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EL YANAPUMA
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Sunday, 16 July 2006
Acerca de "Abril rojo" de Santiago Roncagliolo
Now Playing: Entre realidad y ficcion, solo cabe verosimilitud
?NARRATIVA DE LA VIOLENCIA O DISPARATE ABSOLUTO?

El sensei Nagata era conocido en la vieja Lima por matar un burro de un solo golpe de mano. Fue el primer maestro de karate que conocieron los hijos de inmigrantes japoneses en nuestro pais. Al otro lado del Pacifico, Masutatsu Oyama acostumbraba hacer identica exhibicion, pero con un pesado toro. Treinta a?os despues Jackie Chan incursiono en el septimo arte e hizo mas de 50 peliculas de kung fu. Este actor se hizo millonario como acrobata de la pantalla grande, pero sus aventuras eran tan inverosimiles que provocaban (y provocan) las carcajadas del publico. Imaginemonos que pensaria el difunto Nagata, como tambien el hasta ahora sobreviviente Oyama, sobre Jackie Chang. Si ellos le dijeran “payaso”, sus fans les responderian: “pero es famoso”. Ahora imaginemos que dirian los dos renombrados expertos si Jackie Chang les espetara: “gracias a mi exito, las artes marciales han llegado a Hollywood”.

Igual nos pasa a quienes hemos llevado el tema de la violencia politica a la literatura, desde los a?os ochenta, cuando vemos surgir –en el nuevo siglo- a los Jackie Chang de la narrativa peruana. Por mas que alguno de ellos tenga la buena intencion de “representarnos” o “sacarnos del anonimato”, le diremos la vieja frase: no me defiendas, compadre. Despues de ganar al lector con un solo golpe de mano, podemos criticar a quienes hacen veinte maromas increibles para distraccion de un publico ingenuo.

Pienso que el tema de la violencia politica no puede ser reducido a un thriller. Segun el informe de la Comision de la Verdad y Reconciliacion, esa etapa historica le ha costado al Peru 69 mil muertos aproximadamente. Por este motivo y por el saldo de dolor que ha dejado en miles de familias peruanas, es sumamente importante la posicion del autor que pretende tratar el asunto. Alguien me dira que cada quien hace lo que quiere con su novela. Yo contesto que eso no condiciona mi opinion.

Ya nos hemos referido a la novela de Alonso Cueto, “La hora azul”, que gano el premio Herralde. Ahora nos referiremos al joven narrador Santiago Roncagliolo y a los desaciertos de su novela premiada por Alfaguara: “Abril rojo”.

Roncagliolo no comete tan frecuentemente los errores de parrafo que Cueto ha heredado del Vargas Llosa senil. Parece que ha tenido mayor labor de correccion. Pero, si se trata de proferir espumarajos quechuas o de levantar la vista hacia el agujero -una fosa comun repleta de cadaveres- o de "quemar sus ultimos cartuchos, como los heroes" (p.113), o de hacer que un helicoptero retroceda, llegaremos a celebrar el absurdo absoluto. La primera puede pasar por una figura literaria hecha por un narrador occidental e hispanohablante frente al quechua que no entiende; por lo tanto, no esta despojada de discriminacion. Nunca he escuchado un "espumarajo" quechua, pero puedo imaginar que quiso decir el autor, a traves del narrador, desde una mentalidad tipicamente lime?a. En cuanto a la ubicacion de la fosa, la narracion previa es explicita respecto a que los personajes tienen que ascender, por lo menos una cuesta, antes de darse de narices con los cadaveres. Pero una vez que Chacaltana ha subido esa cuesta, es improbable que tenga que "levantar" la vista hacia el hoyo. El hueco no esta en el espacio sideral. En cuanto a quemar sus ultimos cartuchos "como los heroes", los peruanos conocemos unicamente a un personaje de nuestra historia que mantuvo ese juramento: Francisco Bolognesi, antes de morir defendiendo el morro de Arica que fue tomado por los invasores chilenos. Por lo tanto, no se alude a "heroes" en plural. Como Mario Suarez ha demostrado, segun su pericia aeronautica en la FAP, no pueden "retroceder" los helicopteros. ?De donde les invento el autor la palanca de retroceso?

