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DISCLAIMERS: Xena: Princesa Guerrera, Gabrielle, Argos, Eve, Virgil y otros personajes de "Xena" son absoluta propiedad de copyright de MCA/Universal y Renaissance Pictures. No se pretende infringir los derechos de autor en está historia; esta historia no puede ser vendida o usada en beneficio de ningún tipo, pues hay derechos de autor propios. Copias de esta historia pueden realizarse para uso privado, y deben incluir todos los disclaimers y copyright.
La imagen utilizada pertenece a las páginas de "Xena warrior princess" pero el montaje es realizado por nuestra autoría, sin querer por ninguna razón infringir los derechos de autor de el otro personaje de la imagen que no pertenece a la serie (Lara Croft D.R.A).
DISCLAIMER / ADVERTENCIA DE VIOLENCIA: No hay mucha violencia, pero si encontraras algo de esta.
DISCLAIMER / ADVERTENCIA DE AMOR /SEXO: Esta historia describe una relación de amor y sexo entre dos mujeres adultas. Si eres menor de 18 años o esta clase de historias es ilegal en el estado o país en que vives, por favor no la leas.
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" You're still the one" (Shania Twain) : Está canción pertenece a su casa disquera y a su interprete y en ningún momento pretendo basar mi historia en ese tema, solo pretendemos que al oír la canción se acuerden de está nuestra historia.


NUNCA ME DIGAS ADIOS...!

Escrito por: AMCALA Y CAVIBE
Editado por:  ARALIP


" You're still the one" (Shania Twain)

CAPITULO UNO
Hay cosas que hacer...!

En una pequeña aldea el alba daba paso a una mañana clara y despejada, Xena y Gabrielle retozaban en la cama de la posada; abrazadas la una a la otra, como si nunca quisiesen separarse ... estando juntas, el mundo a su alrededor no se comparaba ni tan siquiera con los Campos Elíseos. Xena rozaba con sus dedos el cabello rubio y corto de Gabrielle, pero algo en la cabeza de la guerrera daba vueltas sin cesar; en ese instante el tiempo se hizo vital para todos los pensamientos de Xena, quien se moría por quedarse al lado de su bardo, pero debía romper ese encanto y ponerse en pie. Con un leve beso en la frente, seguido de uno en los ojos y terminando en los seductores labios de la bardo, consiguió que esta despertara de tan placido sueño.

- Buenos días Gabrielle - susurró tiernamente.

En ese instante la bardo apretó a Xena contra sí como queriendo estar más cerca de ella, con el deseo de quedarse ahí por un largo rato, pero este abrazo fue arrancado por un intempestivo empujón de la guerrera; empujón que sobresaltó a Gabrielle, quien sorprendida murmuró...

- ¿Qué pasa Xena, amaneciste de mal humor?

- No, no es eso, es que el tiempo corre y hay demasiadas cosas por hacer. - Respondió la guerrera. Levantándose de la cama se dirigió hacía su armadura para colocársela, la cual estaba tirada en el piso , pues la urgencia de quitársela la noche anterior así lo había requerido.

- Pero ¿qué cosas debemos hacer?.. si ya todo lo dejamos listo unos meses atrás, si mal no recuerdo hasta acabamos con todos los dioses, o... ¿hará falta alguno...? comentó Gabrielle mientras observaba a Xena colocarse la armadura con gran rapidez. - No estarás pensando en acabar con Afrodita o si - advirtió Gabrielle con vacilación.

- No.........!. - respondió la guerrera exaltada - Tal vez tu no tengas nada que hacer, pero yo sí, debo ir a Atens, así que si quieres me acompañas o si lo prefieres te quedas durmiendo acá y nos veremos luego; terminó diciendo ya algo malhumorada.

- Esta bien, ya me levanto, - masculló Gabrielle, - creí que podíamos quedarnos un poco más, solo para recordar lo bien que la pasamos anoche...Seguido esto de un movimiento seductor.

-No hay tiempo para eso Gabrielle..! Xena cortó el impulso de la bardo a un nuevo intento de llevarla a la cama. Gabrielle se levantó definitivamente, tomó su ropa y empezó a colocársela, sin decir una sola palabra más.

