SAMUEL CABALLERO

      

Capitulo XIII: XOCHILT HUICHOLT

Al estar de nuevo en casa, Silvia decidió tomar un curso de homeopatía en la universidad local.
A medida que se enteraba del poder curativo de algunas plantas y de algunos productos del reino animal, despertó en ella su curiosidad por los métodos empleados por los chamanes, y le hizo ver a Lautaro su deseo de visitarlos.
Lautaro no muy de acuerdo con dicha idea, le hizo ver que aquello no sería más que un gasto innecesario de dinero, que lo empírico no podía estar por encima de lo científico, por tanto las posibilidades de obtener un resultado positivo eran bastante remotas.
Que lo mejor era consultar un médico y optar por los métodos artificiales para la concepción.
Pero Silvia de nuevo le hizo ver que eso sólo lo haría después de haber agotado el último recurso de la concepción natural.
Después de algún tiempo, Silvia y Lautaro abordaron un avión con destino a la ciudad de Veracruz, capital del mismo estado.
La ciudad de Veracruz es famosa por haber sido la puerta por donde entraron los colonizadores españoles a conquistar el país.
Puede considerarse también como un puente que une a Méjico con Centroamérica, la música, los platillos, el acento al hablar de sus pobladores, todos estos son rasgos muy similares a los de los centroamericanos.

Al llegar al aeropuerto, hablaron con un taxista y le mencionaron a Xochilt Huicholt.
El taxista les dijo conocerlo, pues en ocasiones anteriores había requerido de sus servicios, y lo recomendaba como una persona de mucha honestidad y respeto.
El vive a veinticinco kilómetros de la ciudad.
Tienen dos opciones: quedarse en la ciudad, o en el hotel a orillas del lago Catemaco, el cual es un lugar limpio y muy bien condicionado, y mucho más barato que los de la ciudad, y del cual pueden caminar a donde él se encuentra, pues sólo tomaban diez minutos para llegar a su casa.
Le dijeron al taxista los llevara al hotel frente al lago; al llegar a dicho lugar, el dueño del mismo les dio la bienvenida, y enseguida les mostró las habitaciones, las cuales fueron del agrado de ambos.
Esa noche después de cenar, fueron a la oficina y hablaron con Itawalt Huiquil, el propietario del hotel, le explicaron el motivo de su presencia en dicho lugar.
Itawalt les dijo que por la mañana tendría listo un guía para que los llevara donde Xochilt.
Al día siguiente después de desayunar tomaron rumbo a la casa de Xochilt.
Este vivía cerca del lago, era dueño de varias manzanas de tierra, cubiertas de una vegetación exuberante, donde podía observarse algunos animales silvestres pasteando tranquilamente, sin que nada los inquietara.
La casa de Xochilt era de madera, rodeada de árboles grandes que con su frondosidad aminoraban el sofocante calor tropical.
Era viudo y nunca tuvo hijos con la esposa.
En los alrededores podía notarse las plantaciones de distintas hierbas, las cuales atendía con delicadeza y esmero, y de las cuales aprovechaba las propiedades curativas de las hojas, las raíces y cortezas.

Después de presentarse mutuamente, Xochilt les pidió le explicaran en que forma podía servirles. Silvia le explicó el motivo, poniendo énfasis en lo sucedido a Lautaro cuando niño, y lo que los médicos habían hecho por salvarle la vida cuando tuvo el accidente.- Así como la visita con los médicos en Dinamarca.
Después de escucharles, Xochilt les examinó la vista, la lengua, les tomó el dedo índice ejerciendo presión sobre el mismo, y así detectar ciertas pulsaciones de algunos órganos, puso su oído sobre sus espaldas para detectar la respiración, y por último les apretó el dedo gordo del pie, lo cual le permitía detectar deficiencias o acumulación de sustancias minerales el organismo.
Al terminar con las pruebas preliminares, les dijo estar en condiciones de ayudarlos.
Ese mismo día iría al bosque a colectar los elementos necesarios para iniciar el tratamiento.
Los citó para el día siguiente a las nueve de la mañana, aconsejándoles que el desayuno fuera algo ligero.
Al día siguiente Silvia y Lautaro se presentaron a la hora indicada, Xochilt los llevó a un arroyo de aguas termales con propiedades curativas, les dio instrucciones de permanecer en dichas aguas por espacio de media hora.
Al terminar con el baño volvieron a casa, después de frotarles los cuerpos con unos aceites, les practicó unos masajes relajantes, les dio unas botellas conteniendo unas pociones preparadas por él mismo para que tomaran durante el resto del día, y los citó para el día siguiente a las once y media de la mañana, para comenzar el tratamiento con Lautaro, advirtiéndoles que deberían estar a la hora indicada pues el tratamiento debería dar comienzo a las doce en punto del mediodía.
Al día siguiente al estar todos reunidos, le dio de tomar a Lautaro, una taza de un té preparado de unas raíces con propiedades alucinógenas, y enseguida comenzó la ceremonia.
Los sentó en el suelo, a diez pies uno del otro; les cubrió las espaldas con unos zarapes, y les dijo que ambos serraran los ojos, y adoptaran una posición de meditación, mientras el regaba humo de mirra en la casa.
Luego regresó y se sentó en medio de ambos, les dijo permanecieran en silencio, y se concentraran en las oraciones que recitaba durante la sesión.
Al terminar con la ceremonia, les dijo podían abrir los ojos, ponerse de pie y caminar alrededor del cuarto por cinco minutos y así relajarse.
Luego se sentaron de nuevo, Xochilt le dijo a Lautaro le dijera las visiones que había tenido durante la ceremonia, éste le relató lo siguiente: en cierta ocasión la compañía donde trabajaba, lo envió otra ciudad a entrevistarse con otros empleados de la misma empresa a discutir asuntos relacionados con el trabajo, y la persona con que le tocó hablar, era el compañero de escuela que había muerto cuando el auto los atropelló.- Que al terminar de discutir los negocios de la empresa, el amigo lo había invitado a su casa a conocer su esposa y sus dos hijos varones.- Pero caso extraño, ninguno mencionó el accidente, todo se desenvolvió en un ambiente amable y sobre todo de recuerdos de la infancia, como si aquel suceso nunca hubiera ocurrido, y simplemente hubiésemos dejado de vernos por algún tiempo.
Al despedirnos, le dije lo mucho que admiraba a sus dos hijos, y de la felicidad que le prodigaban a su hogar, me dijo que no me preocupara, que un día yo también llegaría a ser padre.