El personaje principal:

Sobre el personaje principal, dice la contracaratula: “El investigador de los asesinatos es el fiscal distrital adjunto Felix Chacaltana Saldivar. A el le gusta que lo llamen asi, con su titulo y todo. Y el fiscal Chacaltana nunca ha hecho nada malo, nunca ha hecho nada bueno, nunca ha hecho nada que no estuviese claramente estipulado en los reglamentos de su institucion. Pero ahora va a conocer el horror. Y el horror no se ha leido el codigo civil”.

La Ley Organica del Ministerio Publico no reconoce el cargo de “fiscal distrital”, sino que el cargo titular mas bajo es el de fiscal provincial. Si el autor se hubiera dedicado mas a investigar la materia de su novela, habria puesto a Felix Chacaltana Saldivar como fiscal provincial adjunto bajo las ordenes de un fiscal provincial titular. Un fiscal adjunto, es un vice-fiscal o segundo del principal que esta a cargo de determinada fiscalia.

Pero como de confundir se trata, este fiscal "distrital" no desfila con el escalon del Ministerio Publico o de la Fiscalia en la procesion de semana santa, sino con la escuadra del Poder Judicial. Cualquiera diria: “ni que fuera juez o secretario de juzgado”.

Como el autor no conoce las funciones del Ministerio Publico ni de los fiscales, hemos visto que pone en la contra-caratula que Chacaltana "va a conocer el horror. Y el horror no se ha leido el Codigo Civil". En declaraciones del autor dice que Chacaltana "cree en la ley y el orden y sabe recitar de memoria el Codigo Civil". Pero la labor de un fiscal como Chacaltana no corresponde precisamente a resolver casos de interes privado, sino de interes publico. Por lo tanto, lo que deberia conocer mas un fiscal en lo penal, ademas de la Ley Organica del Ministerio Publico, no es el Codigo Civil, sino el Codigo de Procedimientos Penales, la Constitucion y –principalmente- el Codigo Penal. Puede tranquilamente obviar en sus labores cotidianas el Codigo Civil. Se trataria, segun lo que cuenta la novela, de un fiscal provincial en lo penal a quien corresponde intervenir en la investigacion el delito desde la etapa policial, no de un fiscal “distrital” en lo civil.

Confusion de instituciones y de epocas.-

En 1922 se creo la Guardia Civil del Peru (GC) cuyo mitico lema fue "El honor es su divisa". Durante decadas los peruanos nos acostumbramos a diferenciar a la Guardia Civil de otras instituciones policiales como la Guardia Republicana (GR) o la Policia de Investigaciones del Peru (PIP). Esta triparticion de la labor policial duro hasta el primer gobierno de Alan Garcia, quien en 1988 creo la Policia Nacional del Peru (PNP) cuyo lema es "Dios, Patria y Ley".

Si la novela de Roncagliolo narra los hechos que se suceden en la post guerra, precisandose enmarcados en la etapa de pacificacion fujimorista, se supone que el lema citado no corresponde con la epoca ni el espacio-tiempo narrado. Cuando dice: "En la pared colgaba el escudo de la policia con su lema: el honor es su divisa" (p.71), se evidencia la ignorancia del autor respecto a las instituciones de su pais.

Continuemos con la confusion de instituciones. La Guardia Civil (GC) despues de las guerrillas de 1965 recibio un curso de especializacion en lucha antisubversiva a cargo de una mision militar norteamericana. La mision yanqui impulso a que la GC crease un cuerpo o batallon antisubversivo, llamado los Sinchis. Cuando se unificaron las tres instituciones policiales en una sola (PNP), los Sinchis conservaron su identidad y peculiaridades.


Veamos que nos pretende decir Roncagliolo: El comandante Alejandro Carrion Villanueva al inicio de la novela es presentado como militar. Pues bien, en la pagina 182 este comandante del Ejercito Peruano (EP) confiesa: "En esa epoca yo era capitan. Era el superior inmediato de Caceres".