Hubo un silencio en la habitación, mientras las dos hermosas mujeres terminaban de vestirse.

- "Xena" ...suspiro Gabrielle,... "estás molesta por algún motivo en particular, o simplemente ya no quieres estar conmigo".

- Gabrielle, por favor, no empieces.- Respondió Xena, observando a la bardo con el particular movimiento de su ceja - ..."parece que aún no comprendes que no podemos quedarnos toda la vida metidas en está habitación, hay cosas que hacer y punto"-

Salieron de la posada y se dirigieron a la taberna para comer algo y luego emprender la marcha hacia Atens, una ciudad muy cerca de la villa donde se encontraban.

- ¿Se puede saber que es lo que debemos hacer en ese lugar?. - Preguntó inquieta la bardo.

Xena la observaba con algo de inconformidad por la pregunta, pero pensó que al menos había escuchado su voz, que no se pronuncio ni siquiera cuando estaban comiendo. Cosa que resultaba extraña en ella...!

- Tengo algo pendiente en ese lugar, que aún no te puedo decir... - Respondió la guerrera. - es mejor que te quedes aquí comprando algunos víveres y nos reunamos al medio día en Atens. - Terminó diciendo.

- Qué.......! - Exclamó Gabrielle, algo ofuscada por la forma en que sentía que Xena disponía de ella a su antojo.

Xena, queriendo ignorar la cantaleta de Gabrielle, dio la vuelta y se dirigió apresuradamente al establo donde había dejado a su yegua, la hija de Argos, que ahora era Argos segunda, montó su caballo y guiñando un ojo se despidió de la bardo.

Gabrielle, la observó alejarse sin pronunciar ni una sola palabra. Se preguntaba cuál era el afán de Xena por llegar a ese lugar; desde temprano la había notado algo inquieta y más que inquieta decidida a dejarla sola, o por lo menos lo sentía así.

La bardo, compró todas las provisiones en unos cuantos minutos, sabía que Xena pensaría que se tardaría mucho tiempo, pero algo en la forma de partir de la guerrera no le gustaba y quería averiguarlo lo más pronto posible. Se tardaría unas horas ya que ella se iría caminando, pero aún así estaría más pronto de lo que Xena la esperaba.


CAPITULO DOS

En Atens...!

Xena cabalgó a gran velocidad y tardó solo una hora en llegar a Atens. Ya estando en la ciudad, se dispuso ha realizar lo que tenía pendiente. Se recriminaba un poco y se sentía algo inquieta por la forma en que se había comportado con la bardo, lo último que deseaba en su vida era lastimar a su amor.

Observó a todas partes como buscando algo o a alguien mientras se dirigía al establo para dejar a Argos...

- "Xena".... gritó una joven mujer. - Mientras se encaminaba a la guerrera.- te estaba esperando. ¿Cómo estás?.-

- "Thaly tanto tiempo sin verte",- Dijo la guerrera observando a la joven.- veo que recibiste mi mensaje.- concluyó.

La guerrera la abrazo y la beso en la mejilla; este gesto fue retribuido de igual forma.

- Sigues siendo la misma mujer hermosa y encantadora que conocí hace algunos meses.- Señaló la guerrera en un tono algo seductor.

- Gracias Xena, tu también luces espléndida, veo que te han tratado muy bien,- Respondió Thaly, tomando el brazo de Xena entre los suyos y acompañándola hacía el establo.

Xena ató a Argos y cuando se disponía a salir con su amiga un alboroto se escuchó cerca al establo.

La guerrera vio como un grupo de hombres y mujeres saqueaban y destrozaban absolutamente todo; Xena advirtió a su amiga que se mantuviera alejada mientras ella se encargaba de la situación.

Con su grito particular de guerra y con un impulso, Xena se sitúo en medio del asalto; tomo su Chakram y lanzándolo sobre un grupo, logró derribar a unos cuantos, sacó su espada y empezó a luchar contra cinco de ellos que se abalanzaron contra ella.

