El día de partir llegó. No era fácil saber que eres el único representante de tu Estado. En el aeropuerto internacional de la Cd. de México veía cómo pequeños grupos de expedicionarios y expedicionarias e integrantes del Equipo Internacional de Servicio conversaban, pareciera que ya se conocían.

Me acerqué a la ventanilla para registrar mi equipaje y me dieran el "pase de abordar", después de varios minutos se nos autorizó el ingreso a las salas de abordar, así que todos aquellos pequeños grupos de scouts empezaron a formar filas para ingresar. Los participantes (expedicionarios y expedicionarias) estaban organizados por patrullas y se formó una gran fila, y nosotros, los integrantes del Equipo Internacional de Servicio (EIS) en otra.

Una vez estando dentro de la sala de espera y sin conocer a nadie aún, alguien me habló por la espalda y dijo "¿Tu también estas mirando como yo?", voltee y me di cuenta que había mas scouts que venían solos.

Después de unos minutos de platicar ya no éramos desconocidos, teníamos cosas en común, una de ellas es que los dos estudiábamos la misma carrera solo que él en Guanajuato, su nombre es Jaime. No pasó mucho tiempo cuando el momento de abordar el avión llegó, primero pasamos los integrantes del EIS y mas tarde los scouts participantes.

La mayoría de pasajeros de ese avión éramos scouts, el entusiasmo por asistir a la actividad más grande que un scout puede vivir se notaba en los rostros de cada uno de nosotros. Ya todos sentados y atentos a las instrucciones del personal del avión, nos colocamos en posición de despegue, empezamos a oír cómo el sonido de las turbinas se hacía mas agudo, el avión empezó a tomar velocidad al mismo tiempo que todos gritábamos "¡Si se puede! ¡Si se puede!", dejamos atrás el suelo de nuestro México y nos dirigimos a la gran aventura, EL 19º JAMBOREE SCOUT MUNDIAL.

Del lado derecho de mi asiento estaba un integrante del EIS, alto y un poco robusto, el es Mario de Poza Rica, Veracruz. Durante el vuelo casi no conversé con él, solo con mi nuevo amigo de Celaya, Gto (Jaime) ya que su asiento estaba al lado izquierdo de mi, cruzando el pasillo. Y más tarde, después de 8 horas de vuelo se nos anunció que nos preparáramos para el aterrizaje, tomamos nuestros asientos y acatamos las instrucciones mientras pasábamos cerca de los Andes, y en pocos minutos tocamos tierra Chilena.

En el aeropuerto nos esperaba una comitiva de scouts mexicanos que nos guiaría n. Subimos a los diferentes autobuses y cruzamos la Ciudad de Santigo, llegamos a un lugar al Pie del Cerro de San Cristobal en donde desayunamos.

Ahí esperaríamos al resto de la delegación Mexicana que había asistido a los diferentes planes previos al Jamboree. Acomodamos el equipo de los expedicionarios (as) y durante un descanso 7 de nosotros (del EIS) empezamos a intercambiar experiencias, dos de ellos, Alejandra y Mario son de Poza Rica, Ver; Jaime de Celaya, Gto; Leo de Hermosillo, Son; y Gabriel y Roberto de Saltillo, Coah. Estas 6 personas y yo empezamos a ser un buen equipo, aunque cada uno de nosotros tenía una función distinta dentro del Jamboree.

Poco a poco comenzaron a llegar los autobuses con el resto de los integrantes del contingente mexicano, ya completos y bien uniformados se tomó la foto única de la delegación mexicana, y alrededor de las 5 de la tarde partimos hacia Picarquín, lugar en donde se realizaría el Jamboree.

Cansados por el vuelo y por el acomodo del equipo de los participantes, además del calor, algunos iban dormidos y otros íbamos en silencio contemplando los paisajes de tierras chilenas, después de una hora y media llegamos a Picarquín, al entrar, nos encontraban grandes portadas de madera con banderas de todos los países participantes, al igual que scouts que ya habían llegado, algunos instalándose, otros ejerciendo ya su labor. Nos bajamos del autobus y nos dirigimos al subcampo del EIS donde nos registramos y se nos dio nuestro carnet de identificación (ID), pañoleta del evento y se nos asignó nuestro lugar de acampado, todo esto mediante tu color de función. Mas tarde hicimos un reconocimiento del lugar de acampado (por cierto duró el resto de la tarde debido a lo grande que era la planicie en donde estaba ubicado el jamboree), ahí conocimos a personas de diferentes países, entre ellos Argentinos, Brasileños y sin faltar Chilenos.

