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Enseguida vea:
El ataque: El 16 de Noviembre como a las 11 PM, se escuchó un tableteo de metralleta como durante 1 minuto, 2 veces. Al día siguiente en la mañana nos dijeron que eran algunos combates en las bocas del Inírida que quedan como a 10 Km del pueblo. Nunca supimos la realidad porque como en todo pueblo pequeño todo se queda en chismes.
Desde el Hospital se escuchaba bala de todos los calibres, ráfagas,
bombas, de todo en rachas de 2 horas. Nosotros activamos el plan de emergencias
y atendimos bien a los heridos. Simultánemente nos llegaron señoras en trabajo de
parto, desmayados del susto y cosas parecidas. El Hospital estaba en ese momento
lleno de pacientes esperando su atención, familiares, visitas, etc.. que eran
un problema porque obtaculizaban el trabajo del personal del Hospital. Poco a poco se fueron
y finalmente quedaron los empleados y uno que otro sapo. Ahí se conoce bien a
la gente. Todos con miedo, natural, pero la mayoría bien controlados, algunos
en los extremos. Robert, con su paso lento, muy tranquilo, no tenía ningún
cuidado de si mismo y se paseaba por lugares expuestos a las balas. Otro médico,
se escondió debajo de una camilla en Consulta Externa y ya que le correspondía
atender el parto, hubo necesidad de sacarlo casi a las malas. Los de
mantenimiento, que previamente no hice sino joderlos por vagos, se portaron muy
bien, nos dieron todo el soporte de oxígeno, energía eléctrica, y todo lo que
necesitamos. Casi todos muy colaboradores. A mi me cogió el combate en la
cocina en donde estaba tratando de robarme alguna de las cosas ricas que
cocinaba Magnolia. Inicialmente, al oír el tableteo pensé que era nuevamente
los de la Marina en sus prácticas. Pero luego empezaron a llegar los heridos y
ahí sí que susto tan berraco. Gracias a Dios, los médicos hemos aprendido en
nuestro entrenamiento y en la práctica profesional, a trabajar y controlarnos
bien aún en situaciones de altísima tensión. Al cirujano y al anestesiólogo
los pescó en la casa y les tocó irse por la calle hasta la entrada de
Urgencias al Hospital, en medio de las balas. Ahí en urgencias designé al
cirujano como el Coordinador del Plan de Emergencias, por ser la persona con
más experiencia. Se organizaron 5 grupos conformados por médico, enfermera y
auxiliar, mas un médico en la puerta para el Triage, y otros en
Hospitalización y Consulta para atender a la gente según la severidad de sus
lesiones. Como a la hora del inicio, hizo
presencia el avión fantasma que revoloteó como 2 horas y regresó luego e
inició a disparar desde allá arriba, incluidas bombas. Permaneció en períodos de
mas de 3 horas seguidas en ese plan. Esa noche todos dormimos dentro del
Hospital, alerta roja y nadie puede salir, toque de queda en el pueblo, nos
acomodamos como pudimos. La gente dela Cruz Roja, justamente el primer día iniciaba un entrenamiento en rescate y primeros auxilios, por lo que sirvió su ayuda. Un grupo muy valiente que se apostó a la entrada del Hospital, exponiendo de alguna manera sus vidas, a colaborar a la entrada de los pacientes. Las ambulacias del Hospital, 2, todo el tiempo salían a recojer y llevar pacientes que solicitaban el servicio vía telefónica. Como cosa especial, en todo el tiempo, el teléfono funcionó normalmente por lo cual nos pudimos comunicar con nuestras familias y medios de comunicación afuera. Igual la energía eléctrica, en estos día funcionó 24 horas y gracias a Dios las plantas no fallaron ni el combustible faltó. En el pueblo, cada familia encerrada donde quedó, comiendo lo que pudieran y agua igual. Muchas casas quedaron con los vidrios y tejas rotas pero en general no hubo gran destrucción. Es un poco especulativo pero yo creo que el 95% de la balas ivan y no venían. La defensa del pueblo según nos fuimos enterando lentamente, fué manejada por los soldados profesionales de la Infantería de Marina y sus oficiales y la Policía que se encargó de protejer algunas zonas cercanas a su estación y el Hospital. Toda esta gente es muy valiente. Yo ví desde dentro del Hospital, Infantes y Policías acostados o arrodillados en plena calle, disparando y esperando los supuestos gruesos grupos de guerrilla. Ellos y la aviación, que mantenían un avión fantasma, intermitentemente aviones OB10 y una vez un Mirage, consiguieron preservar el pueblo y la integridad de sus habitantes. Este tercer día, mas tranquilo, combates cercanos pero esporádicos, hasta las 3 PM en que fué herido gravemente un civil que fué llevado al Hospital. Una sola bala lo atravesó en el abdomen y lo despedazó. Toño, el Cirujano, y Jorge, el anestesiólogo, lo entraron a Cirugía y lo sostuvieron como 4 horas hasta que finalmente se perdió esta pelea con la muerte. Este fué accidentado por salir a mirar cuando no debía. El cuarto día nos ocurrió un hecho curioso, visto desde ahora hasta chistoso. Resulta que ya se oían balas esporádicas, tal vez francotiradores y nosotros llevábamos ya 4 días encerrados, por lo que resolvimos con Pira, Toño y Jorge, como a las 3 de la tarde, sacar una mesa a un sitio despejado del Hospital y ponernos a jugar cartas. En eso duramos como unas 2 horas hasta que alguien me llamó por lo que me retiré y enseguida todos los demás. Alguien nos dijo que no nos hiciéramos allá po el peligro de una bala perdida y listo, no regresamos. Al día siguiente, debajo del árbol que nos daba un poco de sombra, como a 10 metros de donde jugábamos, Pira encontró casquillos de 9 mm. Aparéntemente cuando estábamos jugando había alguien en ese árbol que antes o posteriormente disparó. Después, no mas heridos, cada vez menos tiros. Dado esto y viendo las difíciles condiciones del Hospital para mantener a toda esa gente comiendo, le pedí a los señores de la Cruz Roja que abandonaran el Hospital, ya que por una parte no había inminencia de combate cercano y por otro no los podíamos alimentar mas. En estos casos es absolutamente necesario priorizar los recursos y no podíamos alimentar, con lo que no teníamos, a personas que finalmente estaban en entrenamiento y médicamente no aportaban casi nada. Esta solicitud fué tomada por el Presidente de esta seccional de muy buena forma pero el Instructor recién llegado de Bogotá, armó tremendo lío y posteriormente trató de denigrar de mí. Lo cierto es que esta situación fué analizada en el comité técnico del Hospital, posterior a estos hechos y se determinó en el rediseño del Plan de Emergencias, que la gente de esa entidad no podría permanecer dentro del Hospital, menos suplantar el trabajo de este, y por lo tanto debía limitarse a las actividades de rescate y traslado de pacientes, como apoyo del Hospital externamente. Así debe ser, porque ellos son voluntarios para ayuda y no para que los ayuden. Hasta que el sexto día la Marina ya declaró cese del peligro y llegó el Ejército con sus escuadrones contra-guerrilas. El séptimo nada de toque de queda, al menos durante el día. Y al día siguiente, fué el Presidente, el discurso, y se fué, no sin antes pasar a visitar el Hospital en donde en vez de visitar los heridos, pasó a la cocina y saludó a doña Magnolia con beso. Regresar a: Relato de mi experiencia, Gerencia Continúa: Termina Hospital, Darsalud. |
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