Se dirigió hacía una carreta que estaba junto a ella y tomando impulso salto y cayó en el caballo de una de las asaltantes; con la espada en la mano le dio un golpe y la derribó. La guerrera montada en este, siguió luchando contra los demás, que ante la víspera de una pronta derrota, empezaron a huir.

Xena se percató que su amiga trataba de salir con Argos del establo, ya que estaban siendo atacadas por uno de los asaltantes; nuevamente lanzó el Chakram derribándolo y mientras esté volvía a ella pudo ver una figura que se le aproximaba.
Era una mujer que montaba un hermoso corcel negro, parecía vestir una coraza de cuero del mismo color de su caballo, solo que está se dividía en un top que le dejaba ver el abdomen bien definido, botas hasta las rodillas, una chaqueta que le tapaba un poco los tobillos, el cabello trenzado que casi le alcanzaba la cintura, un sombrero que le cubría parte de su frente y en el rostro una máscara de plata en forma de dragón, que a su vez no dejaba ver quién era...

Xena la observó detalladamente, bajó del caballo y dándole un golpe en el lomo hizo que este saliera del lugar.

Esta misteriosa mujer observó a Xena; quien no dejaba de verla; la guerrera se dirigió hacía ella, sacando su espada, y en posición de desafío la reto a bajarse del caballo para enfrentarla...

La mujer desmonto y sin mencionar palabra alguna deslizó su chaqueta hacia atrás dejando ver las espadas que estaban a cada lado de su cadera, las desenfundó y realizó una magnifica maniobra con ellas; Xena se sorprendió al ver como esta mujer se le acercaba moviéndose de una forma extremadamente rápida. La guerrera apenas pudo reaccionar a semejante ataque; batiendo su espada de un lado a otro esquivando las mortales ofensivas de está mujer. En un movimiento de su atacante, Xena perdió su espada y no tuvo más remedio que lanzar su chakram en contra de ella para defenderse, rasgando la chaqueta y dejando al descubierto su brazo izquierdo, la guerrera notó que en éste había tatuado un dragón, una particular seña que igualaba todo su aspecto.

La guerrera se alejó rápidamente para conseguir de nuevo su espada; la misteriosa mujer la seguía con la mirada y sin darle tiempo alguno, montó su caballo y dirigiendo una de sus espadas hacía Xena en forma desafiante, la reto a un próximo encuentro.

- En otra oportunidad acabaré contigo, ahora no tengo tiempo - Infirió la mujer.

Avanzó a toda marcha fuera de Atens seguida por el grupo de sus secuaces.

Xena quiso salir detrás de ellas, pero una voz familiar la detuvo al instante.

- Xena no, espera...- Gritó Thaly fuertemente.

La guerrera algo aturdida por la lucha con aquella mujer dejó que su amiga la persuadiera de no continuar, pero algo le molestaba al haberse sentido derrotada de una forma tan fácil y que su adversaria no haya deseado continuar la lucha teniendo la oportunidad de acabar con ella.

- ¿Thaly te encuentras bien? - preguntó Xena en un tono algo preocupado.

- Si Xena gracias. Tú estás bien?- Esto seguido de un movimiento con sus manos sobre el rostro de la guerrera que se veía algo lastimado.

- Estoy bien, es solo mi ... - se interrumpió ella misma pensando en la mujer que acababa de derrotarla y asumiendo en su mente el próximo enfrentamiento contra está para el cual estaría preparada.

Xena observó con más calidez a la mujer que la trataba con preocupación y simplemente la abrazó, haciéndole saber con esto que se encontraba bien.

Thaly tomando el brazo de Xena y recostando su cabeza en el hombro de ella la condujo hacia la posada de la ciudad.

En ese preciso instante Gabrielle llegaba a Atens, algo cansada y bastante malhumorada por el recorrido que su princesa le había hecho hacer a pie. No se percato de lo que acababa de suceder en la ciudad; su cansancio y genio no se lo permitieron. Lo primero que advirtió desde la distancia que se encontraba fue a Xena con otra mujer que colgaba de su brazo como ella lo hacia siempre. Se detuvo un instante queriendo no imaginarse nada malo, pero lo que estaba viendo no era lo que ella esperaba encontrar a su llegada. Se preguntaba si era por eso o mejor dicho por ella que Xena había estado tan apresurada y molesta en la mañana, pero no se explicaba por qué la noche anterior su guerrera había estado tan bien con ella y no le cabía en la cabeza que estuviera con otra mujer...!