En cuanto a este personaje, el Perro Caceres, Carrion sostiene: "Era una mierda de gente. Un sinchi. A esos los tenian pudriendose en una base de la selva. Luego los trajeron aqui para ponerse al dia" (178). Pero en la pagina 133 se le hace figurar como el teniente EP Alfredo Caceres Salazar, o sea como un oficial del Ejercito Peruano (EP). Se repite seguidamente en la pag. 181: “daba orden a sus sinchis de hacerlo” para que despues en la pag. 326 vuelva a reafirmar “Alfredo Caceres Salazar, teniente del Ejercito del Peru”.
Notese que la confusion de instituciones es fruto del descuido en cuanto al hecho historico que se pretende usar de telon de fondo. Los sinchis -como ya explicamos- son miembros de un cuerpo de la antigua Guardia Civil especializado en lucha antisubversiva. Su base tradicional de entrenamiento esta enclavada en la selva central, en Mazamari, cerca de Satipo, departamento de Junin. Por lo tanto, el teniente Caceres no puede figurar primero como oficial del Ejercito (EP) y luego ser descrito como un SINCHI.

La equivocacion es mayuscula en boca del personaje que narra la trayectoria de Caceres, se?alando que a los sinchis los tenian pudriendose en la selva y los trajeron a Ayacucho "para ponerse al dia". La verdad fue a la inversa: los sinchis combatieron a la subversion en Ayacucho dos a?os antes de que entrase a tallar el Ejercito y la Marina. En sintesis, tenemos un teniente del Ejercito que luego se le identifica como miembro de la policia y viceversa; y un comandante del Ejercito que cuenta al reves la historia de la lucha antisubversiva.


En escatologia no le va mejor a Roncagliolo. Cuando escribe: "Sobre la pared colgaba una imagen de Cristo en claroscuro, elevando las manos hacia el Se?or" (p.55) nos somete a un riguroso desafio de interpretacion teologica. ?En que quedamos? ...?Cristo es el Se?or o el Se?or es una persona distinta a Cristo?... Tres personas distintas y un solo Dios verdadero, indica el catecismo. ?El titulo se?orial le corresponde a una sola persona de la santisima trinidad?

En cuanto a armas, le corresponde a un narrador de la violencia saber siquiera lo mas elemental. Para el autor los efectos del disparo de una pistola calibre 9 mm (arma corta) se parecen a los de una escopeta calibre 12 (arma larga). “Era la primera vez que disparaba en su vida. El disparo sono mucho mas fuerte de lo que habia calculado y lo empujo hacia atras, hasta hacerlo caer sobre el cuerpo. La bala reboto contra las paredes, atronando la casa con el eco agudo de sus golpes en la piedra”, (Pag. 262). Jamas he conocido alguna pistola de 9 mm., automatica o semiautomatica, que produzca esos efectos. En sintesis, el disparo de pistola nunca empuja hacia atras al tirador. Es un error imperdonable para quien pretende narrar la violencia. Igual es cuando afirma “como si la pistola fuese una metralleta de helicoptero” (p.321), pues las metralletas son armas unipersonales, no de artilleria aerea. Los helicopteros usan ametralladoras, no metralletas.

CONCLUSIONES.-

Santiago Roncagliolo ha hecho una novela que, en terminos formales, esta bien fabricada. Tiene paginas bien hechas, aunque el argumento a veces sea contradictorio. Lleva al lector a un desenlace sorprendente, pero retrasa demasiado la llegada al climax de la narracion. Para ser una gran novela, le faltan ingredientes que son exigibles en el tema de la violencia politica que vivio el Peru. Necesita verismo, investigacion del tema y de los detalles que enriquezcan el universo narrado. Los detalles son sumamente importantes para que los peruanos podamos identificarnos con eso que se nos cuenta y tomarlo seriamente.

La primera ley que reconocen para la novela los teoricos de narratologia, es la ley de verosimilitud. Esta apunta a la credibilidad de la ficcion narrativa. La novela entra?a la creacion de mundos imaginarios verosimiles. Es decir, creibles y aceptables a pesar de su condicion ficticia. La verosimilitud de los sucesos presentados en la novela nos pareceria asi tan convincente que terminariamos por olvidar que se trata de una fabulacion. La verosimilitud consiste en mantener el equilibrio entre ambos extremos, realidad y ficcion, maxime si se escribe de hechos historicos o de un contexto historico significativo.

En este campo es donde operan los detalles que pedimos. El arma empleada, las instituciones operantes, el perfil psicologico del personaje principal, etc. Todos y cada uno de ellos, cuando son mal tratados por error u omision, terminan entrampando a la novela o llevandola al sitio donde acumulamos los textos que merecen una sola lectura.

