Contraste chocoano

Miguel Demetrio Moya

Desde cualquier rincón de Colombia, los chocoanos soñamos y anhelamos bienestar para todos nuestros coterráneos.

Pero en el Chocó de hoy donde somos extraños en nuestro territorio, la paz se convirtió en incertidumbre permanente, secuestros, asesinatos selectivos, presencia de grupos al margen de la ley.

Ya no se respeta ni la vida de los sacerdotes.

¿Dónde están los organismos de control, las ONG, derechos humanos, el ministerio público? ¿Estamos obligados a mantener lacerados los derechos fundamentales?

Desde el siglo XX los chocoanos solicitamos capacitación, infraestructura participación política, generación de una empresas. No hemos recorrido ni el 20% del camino.

¿Qué necesitamos los chocoanos para por fin tener agua potable, vías de comunicación, empleo, empresas propias, profesionales reales de compromiso, buscando soluciones a la calidad de vida, valores? ¿Será que los únicos que quisieron al Chocó fueron los de la generación del 33?

Dirigentes políticos, piensen en la comunidad para que no tengan cargos de conciencia por no haber servido.

Profesionales, ¿de qué nos ha servido la capacitación? ¿Para exhibir diplomas, ascender a la libertad o caer a esclavos acartonados?

Estudiantes, aniquilen los jinetes del apocalipsis chocoano, soberbia, envidia, incomprensión y egoísmo.

Lo tenemos todo, y no tenemos nada. Biodiversidad, ¿qué inventario tenemos, qué desarrollo de biotecnología? Territorios sin comunicación y transporte, miles de recursos hídricos, cero acueductos y agua potable.

No tenemos identidad ni pertenencia a pesar de pregonar amor por el Chocó.

Demasiados políticos y dirigentes sin compromiso, realizaciones negativas.

Muchos educadores, malos resultados de las

instituciones ante el Icfes y el país.

Como chocoanos creyentes, soñamos que algún día la calidad de vida y el desarrollo y la fundamentación de valores y compromiso con el Chocó y la paz sea realidad.