- No, no puede ser. ¿Celos Gabrielle? ...- Se cuestionaba la bardo así misma, viéndose interrumpida en su monólogo por otra imagen a distancia que la dejo casi sin habla. Xena entraba con la desconocida a la posada de la ciudad. Volvieron las preguntas y los cuestionamientos a la cabeza de Gabrielle.

- Pero que cosa irá a hacer Xena con esa mujer en la posada, y a estas horas, no creo que piense apartar una habitación para ella y para mi, ...o sí - Se respondía la bardo así misma, tratando de dar explicación a tan inesperado suceso. No aguantó más y con paso decidido se dirigió hacía donde se encontraba Xena con su amiga.

Con la frente en alto y con la firme decisión de enfrentar lo que fuera, Gabrielle entro en la posada, pero antes de que pudiera dar un paso mas, escuchó lo que Xena y la desconocida hablaban.

- Xena, es maravilloso que estés aquí, y por suerte tu mensaje me llegó a tiempo para preparar todo, debes saber que me he esmerado en hacer lo que me comunicaste, al fin y al cabo no todos los días se pueden hacer cosas como esta y menos contigo.-

Con cada frase que ella decía, la bardo se sentía más confundida. -"¿Qué cosas podían hacer en una posada, qué preparativos y cuál mensaje?"- Se preguntaba la bardo ahora con más inquietud, debía averiguar todo lo concerniente a esto antes de actuar y sin moverse de su lugar siguió escuchando lo que podría responder todas sus preguntas.

- Me encanta tu entusiasmo, veo que no has cambiado en nada y continuas con esa energía que me encanto de ti cuando te conocí.- Respondió Xena a la joven mujer.

Gabrielle ya se encontraba casi sin aliento escuchando todo esto, su mente le cuestionaba aún más y su corazón se preguntaba qué razón tendría Xena para venir a buscar a esta mujer si la tenía a ella.

- Xena, sabes ya tengo la habitación preparada y yo misma la decoré, espero que sea de tu agrado. - Comentó la desconocida, haciendo que las piernas de la bardo temblaran al escuchar esto. Su corazón empezó a latir más fuerte y un sudor frío recorrió su cuerpo haciéndola casi desvanecer. Debía hacer algo, presentarse y descubrirlas, hacer que sus planes se vinieran abajo. ¿Pero qué planes?. sería que estaba equivocada pensando algo que no era, pero con cada palabra que escuchaba sentía que su alma se estallaba en mil pedazos. Realizó un movimiento suave para colocarse más cerca donde pudiera no solo escucharlas sino verlas.

- ¿Dónde esta tu pequeña amiga, como hiciste para que no viniera contigo? - Preguntó la joven a Xena, mientras se inclinaba sobre la guerrera queriendo limpiar un poco su rostro de algunos rasguños que para ese momento se veían realmente mal.

La bardo observaba cómo esta mujer tocaba a su guerrera de una forma que para ella era muy especial, situación que no dejaba de incomodarla, además de la idea de considerarla desafortunadamente hermosa.

Alta, cabello largo y castaño ... esculpidas curvas, - pensaba Gabrielle. -No puedo creer que Xena este haciendo esto"-

Gabrielle cerró los ojos porque sentía que era demasiado para ella y mientras su corazón le decía que por su bien no podía seguir escuchando semejante desatino, su pensamiento fue interrumpido por una nueva intervención de Xena.

- Solo tuve que decirle que comprara algunos víveres y que luego llegara hasta aquí, por suerte ella se demora demasiado en todo lo que se refiere a compras. Así que tenemos suficiente tiempo para nosotras y lo planeado - Respondió Xena.