Desde el punto de vista politico, esta novela abona la corriente burguesa de literatura de post guerra. No contiene una critica de los sucesos que han marcado a fuego el subconsciente colectivo de millones de peruanos. Tampoco se puede leer entre lineas la posicion del autor. Por eso se enmarca en la secuencia narrativa de Vargas Llosa (“Historia de Mayta” y “Lituma en los Andes”) y de Alonso Cueto (“Palido Cielo” y “La hora azul”). Hasta alli los Jackie Chang de la narrativa de violencia politica le han abierto el camino al Karate Kid que Alfaguara puede promocionar. Pero recordemos que ese film, a pesar que ha vendido millones de boletos, no convence a ningun practicante serio de artes marciales.

Posted by ar2/dantecastro at 1:02 PM
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Friday, 2 June 2006
El EXTRA?O CASO DE LAS CHANCLAS METALICAS Y LAS ALMEDRAS ANDINAS
Now Playing: Sobre ?Abril rojo? de Santiago Roncagliolo

escribe: Mario Suarez Simich

El celular sono a las tres de la ma?ana del viernes santo.
-?Lo he despertado, se?or?- Reconozco la voz de Lady. Una amiga que ha terminado el doctorado en hispanoamericana en la Universidad de Madrid y que ahora prepara una tesis sobre Clemente Palma. Suele llamarme para preguntarme el significado de algun peruanismo o para que le aclare el contexto de ciertos articulos de Clemente. A esa hora y con una mujer al otro lado de la linea, como en las buenas novelas policiales, solo queda hacerse el interesante. Recuerdo a Cyrano de Bergerac.
-No. Estaba leyendo a Descartes, Lady.- Lanza entonces la pregunta.
-?Como se llora en quechua, se?or?
No solo termino de despertarme, me levanto de la cama y enciendo la luz del dormitorio. Pienso que debe ser una broma, cosa rara en Lady.
-Como en aleman o frances, se?ora. Con pena, alegria o algo por estilo. ?De donde ha escuchado eso?
-Lo he leido en Abril rojo de Roncagliolo, pagina 20 (ella siempre academica). Lo encontre en la estanteria del supermercado y lo he comprado…
-Eso es lo que algunos llaman exito literario.- La interrumpo.
-No se ponga sarcastico a esta hora. Hay otras cosas que no entiendo y que queria preguntarle. ?Lo ha leido usted?
-No, pero me temo que terminare haciendolo; sabe que siempre trato de estar al dia sobre la competencia. Hacemos una cosa, si va ir el sabado donde Angeles, me lo presta, me ahorro el comprarlo y domingo nos vemos para conversar. Ahora voy a dormir en peruano, Lady.
-?Y como es eso, se?or?
-Con mucho sue?o, se?ora. Hasta el sabado y buenas noches, Lady.


Las sayonaras metalicas y el domingo de resurreccion

?Por que sera que cuando uno no sale de vacaciones en semana santa hace el mejor clima? Me preguntaba eso la ma?ana del domingo mientras me dirigia a mi cita con Lady. Habia pasado la tarde-noche del sabado leyendo Abril rojo en una terraza del centro de Madrid, tomando vermouth y echandome gotas a los ojos y a la nariz para combatir mi alergia al polen primaveral. Podia considerar entonces el picor de los ojos, los estornudos constantes, la irritacion de la nariz y la lectura de la novela como mi penitencia particular. Por lo subrayado en el libro sabia lo que Lady iba a preguntarme; yo tenia las respuestas preparadas. Llego puntual como las flores y el polen en abril.
-Se?or, ?Como son las chanclas de llanta? (Paginas 68 y 121) Yo me las imagino, pero debe tratarse de un error.
-Y el culpable de ese error es el Rey, no Santiago, se?ora.-Me mira sorprendida.- Dejeme que le explique: cuenta Pepe Bravo que cuando su Majestad estuvo en el Peru le dieron a probar cancha y que le gusto tanto que cuando se le acabo llamo al mozo y le dijo: Por favor, me trae un poco mas de almendras andinas. Fue el quien empezo con este juego de traducciones del espa?ol al peruano; Roncagliolo lo ha hecho a inversa, pero mal.
Como no la veo convencida, entro en detalles de mecanica liguistica-literaria. Una rueda peruana, Lady, la forman el aro, la llanta y el vaso; una espa?ola, en cambio y en el mismo orden, la llanta, el neumatico y el tapacubos. A esto hay que agregarle que ustedes entienden por chanclas el calzado que no lleva sujecion al talon lo que para nosotros bien podria ser una sayonara. De ahi que un espa?ol imagine unas “chanclas de llanta” como peruano imaginaria unas “sayonaras metalicas”.
-Entiendo ?Entonces un chullo seria algo asi como boina andina?
-Usted siga enredando con la semantica, Lady. Bastaba decir ojota, que ademas esta en el Real diccionario. Como dijo el poeta, el escritor quiso laurearse, pero se encebollo.


