El resultado no podría ser más desalentador. Desde ninguna perspectiva se observa una propuesta clara y coherente que aborde desde los problemas estructurales de la administración, hasta la compleja red de inversión social cuyos pilares conforman la salud pública y la educación, sin desconocer el énfasis en la infraestructura vial como elementos indispensables para el desarrollo del Chocó.

El intento más próximo lo constituyen los famosos planes de gobierno y de desarrollo que el mandatario de turno, en cumplimiento de la ley, "planifica" pero no ejecuta, dando al traste con las expectativas de sus electores, los cuales, presos de las frustraciones, navegan en las toldas del mejor postor.

Soy consciente de la complejidad de los problemas que aquejan a nuestro departamento y por lo mismo pienso que se hace indispensable la construcción de escenarios donde converjan las políticas macroeconómicos con orientación social, el uso racional y sostenible de lo biodiverso, y las políticas que en materia de salud y educación habrán de regir los destinos del Chocó en los próximos 20 años, como carta de navegación de obligatorio cumplimiento para sus gobernantes, sin distingo de color político.

En últimas este debe ser el reto de los grupos y movimientos políticos en el departamento del Chocó, si pretenden mantener vigencias y que la democracia prime sobre el clientelismo.