Gabrielle se sentía morir ante lo que sus oídos estaban escuchando a pesar de que luchaba por no hacerlo; su amor, su todo, su propia vida hizo hasta lo imposible para deshacerse de ella lo más pronto posible para venir hasta aquí a verse con otra mujer.

- Sabes Thaly, estoy ansiosa por ver la habitación, no deseo perder ni un solo instante para contemplar lo que has hecho para mi - comentó Xena, seguido de un gran abrazo a la hermosa mujer.- Debes saber que he estado esperando esto por un largo tiempo y no quiero que llegue Gabrielle y lo arruine. - Xena terminó diciendo esto y sin más palabras, tomó a Thaly de la mano y subieron juntas las escaleras...

CAPITULO TRES
Por qué mi amor?...


Gabrielle se quedo petrificada y de sus ojos empezaron a brotar lágrimas sin control, lo que había escuchado y visto le era suficiente para darse cuenta de la traición de su amor, su corazón estaba hecho pedazos, su alma no tenía ya la fortaleza que siempre la acompañaba desde que Xena se había convertido en su todo, no se explicaba la razón de ese cambio.

Tomando fuerza de donde pudo, dejó las alforjas en una mesa del lugar junto con una nota a su princesa guerrera, salió corriendo tratando de contener las lágrimas con sus manos que ahora le cubrían el rostro.

Mientras corría sin rumbo alguno, se topó con el establo en donde Argos amarrada parecía mirarla. La bardo se acercó a ella y antes de querer abrazarla, se desplomó ante ésta ahogándose en un llanto inconsolable.

****************************
Xena y Thaly se dirigían hacía la habitación cuando otra joven mujer se aproximó a ellas sorprendiéndolas...

- Tu debes ser Xena, Thaly me ha hablado mucho de ti - Comentó la nueva joven.

Xena la observó de arriba a abajo en un solo vistazo.

- Xena, ella es Asay.- Se apresuró Thaly a responder, abrazando a la joven mujer.

- Me encanta conocerte, Thaly ya me había hablado de ti. - Comentó la guerrera observando a las dos mujeres que se convertían en una con ese abrazo y pensando en su bardo que debería estar de muy mal humor por el camino que estaría recorriendo a pie hacia este lugar.

- Estoy feliz de verlas, no hallo la hora en que llegue Gabrielle para que la conozcan. - Habló Xena con una sonrisa de satisfacción. - Pero debemos darnos prisa en los preparativos, no quiero que llegue y se de cuenta de la sorpresa que le tengo para su cumpleaños - Terminó diciendo la guerrera a sus dos amigas.

Mientras en el establo Gabrielle no paraba de llorar y se repetía así misma, "¿Por qué mi amor...?" En un instante se presentó ante ella una lluvia de oro y luz que se desvanecía dando paso a la figura de una mujer que le era muy familiar.

- ¿Qué te sucede chicharito, por qué estas llorando de esa forma?- Preguntó Afrodita a Gabrielle.

- "Afrodita, Xena, Xena, me engaña" - Respondió Gabrielle sin controlar ni un poco el llanto. Abrazando desconsolada a su amiga.

Afrodita se veía algo disfrazada o mejor dicho vestida como para un carnaval y colocando de pie a su gran amiga, secó sus lagrimas y la abrazó.

- No te preocupes, mi pequeña amiga, tengo la solución para eso.- Sin mas preámbulos las dos mujeres se desvanecieron en el aire.

Entre tanto Xena y sus dos acompañantes entraban a la habitación que estaba preparada para una ocasión muy especial. Se veía espléndida, con largos velos colgando de las paredes, una cama hermosa cubierta con sábanas de blanco satín ... tal y como a Gabrielle le encantaba, velas que serían encendidas en su momento, pétalos por todo el piso, un aroma exquisito, casi afrodisíaco, todo un ambiente romántico preparado para una gran noche de pasión, amor y....

- ¿Qué te parece Xena, si es de tu agrado?.- preguntó Thaly, observando a la guerrera que parecía estar soñando con alguien mas.

- Es fantástico, es algo que siempre he querido darle a mi amor, a mi bardo. - Sus ojos se abrían casi a punto de salirse, estaba extasiada.