La ficcion del poder aereo: arma decisiva para la victoria

-Entonces tambien es un error lo del helicoptero que da marcha atras. (Pagina 149)
-Eso es rigurosamente cierto, pero una indiscrecion de Santiago.- Mi profundo nacionalismo me llevo a mentirle.- Sabemos que desde hace tiempo Chile se viene armando y rompiendo el equilibrio estrategico en la zona. Los peruanos, para no ser menos, hemos adquirido una flota de helicopteros Retro-fire, de fabricacion china por supuesto, que son capaces de dar “marcha atras” como dice Roncagliolo y de varias cosas mas en las que no abundo porque es secreto de estado. Asi que le pido que esto quede entre nosotros.
-?Y que me dice de “el pasadizo oscuro lleno de dolores” (pagina 22), de “la foto soleada y tranquila” (Pagina 64), de restregarse la cara “para quitarse las lega?as” (pagina 109) o de la lluvia que “caia horizontalmente” (pagina 93)? ?Quiere que siga?- dijo en tono amenazante.
-Esa no es lluvia, Lady. En todo caso un manguerazo.- Lo dije en broma y para apaciguarla. Al parecer mi respuesta anterior no la habia convencido.
-Me parece increible que se les haya pasado hasta a los correctores de estilo.
-En Alfaguara ese trabajo lo hace el departamento de marketing, Lady.
-!Se?or Simich!- Ella solo me llama asi cuando esta molesta.
-Vale, se?ora. A mi tambien la novela me parecio mala. Cuando termine de leerla solo pude pensar en dos cosas: en la deforestacion del planeta y en como serian las demas novelas del concurso. ?Contenta? Pero la unica que puede reclamar es usted; yo la he leido gratis.
-Y usted que es peruano, que opina de la trama.-En sus ojos casta?os pude atisbar la trampa de la pregunta.
-Buscar un asesino en serie en Ayacucho resulta tan inutil como buscar un adultero en una orgia romana. Ademas el autor, con otras palabras, lo dice en la nota final: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
-Por fin algo ingenioso, se?or Simich.
Seguia molesta. Me dio dos besos como despedida. Antes de que fuera y para compensarla por el mal trago le preste Rosa Cuchillo de Oscar Colchado y los cuentos de Edgardo Rivera Martinez. Se alejo entonces por el Paseo de Recoletos con direccion a la Plaza Cibeles. Mientras su silueta se fundia en la lejania con el atardecer del domingo de resurreccion madrile?o, yo pensaba en lo lejos que estaba este tipo de narrativa de la que a?os atras ganaba concursos con libros como La Ciudad y los Perros o Huerto Cerrado.







Posted by ar2/dantecastro at 5:28 AM
Updated: Friday, 2 June 2006 6:58 AM
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LA HORA OSCURA DE ALONSO CUETO
Now Playing: Leyendo a tropezones una prosa accidentada
Comentarios criticos a la novela La hora azul, ganadora del premio Herralde 2005.

