCATA DE LA PERDICIÓN
(Génesis 19:1-30)
Esta historia de la destrucción de Sodoma y Gomorra, muchas veces la hemos leído, y nos hemos detenido, más que todo, en la maldad y el pecado que practicaban sus habitantes. En esta oportunidad quiero reflexionar acerca de cómo Dios nos rescata de la perdición, de la destrucción, de la ruina y de la muerte. Sodoma y Gomorra están viviendo una situación de pecado y de perdición. Toda la población se ha entregado a vivir una vida alejada de Dios y de desenfreno. Ante eso, Dios envía dos ángeles a avisar a Lot que debe salir de ese lugar con su familia, ya que la ciudad será destruida por Él. Dios quiere salvar a Lot y a su familia de tal destrucción, y esto por su gran misericordia. La violencia de los hombres malvados es tal, que quieren abusar de estos ángeles. Llega el momento en que estos dos ángeles le piden a Lot que huya con ellos, fuera de la ciudad. ¡Es urgente salir de ahí, la destrucción está en camino!
Lot debe obedecer las instrucciones de los
ángeles para salvar su vida y la de su familia. Lamentablemente, mientras huían y
Dios destruía las ciudades con fuego, la esposa de Lot voltio y se convirtió en
estatua de piedra. Ella no hizo caso a las instrucciones y prefirió mirar hacia
atrás, hacia lo que es malo, corrupción y muerte, en vez de mirar hacia
adelante, que representaba la salvación, la esperanza de una nueva vida. Muchas
veces nos suele pasar lo que le pasó a la esposa de Lot, preferimos quedarnos
en el pasado, vivir del pasado, añorar las cosas del pasado, aunque no sean
buenas. No nos atrevemos a avizorar un nuevo horizonte, un nuevo futuro, una
nueva oportunidad para vivir de acuerdo con la palabra de Dios. El Señor había
preparado el camino de salvación para ellos y solo bastaba obedecer sus
instrucciones. La desobediencia, el aferrarse al pasado y a lo malo, costó la
muerte. ¡Cuánta gente prefiere vivir una situación similar!
Esta historia nos debe llevar a valorar, de cómo Dios está interesado en rescatarnos de la perdición, de sacarnos de las tinieblas, de apartarnos de todo aquello que arruina nuestra vida y nuestra relación con Él. Dios siempre viene en nuestro pronto auxilio. Y todo eso es por su infinita gracia y misericordia. Nosotros, antes de conocer al Señor, vivíamos en las tinieblas, estábamos en la perdición, era como si viviéramos en un chiquero, nuestra vida no tenía sentido, el ambiente que nos rodeaba era de maldad y corrupción, hasta que un día el Señor se dignó rescatarnos, sacarnos de ese lugar de muerte, para que estemos en una nueva situación de vida, donde el amor de Dios es una realidad. Él por su gracia preveniente nos encontró y rescató a través del Espíritu Santo, quien nos convenció de nuestro pecado y nos llevó a los pies de Jesús.
Sin duda que esta experiencia es muy parecida a muchas otras historias. Demos gracias a Dios quien nos rescató de la perdición por medio de su misericordia. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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