
UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD, NOS DA EL SEÑOR
(Juan 8:1-11)
Desde joven he escuchado: "siempre hay una segunda oportunidad para volver a empezar" En algún momento me he preguntado si para la salvación también hay una segunda oportunidad para volver a empezar. A mis oídos ha llegado afirmaciones de que el que ya es salvo no puede volver a pecar; que el que es salvo ya lo es de por vida; que la salvación no se pierde o que si se puede perder. Ante estas conjeturas, decidí revisar en la Biblia, si el Señor nos da una segunda oportunidad para ser salvos. Mi sorpresa fue encontrar una cantidad de hechos donde el Señor sí nos da una segunda oportunidad para salvarnos. Un ejemplo, muy concreto es la situación de la mujer adúltera que estaba condenada a morir por su pecado, según la Ley. Sin embargo, cuando para ella todo estaba perdido, Jesús le dice: "Ni yo te condeno, vete y no peques más." A esta mujer el Señor Jesús le da una segunda oportunidad para ser salva. ¡Cuán grande es su misericordia!
Hay otros ejemplos sobre este asunto. Si hacemos un recorrido histórico, encontraremos muchos personajes favorecidos por el Señor. Abraham mintió ante Faraón sobre su esposa y el Señor le dio una nueva oportunidad para ser su siervo; Jacob, le quitó la primogenitura a su hermano Esaú, sin embargo, Dios le dio una segunda oportunidad para ser su elegido; Rahab que era prostituta y estaba condenada a morir en manos del ejército de Josué, no pereció junto con los desobedientes porque recibió a los espías en paz, le fue dada una segunda oportunidad para salvarse; Sansón que desobedeció al Señor y se entregó en manos de Dalila revelándole el secreto de su fuerza, siendo castigado por el Señor. Sin embargo, Dios le dio una nueva oportunidad para destruir a los filisteos; David, el elegido del Señor, cometió adulterio con Betsabé y envió a la muerte a su esposo. Dios lo castigó con la muerte de su hijo. Pero el Señor, una vez más, le dio una segunda oportunidad para ser el descendiente de Jesús; Pedro, negó a Jesús tres veces y le falló en varias oportunidades, pero a pesar de todo ello, el Señor Jesús le dio una segunda oportunidad para ser su discípulo principal; Tomás, no creyó en la resurrección de Jesús, sin embargo el Señor le dio una segunda oportunidad para seguir siendo su discípulo; Nicodemo se creía salvo por ser fariseo y Jesús le dio una nueva oportunidad para volver a nacer en la fe. Bueno, estos son algunos ejemplos notorios.
Como se podrá ver, el Señor siempre está dispuesto a darnos una segunda oportunidad para lograr nuestra salvación. ¿Cuántas veces le hemos fallado al Señor? ¿Cuántas veces le hemos prometido cosas al Señor y no hemos cumplido? ¿Cuántas veces nos hemos apartado del camino y hemos caído en lo profundo del lodo? ¿Cuántas veces hemos negado al Señor con nuestros actos incorrectos? ¿Cuántas veces hemos sido rebeldes y desobedientes? Pero a pesar de ello, ha habido un momento donde el Señor se nos ha acercado y nos ha dado Su mano, llamándonos al arrepentimiento y diciéndonos: "Ni yo te condeno, vete y no peques más." Por su infinita gracia hemos alcanzado Su perdón. Sin duda que esta situación nos genera alegría y gozo de volver a tener una segunda oportunidad para nuestra salvación. ¡Así es el amor de Dios! ¡Siempre hay una segunda oportunidad!
Cuántas personas que han caído o han pecado, por diversos motivos, ignoran que el Señor puede darles una segunda oportunidad para salvarse, si existe en ellos un arrepentimiento genuino. Muchas veces, al no saberlo, prefieren seguir en el pecado, hundiéndose cada vez más, pensando que Dios ya no los ama. Demos gracias al Señor por esta actitud misericordiosa hacia nosotros y ayudemos a otros a conocer esta gran verdad. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
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