Escribe: Dante Castro Arrasco


Hace pocos dias, revisando la bandeja de correos recibidos, me encontre con un lio de escritores motivado por pasiones electorales. Me extra?o leer una carta de Alonso Cueto, a quien consideraba el contendor mas ponderado dentro de la polemica desatada en Madrid entre narradores hegemonicos y marginales. Esta carta manifiesta lo siguiente:

Estimado Victor Coral:
Mil gracias por defenderme y defender la validez de mi novela. Estas autorizado para hacerlo y para desenmascarar el transfondo politico de quienes la atacan. Ademas, denunciar a los filoterroristas inflitrados en la literatura peruana no es un acto de soploneria: es un imperativo moral. / Como dijo Vallejo, mi libro ha nacido en medio del mayor silencio... y debo agregar de la campa?a orquestada en los medios de prensa que fungen de criticos literarios... Sin embargo, ya sabemos lo que llego a ser "Trilce" y nadie recuerda a sus detractores. Mi novela sera un clasico cuando la izquierda comuhumalista este enterrada. / Tanto en el ataque que sufrimos el a?o pasado inferido por los narradores "andinos", como en estos articulos ofensivos contra mi libro se advierte connotacion politica. El Peru esta dividido entre democratas y comuhumalistas, y estos ultimos han infiltrado la literatura nacional y algunos medios de prensa. / En nombre de la literatura y de la democracia, gracias de nuevo... y en campa?a,
Alonso Cueto

Seguidamente escribi a sus destinatarios aclarando que no todos los hombres de izquierda estamos involucrados en candidaturas, tampoco todos somos humalistas, pero ademas se?alaba que la literatura no era objeto de infiltraciones ideologicas, puesto que no es un partido o un club. Es un arte que convoca a multitudes de ideologias y formas de pensar.

Primero me escribio Paolo de Lima, dando cuenta de un mensaje de Ivan Thays sobre comunicaciones fraudulentas, fingidas y suplantaciones. Luego me escribio Gustavo Faveron Patriau diciendome que circulaban emails apocrifos y que Cueto podia ser victima de alguno de estos tricocefalos de la subliteratura que pretenden exorcizar sus demonios de frustracion comprometiendo el nombre de verdaderos escritores.

Aun asi, me senti conmovido por aquello que dice: “Como dijo Vallejo, mi libro ha nacido en medio del mayor silencio... y debo agregar de la campa?a orquestada en los medios de prensa que fungen de criticos literarios”. Suena extra?o el nombre de Vallejo incluso en pluma del impostor. Quien pretendia suplantarlo o falsearlo debe reconocer que es un narrador hegemonico que no puede lamentarse de falta de publicidad. Tampoco de “campa?as orquestadas de prensa”, pues dispone de apoyo en el diario El Comercio, la revista Somos y el diario Peru 21: todos propiedad de la aristocratica familia Miro Quesada, que marcan la pauta en medios ajenos.

Pienso que la novela de Cueto merece ser criticada deponiendo las pasiones politicas del presente momento. No debe padecer del mayor silencio, como dice el suplantador parafraseando a Vallejo.



1.- Valoracion de la novela.

La hora azul, novela ganadora del premio Herralde 2005, es una obra literaria que se inscribe en la novisima linea de la narrativa de la post guerra en el Peru. Su autor, Alonso Cueto, ha confeccionado una estructuracion de la historia que mantiene en tension al lector durante la busqueda que emprende Adrian de Miriam, la amante del padre, un marino genocida y torturador en Huanta, Ayacucho. En este sentido, la atencion del lector no decae por causa de puntos flojos o cabos sueltos, sino que asciende vertiginosamente hasta el pinaculo del climax y concluye satisfactoriamente en un final clasico.

Cueto, en esta novela, comparte con el Mario Vargas Llosa de Conversacion en la Catedral, algunos elementos comunes, como la entrevista de un hijo con los subalternos del padre, quienes le revelaran, entre tragos, la cara oculta de quien era su progenitor. Pero, mientras Vargas Llosa en esa gran novela logro poner en evidencia el caracter de la dictadura militar de Odria y del proceso politico de entonces, Cueto solo se conforma con narrar la experiencia de Adrian involucrado en el caso personal de Miriam, usando como telon de fondo la post-guerra antisubversiva.

El mayor logro de Cueto –consciente o inconsciente- consiste en revelar las distancias sociales que separan a unos peruanos de otros. Conoce bien que diferencia a su clase con el universo de desposeidos y de manera confesional se vale de un narrador-personaje para emitir juicios acerca de ello. Las descripciones de la clase pudiente son sumamente reales y por ello abominables y nauseabundas incluso para el lector de estratos medios. Es lo que mejor conoce el autor, aquello de lo que puede dar un testimonio veraz. Pero no sucede asi cuando trata de dar cuenta del mundo del otro. Cueto no puede interpretar que se siente desde abajo y por este motivo, la novela no se separa en ningun momento de la estrecha vision del pituco Adrian.

