BIOGRAFIA
“CASA AZUL”
En
el histórico barrio de Coyoacán se encuentra la
casona en donde vivio la artista Frida Kahlo. Construcción,
viveros circundantes, empedrado en las calles y
numerosos árboles cuyas copas se derraman sobre
los tejados de esta morada hacen de este sitio lugar
obligado para conocer más sobre la célebre pareja
de pintores. Todo el rumbo conserva, aún, el sabor
provinciano que poseían los alrededores de la ciudad
de México.
Las
campanadas de la iglesia de la Conchita como los
de la parroquia principal y las del Altillo se escuchan,
tanto en las mañanas nubladas que en los atardeceres
y noches coyoacanenses. Es un lugar de embrujo y
poesía antigua.
Coyoacán
es historia desde la época prehispánica. Y durante
el porfirismo también fue refugio de propios y de
extraños.
A
una de estas familias de nota perteneció Frida Kahlo.
Su
padre fue el fotógrafo alemán Guillermo Kahlo, al
que se le deben auténticos documentos del arte colonial,
además de retratos de célebres porfiristas. La morada
familiar devino en museo, tras la muerte de Frida
–1954– y de Diego –1957–. Cuenta con un Fideicomiso
presidido por la señora Dolores Olmedo quien dio
su vida para perpetuar la memoria del Diegote y
de Frida a través de sus museos. La casa fue remozada,
transfigurada en poesía por el poeta Carlos Pellicer,
con devoto celo y cariño verdadero.
Emociones
que se sienten y comparten, una vez traspasado el
umbral. Aquí pintó Frida toda su obra plagada de
símbolos, de angustia, con sus pinceles de vehemencia
y con el goce por el dolor. Estos jardines y estas
paredes vieron desfilar a protagonistas de la cultura,
de la política, tanto de acá como de allá. Trotsky,
Siqueiros, el rey Carol de Rumania, madame Lupescu,
Cartier Bresson, André Breton, Lindberg, los fridos(discípulos
de Frida Kahlo), Dolores del Río, Edward G. Robinson,
Paulette Goddard, Salvador Novo, Gorostiza, Eisenstein,
Lázaro Cárdenas. Frida plasmó su acontecer y su
dolor e hizo patente su gusto primitivo por las
escenas del Camión o, al modo de los retablos ex-votos,
dejó esa visión aparentemente dantesca pero común
en la idiosincrasia del mexicano en el cuadrito
magnífico titulado “Unos cuantos piquetitos”. En
este lugar ocurrieron escenas de contento y fiestas
permanentes y perdurables.
Todo
con trasfondo casi mágico, casi folklórico, casi
verdadero de alegría y obra pía pero en verdad se
guardaba el gran sitio trágico de Frida y su desgracia
personal.
Cada
mueble, casa pared hablan de Frida y sus destellos
de erina y sirena que embruja a la marina. Casa
de puertas hacia la nada, el olvido o el recuerdo.
Siempre se recordará en México y en Coyoacán en
donde vivían Frida Kahlo.
Con
un corazón y una flecha que lo atraviesa.
Es
la casa azul de ese barrio y está en la calle de
Londres.
Ahí
está Frida, la gran pintora, la vieja y joven mujer
del Diego, siempre genial, chistoso y maldito...
el mejor de todos! FK
|