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    ¿QUÉ ES LO MÁS IMPORTANTE EN LA VIDA CRISTIANA?

 

(Mateo 22:35-40)

 

El evangelio de Mateo nos presenta una situación, en la que uno de los intérpretes de la ley quiere poner en aprietos a Jesús. Le hace una pregunta, que parece ser ingenua, pero no lo es. Al parecer quería saber cuánto de la ley conocía Jesús. O tal vez, quería saber cuál de todos los preceptos que había en ese momento, podía dejar de lado. Es bueno recordar que ya en los tiempos de Jesús, no solo estaba vigente, la Torá, los diez mandamientos y otras leyes dadas por Moisés, sino que ya existían una serie de preceptos e interpretaciones de cómo aplicar la ley. El Talmud (palabra hebrea: תַּלְמוּד [talmūd], «instrucción, enseñanza») era una obra que recogía principalmente las discusiones rabínicas sobre leyes judías, tradiciones, costumbres, narraciones y dichos, parábolas, historias y leyendas. Este intérprete de la ley, lo sabía, pero ahora pone a prueba a Jesús, cuán maestro es de la ley. Su pregunta es directa: ¿Cuál es el gran mandamiento en la ley? Aquí podemos notar que hay una idea de jerarquización de los mandamientos. Sin embargo, nunca en las Escrituras se menciona que hay un mandamiento sobre otros mandamientos. ¿No lo sabía este intérprete? El evangelio señala que la intención de este hombre era tentar a Jesús para hacerlo caer. A nosotros también nos pasa lo mismo, hay personas que nos preguntan cuál el mandamiento más importante en la ley, o qué es lo más importante en la vida cristiana. Muchas veces son preguntas para saber cuánto sabemos acerca de las cosas de Dios o para hacernos caer.

 

Jesús sin ningún cuestionamiento le responde a este intérprete de la ley: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende la ley y los profetas. Con esta respuesta, Jesús estaba haciendo una síntesis de toda la ley dada por Moisés. Recordemos que Dios le dio a Moisés las tablas de la ley, en las cuales estaban los diez mandamientos. Por algún motivo sabio, Dios agrupó estos mandamientos en dos partes: los que tenían que ver directamente con Él, estos son los primeros cuatro mandamientos, y los que tenían que ver con el prójimo, los seis mandamientos siguientes. Además, en la Torá, las leyes estaban enfocadas en amar a Dios y amar al prójimo. Ahora Jesús está diciendo, que sí antes, el cumplir toda la ley, era una carga pesada, desde este momento, ya no hay pretexto para cumplirla. Toda la Escritura enfoca estas dos situaciones, de diversas maneras. Este nuevo enfoque del cumplimiento de la ley es el paradigma de la vida cristiana. Ya no debe haber pretextos para vivir una vida en santidad agradable a Dios. Sin embargo, aún hay personas que se siguen preguntando cuál el mandamiento más importante en la ley, o qué es lo más importante en la vida cristiana.

 

Sobre estas preguntas, quisiera reflexionar acerca de que muchas veces estas preguntas se convierten en excusas para no cumplir con la voluntad de Dios. El amor a Dios tiene sus diversas manifestaciones; cada vez que se predica el Evangelio, se hace énfasis a este aspecto; lo mismo pasa con relación al amor al prójimo. Existen muchos escritos y comentarios al respecto. Inclusive, este asunto se ha convertido en un tema doctrinal para algunas iglesias cristianas. Por ejemplo, para el movimiento metodista wesleyano, la santidad de vida pasa por la aplicación de las enseñanzas de Jesús con relación al amor de Dios, que viene a ser la santidad personal y el amor al prójimo, que es la santidad social. Pero, aun así, hay una pregunta colateral a la primera, ¿qué es lo más importante en la vida cristiana? Bueno, haremos un esfuerzo para responderla. Una persona de fe cuando es preguntada sobre su vida cristiana, sin duda que nos responde que hace una serie de cosas para sentirse segura de su salvación. Ora cada mañana, en la tarde, y en la noche; va a la iglesia para estar en todas las actividades y en el culto también; lee la Biblia sin cesar; asiste a diversas conferencias sobre la fe cristiana; ayuna una vez al mes; ayuda al prójimo a través del voluntariado; da su diezmo y ofrendas sin falta a la iglesia; evangeliza a cuanta personas encuentre. Como se verá hay muchas cosas que se realizan en la vida cristiana; pero si se le preguntara ¿qué es lo más importante en la vida cristiana? ¿Cuál sería la respuesta?

 

Como Jesús, ¿podríamos sintetizar el quehacer en la vida cristiana? Personalmente creo que la síntesis del quehacer cristiano se resume en dos: predicar el Evangelio a toda criatura, haciéndolos discípulos y servir al prójimo. Este mandato emana de las enseñanzas de Jesucristo, cuando dio la Gran Comisión a sus discípulos (Mateo 28:19-20). Lamentablemente, hoy en día tenemos muchos cristianos que hacen una cantidad de cosas en la iglesia, pero no saben qué es lo más importante en su vida cristiana. Feligreses existen por doquier, voluntarios y activistas también, pero discipuladores y servidores del Señor para su prójimo, muy poco. Hoy más que nunca se necesita que la mayoría de las personas escuchen el Evangelio, se conviertan en discípulos del Señor, y que cambien sus vidas para ser agentes de transformación en la sociedad.

 

Oremos al Señor para que, en medio de tantas actividades en la iglesia, nos permita descubrir lo que es más importante en nuestro quehacer como discípulos del Señor. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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