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  Azotinas eróticas y otros castigos

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Ritual de la caña (cont)

 

Ahora el problema es conseguir que el castigado se ponga en la posición exacta. Es más divertido si Ud. es muy exigente.

 

-Abra las piernas. Más.

 

El obligarla a abrir las piernas no sólo hace que le sea mas difícil tensar las nalgas (lo que reduciría el ardor del golpe, pero provocaría más daño) sino que mejora la vista desde atrás, para su placer. Puede tocar con la caña el interior de los muslos, para urgirla a obedecer.

 

- Las rodillas derechas (toque atrás de las rodillas)

 

-Levante más las nalgas 

 

-Arquee la espalda

 

-Mire al frente. (Al levantar la cabeza estando doblado debe arquear la espalda, colocando mejor las nalgas)

 

Y siga así, hasta conseguir la posición perfecta (y que su sumisa sea un manojo de nervios).

 

Indique a la alumna que no debe levantarse hasta que se le dé permiso, que no debe tocarse o frotarse las nalgas, y que no debe cambiar la posición, so pena de recibir azotes extra.

 

Cuando la tenga en la posición adecuada, es el momento de ir a elegir la caña (si tiene más de una), hacer silbar cada una (o la única) en el aire, dar unos golpes de práctica. (El sonido de la caña silbando y golpeando en algo es lo último que su sumisa quiere oír).

 

El tiempo juega a su favor. Su sumisa quiere que el castigo comience de una vez, pero Ud. puede disfrutar de su nerviosismo, de su miedo, del panorama.

 

Cuando esté satisfecho con la caña, apóyela suavemente sobre las nalgas de la alumna. Esto no sólo ayuda a apuntar, sino que aumenta la tensión del momento. Toque una, dos, tres veces.

 

Entonces, despacio, retire la caña, deténgala atrás un momento, para hacerla esperar, y entonces golpee. (Cómo golpear se discute en Seis de los buenos).

 

Puede obligarla a contar los golpes (y repetir el azote si no cuenta o si se equivoca). Contar puede ser sólo "uno, dos, tres", o puede ser más elaborado, "uno, gracias señor", "dos, gracias señor" o "uno, gracias, señor. Por favor, déme otro"). Si la alumna tarda en contar, tóquela con la caña. Si no cuenta, déle un azote, que desde luego es extra.

 

Si pierde la posición ( o si no vuelve a la posición rápido, porque si está castigando duro con la caña ella va a perder la posición), comience otra vez:

 

-Dóblese.

 

-Las rodillas derechas

 

- No tense las nalgas.

 

...etc. Si no obedece, golpes extra.

 

De tiempo a que el dolor haga su efecto, apunte otra vez, una, dos, tres veces. Tal vez, retire la caña y cambie de idea. En vez de golpear, vuelva a apuntar. Y entonces sí, otro golpe. Recuerde que ella no debe moverse o levantarse.

 

El último golpe es crítico. Antes de pegar, recuérdele que es el último. Si pega fuerte, probablemente ella se levante y se frote las nalgas, ganándose unos golpes extra (se lo habíamos prohibido). Por otra parte, el espectáculo de una mujer bailando y retorciéndose de dolor, con la cara contraída y los ojos llorosos, y agarrándose las nalgas con las dos manos, es algo para disfrutar, sobre todo si Ud. es un poquito sádico.

 

Cuando finalmente termine, déjela doblada un rato, aguantando el creciente dolor. 

 

Cuando finalmente la deje levantarse, que lo haga con las manos sobre la cabeza, sin tocarse, lo que debe estar necesitando desesperadamente.

 

Mándela a un rincón, con la falda levantada y las bragas bajas, mostrando sus nalgas ardientes. Siéntese y disfrute.

 

En la "casa"

Si el castigo es doméstico, en lugar de enviar a la alumna al despacho del director, se la puede enviar a su dormitorio, y hacerla esperar, haciéndola vestirse, por ejemplo, de una forma especial (tal vez en camisón y bragas, para disfrutar después al bajárselas) o hágala buscar y traer la caña, o retrase el castigo hasta la hora de dormir, o la mañana siguiente, o un día específico de la semana. (el viernes es uno de los días favoritos para hacerla pagar por sus faltas de la semana).

 

El resto del procedimiento es igual que para el castigo "escolar".

 

El final  

Después de que cumpla su tiempo en el rincón, dándole algún tiempo para recuperarse, debería hacerla pedir perdón y prometer que se va a portar mejor en adelante, y entonces acariciarla y besarla, hacerle saber que fue perdonada, que es querida y que es importante para Ud. Como este ritual es para castigo, no debería terminar con sexo. El sexo es una recompensa, no parte de un castigo.

 

Espero que prueben este ritual y que lo disfruten. Háganmelo saber.

 

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Copyright © 2002/2003 Agony & Ecstasy                 Modificado 08/04/03