
Capitulo XIV: INTERVENSION QUIRURJICA
Después de agradecerle a Xochilt la ayuda prestada, el matrimonio volvió de nuevo a casa.
Era notorio en Lautaro su descontento con los resultados poco alentadores de dicha visita, pero fue cauto y no le mencionó nada a Silvia.- Optó por guardar silencio, y esperar el momento preciso para hacer las observaciones del caso; sobre todo hacerle ver los gastos innecesarios en los que estaban incurriendo sin obtener los resultados deseados.
Lautaro era bastante conservativo.- Su lema era ahorrar todo lo que fuera posible, pues sólo eso le podía garantizar en sus años posteriores una vida independiente y de tranquilidad.
Silvia, animada por lo que Xochilt le había dicho, no perdió tiempo, y tan pronto llegaron a casa, hizo cita con el médico.- Al ser examinada, el médico le explicó que el problema consistía en que tenía la matriz volteada, y eso impedía la concepción.- Para corregir tal deficiencia era necesario una intervención quirúrgica.
El médico le preguntó que: ¿cómo era posible, que con tantos años de casada nunca se había hecho examinar anteriormente?.
Al explicarle ella lo ocurrido a Lautaro, el médico aceptó que todo tenía una explicación lógica.
Luego agregó: ¡Así sucede muchas veces!, cuando algo nos desespera, nos ofuscamos y ponemos toda nuestra atención en aquello que consideramos ser la causa de lo que esta sucediendo, olvidando otros detalles que merecen ser considerados al caso.
¡Pero bien!, lo importante es que ahora sabemos la causa del problema, y lo que tenemos que hacer es corregirlo.
Hable con su esposo, explíquele todo al respecto, y cuando estén listos me lo hacen saber para reunirnos, discutir el asunto, y si desean proseguir con el tratamiento, entonces hacer todos los arreglos necesarios con el hospital.
Por que me imagino quiere seguir adelante con el tratamiento.
¡Sin lugar a dudas así es doctor!
Silvia le participó a Lautaro todo lo que el médico le había dicho, éste, especulativo como lo era, -siempre pensando en los gastos en que se incurrían-, le mencionó de nuevo la adopción, pero Silvia en una forma categórica le hizo ver que su deseo era tener un hijo que llevara la sangre, las características y los rasgos de ambos.
Este es un asunto de los dos, y juntos tenemos que sacarlo adelante, no importa las penas y sacrificios que tengamos que pasar.
¡Adopción no habrá hasta que hallan pruebas convincentes de que lo deseamos no es posible por medios naturales.
Silvia se internó en el hospital, y fue intervenida quirúrgicamente.
Al ser dada de alta del hospital, el médico le recetó unas medicinas, y le hizo ver los cuidos y dieta que debería observar en un período prudente; al término de este tiempo debería volver con su médico para ser examinada de nuevo y asegurarse que todo estaba en orden.
Transcurrido el tiempo recomendado, Silvia se presentó con el médico, al ser examinada, éste le dijo que todo estaba en orden, la concepción se daría de un momento a otro, todo era cuestión de tener calma y esperar.
Pasado algún tiempo, al ver que la menstruación no le venía, Silvia fue con el médico, al ser examinada por el mismo, éste le dio la buena noticia: el embarazo era una realidad.
Al mismo tiempo le explicó lo importante que era que ambos se presentaran de nuevo en su oficina, hablar sobre el asunto, y sobre todo preparar sicológicamente a Lautaro con la idea de que pronto sería padre.
Luego el médico dijo: lo que generalmente sucede en un matrimonio cuando han estado casados por varios años y no hay hijos, es que el hombre se vuelve pesimista, y hasta cierto punto renuncia a la idea de los mismos, por eso es necesario que la pareja se reúna y que el médico con frases de aliento y entusiasmo le devuelva la fe y confianza perdida, y en esta forma cambiar su estado anímico.
Ambos acudieron a la cita, y el médico en una forma minuciosa les explicó lo que había sido el tratamiento y de lo afortunados que habían sido con el éxito obtenido.
Haciéndole ver a Lautaro, que ahora comenzaba otra etapa de su vida, de más exigencias y responsabilidad, pero también de la satisfacción grande de sentirse “padre”.
Al ser despejada la incógnita, Silvia ahora era otra persona, feliz y optimista, al ver que el deseo de ser madre, pronto sería una realidad.
Tan pronto llegó a casa llamó a doña Renata para darle la buena noticia.
La suegra contagiada de la felicidad que hoy embarga a Silvia, la felicitó, y le dijo: parece que Dios ha escuchado mis ruegos, pues desde hace algún tiempo, al ver la ansiedad en tu rostro por volverte madre, le he estado pidiendo a Dios que te complaciera; y como este nieto lo tendré cerca, aprovecharé para disfrutarlo mejor.
Enseguida Silvia llamó a Ibis, aquella con lágrimas en los ojos le hizo ver la felicidad que tal noticia le causaba, y que vendría a estarse unos dos días con ella para celebrar tal acontecimiento.
Silvia fue de nuevo con el médico, éste la examino y le dijo que todo marchaba bien, luego elaboró un calendario de visitas para ser examinada a medida que el embarazo progresara, le recetó unas vitaminas, un régimen de dieta y recomendaciones que debería observar para evitar las complicaciones del embarazo.
Silvia ahora se afanaba en los preparativos de la llegada del bebé.- Empezó comprando ropa, cuna, preparando el cuarto del mismo, etc.
Ansiosamente esperaba la fecha del nacimiento del bebé, que no hubieran complicaciones, y así disfrutar de la felicidad soñada.
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