2.- Critica de los aspectos negativos.

(2.1.) El lenguaje.

Alonso Cueto, a lo largo de su carrera literaria, no consigue librarse de las trabas y baches propios de un lenguaje de principiante. Leer muchas de sus paginas es igual que escuchar a un mal orador que constantemente repite los mismos bastoncillos que entrampan el discurso. La reiteracion de terminos como “habia” y “me” funcionan del mismo modo que los bastoncillos –remoras discursivas- de un orador deficiente. Esta debio ser la segunda labor del creador, atento a corregir la estructura de sus parrafos y a organizar una sinfonia de palabras, imprimiendole el ritmo y la cadencia que merece la accion narrada. Pierde mucho en intensidad esta novela cuyo tema tiene la suficiente tension narrativa para impresionar al lector. Cuando tropezamos once veces con la palabra “habia” en el mismo parrafo, seis veces en el siguiente, ocho en el subsiguiente, y asi sucesivamente, sabemos que no se trata de un problema de estilo o meramente de composicion sintactica, sino de una seria limitacion del autor.

(2.2.) Verosimilitud e inverosimilitud.

El joven Vargas Llosa indicaba que la novela se constituye en una “realidad ficcional” que sustituye a la “realidad real”, pero dejo dicho que incluso la ficcion mas radical tiene que ser verosimil. La verosimilitud es mas exigible cuando se escribe novelas historicas o determinadas por referentes que son de publico conocimiento. La novela de Cueto esta referida a un hecho historico que ha marcado a fuego la historia del Peru. Por lo tanto, no puede abusar de las licencias que le otorga la ficcionalizacion literaria.

Un oficial de la Marina de Guerra del Peru que termina sus ultimos dias en el Hospital Militar, es tan inverosimil como un franciscano agonizando en los claustros jesuitas. No se trata de una emergencia en escenario de guerra, sino de un hecho comun en Lima, en epocas de pacificacion y normalizacion de la vida institucional del pais. En la Lima de post guerra, no es creible que un paciente de esa institucion sea tratado en el Hospital Militar cuando le corresponde el Hospital Naval. Luego Cueto prosigue nombrando “soldados” a los infantes de marina y reiteradamente confunde como “oficiales” a los subalternos de tropa. (?Alguien imagina a oficiales recogiendo cadaveres?) Sus personajes reproducen los errores del autor en cuanto a confundir las instituciones armadas. Chacho, uno de los marinos subalternos, dice: “...desde que sali del ejercito...” (pag. 67)

Los casos mas pateticos de inverosimilitud son: el monto del chantaje a la madre del personaje principal y la fuga de Miriam del cuartel.

Cualquier lector habitual de paginas policiales, sabe que el monto de un simple chantaje con fotos –en el Peru y en Lima- no llegaria a mil dolares mensuales. En este caso habria que comparar la amenaza real que supone el delito con la posibilidad de dar por parte de la victima. Las consecuencias no justifican el pago, puesto que salvar la honorabilidad del padre, divorciado e invisible hace decadas, no es creible como asunto de primera necesidad de la familia. Igualmente habria que preguntarse: ?que presupuesto familiar lime?o soportaria un pago de mil dolares mensuales durante tres o cuatro a?os? Conociendo el estrato mas privilegiado de Lima y sus costumbres, cualquiera preferiria ir a la policia o recurrir a sicarios antes que pagar esa suma. Pienso que el autor se hubiera beneficiado en credibilidad bajando el monto del chantaje a niveles mas realistas. El narrador-personaje concluye pagando cinco mil dolares a cambio de los negativos. O sea que la cuenta total ascendio a 53,000 dolares, el precio de una casa departamento en zona residencial.