Después de la ubicación del lugar de trabajo de cada uno de nosotros y de conocer al resto del equipo con que trabajaríamos los 12 días restantes, era la gran noche, la Inauguración del 19º Jamboree Scout Mundial.Esa noche mas de 35,000 scouts nos reunimos en la arena central para dar inicio a las actividades. La inauguración fue acompañada por Presidente Chileno.

En pantallas gigantes empezaron a desfilar por orden alfabético todas las banderas de las naciones participantes, todos esperamos ansiosos el momento de la aparición de la bandera mexicana y cuando apareció la algarabía de la delegación mexicana se hizo notar. Esa noche no hubo alguien que no coreara la canción del jamboree, no hubo alguien a quien no se le "erizara" la piel, no hubo alguien quien no bailara, era una gran fiesta, era la fiesta magna, era el sueño de todo scout, estar en un JAMBOREE. Sorprendido por la gran cantidad de scouts, las banderas ondeando, tropas gritando porras, oyendo lenguas irreconocibles para mis oídos, tomé parte de esa gran fiesta y al unísono, todos cantamos la canción del Jamboree. Nunca había visto a tantas personas reunidas de todas partes del mundo, todas bajo un mismo cielo, bajo un mismo fundador, bajo una misma ley y con un solo objetivo, CONVIVIR EN PAZ.

A la mañana siguiente muy temprano ya había integrantes del EIS listos para iniciar el día y prestar su servicio a miles de scouts. Al rededor de las 9:00 a.m. el equipo de la tienda de camping del Campo Tiahuanaco estabamos listos para servir. El equipo estaba comandado por Felipe (Chileno), y el resto lo integrábamos Manuel (Argentino), Lisandro (Argentino), Susana (Argentina) y su servidor Amador (Mexicano). Fue uno de los mejores equipos de trabajo, teníamos tiempo para todo, platicar, contar chistes, intercambiar modismos, y hasta una cascarita de futbol. La labor de vendedor y cajero (esas fueron mis funciones) realmente fueron benéficas, todo el día estas en contacto con personas de todo el mundo, intercambiando ideas y porqué no, algunos suveniers.

Mientras trabajaba en la tienda de camping, los participantes gastaban sus energías en diversas actividades, todas con la finalidad de convivencia. Algunas de estas actividades son ejemplificadas en las fotogarafías.

Pasan los días y poco a poco se va haciendo sólida esa amistad, las personas que vez a diario ahora son tus mejores amigos.

Año nuevo, una fiesta inolvidable, nos volvemos a reunir todos los asistentes al Jamboree, es una gran fiesta; en la arena central todos bailamos y gritamos (o no Jambocuates, recuerdan) fue un gran concierto.

Los días continúan y poco a poco agoniza el último Jamboree del milenio, los atardeceres lucían espectaculares y las noches contemplando la cruz del sur eran cada día menos, y llegó el momento menos deseado, la despedida,la última reunión con tus amigos, amigos que quizá nunca vuelvas a ver, aquellos con quienes conviviste día y noche, solo nos queda decir

Esa noche, la noche de la clausura era una mezcla de alegría y tristeza, cuando por última vez se cantó la canción del Jamboree, en ese momento fue el desborde de sentimientos muchos lloraron, otros con alegría se despedían de sus amigos y a otros se nos erizó la piel de la emoción. El momento final había llegado, el jamboree había terminado pero todos con un buen sabor de boca regresaríamos a nuestro país originario, satisfechos de haber sido parte de esta gran fiesta. Tomados de las manos y acompañados por el acordeón entonamos "No es mas que un hasta luego, no es mas que un breve adiós, muy pronto junto al fuego nos reunirá el Señor...".

R.S. Amador Santana V.

Algunas otras fotos del JAMBOREE