Si a ella le había gustado tanto, a sabiendas de lo difícil que resultaba complacerla, de seguro a su amada le encantaría, sobretodo viniendo de Xena. - será que todo esto permanecerá así hasta mañana que es el cumpleaños de Gabrielle.- Terminó Xena preguntando algo inquieta.

- Claro Xena, ha estado así hace dos días que recibimos tu mensaje; permanentemente venimos y arreglamos para que este perfecto para ese día.- Comentó Asay quien veía el creciente entusiasmo de Xena.

- Entonces, solo debo comprar unos... para mañana en la noche y esperar que lleguen todos nuestros amigos y familiares, después de veinticinco años, será una gran fiesta sorpresa para Gabrielle. - Masculló Xena, saliendo rápidamente de la habitación en compañía de sus amigas.


CAPITULO CUATRO
Village, en carnaval...!

- Dónde estamos Afrodita, no estoy para fiestas.- Declaró Gabrielle aún entre sollozos.

- Estamos en el lugar preciso querida, donde podrás olvidar a tu guerrera,- aseguró Afrodita. - Este lugar es Village y te aseguro que vas a encontrar este carnaval de todo tu agrado.- Finalizó la diosa.

El lugar estaba repleto. Se oía música, disfraces por doquier, habían cantantes, escritores, narradores de historias, personas que iban y venían por todas partes en una gran algarabía, se veían amazonas, doncellas, juglares, hasta príncipes y princesas, corrían, reían, celebraban la gran fiesta, era fascinante y aunque Gabrielle tenía su mente y corazón en otro lado se permitió observar el lugar con gran admiración.

- Ya que estamos aquí bebamos y celebremos con todos ellos mi duelo.- Advirtió Gabrielle, tomando del brazo a Afrodita y dirigiéndola hacía la fonda.

- Estas segura que quieres beber, sabes que nosotros los dioses pocas veces bebemos.- argumentó Afrodita algo renuente a esta sugerencia.

Sin escuchar los comentarios de la diosa, Gabrielle la sujeto aún con más fuerza y la llevo casi a empujones a la taberna.

El lugar estaba repleto; Gabrielle y Afrodita se sentaron en la barra y pidieron dos tragos de Ginebra. La diosa, que al principio se sentía algo incomoda, después del segundo trago empezó a entrar en calor o mejor dicho en ambiente y se despojó de su título de diosa para convertirse en una simple mortal por solo unas cuantas horas al lado de su amiga.

- Por un amor que me traicionó, SALUD - Brindaba Gabrielle con todas las personas que se encontraban a su alrededor, esto seguido de Afrodita que sucumbía a la rubia en todo lo que decía.

En Atens, Xena ya había terminado con los últimos detalles de los preparativos de la fiesta sorpresa para Gabrielle y obviamente el regalo de la guerrera para la bardo estaba más que listo.

Xena se empezaba a sentir algo preocupada por la tardanza de su rubia y hermosa compañera, ya pasaba el medio día y no llegaba.

Se dirigió a la posada para dejar en al habitación las demás cosas que había comprado y que Thaly y Asay le habían ayudado a escoger para ella y su bardo. Entrando encontró las alforjas con los víveres y a su lado una pequeña nota...

"Amor no se en que te falle, pero tan grande fue mi error que tuviste que correr hacía los brazos de otra mujer. Esperé algo más de consideración hacía mis faltas pero si es así como debo pagar, me alejo de ti para que puedas ser feliz con alguien más, solo recuerda que te amo más que a mi propia vida"

La nota terminaba con un enfático "Adiós mi Princesa Guerrera". Xena al leer esto se sintió desconcertada y entró en un estado de desespero por lo que había escrito su amor. -"¿Será posible que esté bromeando; tal vez se enteró de la sorpresa y quiso jugarme una mala pasada?...o sería que se dio cuanta de algo que la confundió y la llevó a tomar semejante determinación?"- se preguntaba mentalmente la angustiada guerrera.

En ese momento entraron Thaly y Asay; al ver a la princesa con el rostro completamente transfigurado notaron que algo no estaba saliendo del todo bien y tomando fuerza para preguntarle a la guerrera que sucedía, se le acercaron con un movimiento casi imperceptible.