Caso de mayuscula inverosimilitud es la fuga de Miriam, disfrazada con el uniforme del marino Guayo, a quien antes el narrador ha sugerido como hombre de gran tama?o. Precisa que ella huye suplantando a Guayo porque tenia su misma estatura y peso. Pero Guayo despues de la guerra trabajo como policia, luego como guardaespaldas y el narrador dice que “al lado de Guayo, Chacho parecia un mu?equito” (p. 71). Y si a Chacho antes lo describio como “cuadrado, macizo, labios duros” (p.67), ya podemos imaginar a esa “rata grande” llamada Guayo. Si Miriam era una joven menuda y el infante de marina era de gran tama?o, ?como es posible que Cueto despues los haga coincidir en talla de ropa y aspecto fisico? Con respecto a la treta de escape, hubiera sido mas inteligente que el autor le ponga a Miriam el uniforme de cualquier marino menudo para burlar la vigilancia. No era necesario relacionarla con quien demostradamente no coincide en silueta con la profuga.

“La chica se puso el uniforme del Guayo con la boina” dice en la pag. 79 y nadie fuera del Peru, fuera de Ayacucho, fuera de Huanta, notara que alli hay un error mas: los marinos en Huanta no usaron boinas, sino gorras de tela mimetica, cuando no pasamonta?as que se recogian como gorros de lana negra. La boina es prenda de los comandos del Ejercito ...para desfiles.


(2.3.) Entre metaforas y disparates.


Las figuras retoricas deberian surgir en el discurso narrativo sin necesidad de usar forceps. De otro modo, cualquier acrobacia verbal puede derivar en un disparate injustificable. Y no son precisamente figuras literarias dislates tales como: “carros destartalados hirviendo de humo” (pag. 97), o “mi peinado corto de terno gris” (p.30). Peor si el autor, al describir la calle, confunde la via de asfalto con “una pista de cemento negro”. Si se mete en asuntos climatologicos, hace que una simple brisa tenga efectos de huracan o tornado: “Una brisa arrastraba los arboles” (p.137). Preguntemonos que efectos hacia la brisa sobre las casas. Peor le va forzando frases fallidas para hacerlas pasar como metaforas: “Una pareja de ancianos pastaba tranquilamente de una bolsa de nueces” (p. 104).

En problemas mecanicos, no le va mejor a Cueto: “maneje con el ruido del pie en el acelerador” (p.123). Hasta ahora yo me pregunto: ?que ruido produce el pie en el acelerador y como hago para manejar con el? Es como decir: “Habia un silencio turbio en el parabrisas, un foco de luz que se arrastraba sobre el vidrio” (p.115) cuando es evidente que lo que pueden apreciar nuestros sentidos en el parabrisas, son efectos primordialmente visuales y en segundo lugar, auditivos, si es que el limpiaparabrisas hiciera algun ruido sobre el parabrisas. Esto es tan obvio como diferenciar “un silencio turbio”, que ya es una figura literaria, de “un foco de luz” que no encaja con la anterior. Asimismo el autor demuestra que no domina el registro del habla coloquial lime?a, cuando en lugar de denominar “mecanica automotriz”, escribe “mecanica automotor”. Leamos el exabrupto completo: “Nos dijo que estudiaba mecanica automotor por las tardes” (p. 300).

Conclusiones.-

Reiteramos que haciendo a un lado las deficiencias se?aladas, el lector puede disfrutar del ascenso de la historia hasta el climax de la narracion, dentro de una sola tension que es producto legitimo de la organizacion de la novela. No se trata de una obra que anide en la tradicion narrativa de la violencia politica en el Peru, sino en la novisima corriente de la narrativa de post guerra. Ella esta conformada por autores que llegaron a destiempo a un tema que ya se venia narrando desde los primeros a?os 80’. Es una mirada retrospectiva que carece de epica y audacia para tocar con pulso firme los traumas que siguen lacerando la memoria de los peruanos marginales. Por eso ninguna novela actual de post guerra puede librarse de la mirada de corto alcance de sus propios personajes, de sus juicios subjetivos y del recuento de peripecias personales. Algo falta ademas de juicio historico del autor, y es el afan totalizador que le es inherente a la novela historica. El veterano Cueto, como el novisimo Santiago Rocangliolo, parece que no tienen la intencion de la novela total, sino de hacer simplemente novelas bien estructuradas que pueden satisfacer al publico extranjero, pero que dejan insatisfecho el apetito del lector nacional y una serie de cuestionamientos nuestros bajo el sombrero.
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Posted by ar2/dantecastro at 4:54 AM
Updated: Sunday, 18 June 2006 9:14 PM
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