Lautaro le preguntó a Xochilt el significado de las visiones, éste le contestó no tener una respuesta precisa al respecto, que al estar la mente en un estado de conciencia alterada, esta actuaba en una forma misteriosa, difícil de descifrar.- Es algo que los mismos sicólogos no pueden explicar, ellos mismos admiten que de la mente humana sólo conocen el veinte y cinco por ciento, el resto lo ignoran.
Pero tus visiones, -según mi interpretación-, son de buen augurio, te recomiendo tener paciencia, al final todo saldría bien, un día serás padre.

Al término de la sesión le dio cita a Silvia, la ceremonia tenía que ser por la noche, y bajo una luna llena, y para ello había que esperar dos días más.

Estos dos días de espera, los aprovecharon contratando los servicios de un guía local para que en su canoa los llevara a conocer el lago y sus contornos, fue así como se enteraron de las pequeñas islas que había en el mismo, de la “gruta sagrada”, con su cruz azul en honor a la virgen María, que según la leyenda había aparecido en dicho sitio a mediados del siglo diecinueve.
Conocieron el Salto de Eyipantle, y su espectacular cascada.
Luego el guía los llevó a conocer el Monte Cerro Blanco, donde todos los años en el mes de marzo, todos los brujos de los alrededores se reúnen a celebrar sus ceremonias religiosas, y discutir asuntos relacionados con sus prácticas.
Este sitio es famoso por las filmaciones de películas que se han hecho en dicho lugar, entre ellas.
“The medicine man”.
También conocieron la Laguna encantada, todo un paraíso tropical con su fauna y flora, y demás atractivos naturales.
Y por último los lugares arqueológicos de El Tajin y Quiahuiztlán.

Al tercer día por la mañana, recibieron la visita de un mensajero enviado por Xochilt, para que se presentaran en su casa a las seis de la tarde.
Silvia y Lautaro se presentaron a la hora indicada, Xochilt dio comienzo a la ceremonia, tal como lo había hecho con Lautaro.
Le dio a Silvia un brebaje a tomar, y les dijo optaron las posiciones de meditación como lo habían hecho en la primera sesión.
Después de impregnar la casa con incienso, Xochilt se sentó y empezó con la ceremonia.
Al término de unos treinta minutos, Silvia dio un grito de exclamación y se desmayó, Xochilt acudió a su auxilio, la tomó en sus brazos, a la vez que le pasaba por la nariz unos algodones impregnados con éter, aquello la volvió a su estado consciente, luego le dio otra toma y le dijo que no tuviera miedo, que todo era parte del proceso.

Al ver que Silvia había vuelto a la normalidad, Xochilt le dijo explicara todas las visiones y lo sucedido durante el tiempo del trance.
Silvia comenzó diciéndole lo siguiente: al comienzo una luna brillante iluminaba todo el derredor, podía ver la quietud de la llanura, a la distancia en las colinas las copas plateadas de los árboles; y podía oír el ruido y silbido de una que otra ave nocturna que volaban en el contorno, pero de pronto el cielo comenzó a nublarse, la luz de la luna lentamente fue desapareciendo, luego comenzó una lluvia torrencial acompañada de truenos y relámpagos, enseguida un estruendoso rayo hizo impacto en mi persona, y todo se volvió oscuridad.
Xochilt le preguntó si había observado a la luna y reparado en las sombras en ella reflejadas, Silvia contestó haber observado una que semejaba un feto.
Xochilt le dijo que sus deseos de tener un hijo se iban a realizar, pero le recomendaba visitar un ginecólogo, pues un trastorno en su organismo le impedía salir encinta.
El problema no es de tu esposo, más bien es tuyo.- Necesitas una intervención quirúrgica, yo no tengo los conocimientos necesarios para corregirlo.

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