- ¿Xena sucede algo malo?- Preguntaron las dos al unísono.

- Gabrielle estuvo aquí... no sé que vio o escuchó, pero me dejó esta nota. - Seguido esto de un movimiento de sus manos hacía su cabeza, cerrando los ojos y pensando qué hacer.

- No puede estar lejos, creo que no debe haber salido aún de la ciudad - Afirmó Thaly también algo desconcertada por lo que acababa de leer.

Xena se puso de pie de un salto y cogió de los hombros a las dos mujeres.

- Ayúdenme a buscarla, ella tiene el cabello rubio y corto, está vestida con un top de color rojo, su falda del mismo color le tapa solo hasta la mitad del muslo... - diciendo esto Xena salió en busca de su bardo por toda la ciudad.

Mientras tanto en Village, la fiesta se ponía aún mejor. Gabrielle, que estaba de pie sobre una de las mesas y con una copa en la mano seguía brindando y gritando ... - Por los narradores de grandes aventuras!- A medida que brindaba y se le acababa su bebida, decenas de botellas se inclinaban para llenar su copa. Entre tanto Afrodita se abrazaba con varias personas que allí se encontraban, como si fueran grandes amigos y de igual forma su copa jamás estuvo vacía.
En un momento las puertas del bar se abrieron y el silencio invadió el lugar por unos segundos, dando paso a una mujer que vestía totalmente de cuero y que parecía que el color de su preferencia fuese el negro. Está observó con frialdad a todos los que se encontraban allí. Por un momento dirigió su mirada hacía la barra y vio a una hermosa mujer de cabello rubio, largo y ensortijado que se quedaba perpleja ante la llegada de aquella misteriosa mujer, pero que sin más siguió bebiendo y disfrutando de la fiesta y así mismo todos los demás la siguieron. La mujer entró y volteó su mirada hacia una joven rubia que se encontraba de pie sobre una mesa y que brindaba por todo lo que se le venía a la cabeza, hasta por la misma llegada de ella.

Sus ojos grises como la clara luna resaltaban bajo el sombrero que cubría su cabeza, intensos y aparentemente desinteresados se enterraron en la figura de Gabrielle; sus labios gruesos, rojos y extremadamente sensuales se mojaron con el suave movimiento de su lengua, y sobre ellos, como una obra perfectamente esculpida, reposaba una fina nariz; conjunto que hacían de este rostro un regalo de belleza para los ojos de todos en ese lugar.

Afrodita que ya se encontraba bastante pasada de tragos dijo en voz baja - No es que me gustteeej, pero tiennne algo.... - La mujer misteriosa había causado gran efecto ante los ojos de todos, claro que para Gabrielle era una más de las personas que se encontraban allí.

La mujer aparto a todos los que rodeaban a Gabrielle y con su mano extendida ayudo a bajar a la bardo de la mesa y la sentó junto a ella.

- ¿Qué hace una mujer tan hermosa sola en este lugar? - Preguntó la mujer, parecía estar cautivada por la hermosura de la joven que la miraba con esos ojos verdes profundos, que en ese instante guardaban una enorme tristeza y que por causa de los tragos le era difícil mantener la firmeza de su mirada.

Las lágrimas comenzaron a brotar de los ojos de Gabrielle, que deseaba contenerse ante la desconocida que la observaba como queriendo protegerla de la tristeza que se dibujaba en su rostro.

- No llores que tu tristeza opaca la luz que irradian tus ojos, las lágrimas que ruedan por tus mejillas no me permiten apreciar tu rostro que es él más hermoso que en mi vida pude haber visto. - diciendo esto, seco las lágrimas de Gabrielle con sus dedos rozando muy suavemente las mejillas de la bardo.

- ¡Ya nnoo tengggo corrrazzzón, esttta hechchchcooo pedazzzoozz,! - Pronunció Gabrielle con la voz entrecortada y bastante trabada por la ebriedad; en ese preciso momento su cabeza hizo un movimiento inesperado y fue a parar contra la mesa.

CONTINUACION


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