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LAS VACACIONES

Historia del Sol.

La montaña de diamantes.

La nube y el sol.

La Sirenita.

El gran conejo Trotón. 

El collar de conchas.

HISTORIA DEL SOL.

    Hace mucho tiempo, cuando aun existían animales monstruosos y el hombre no conocía el fuego, lo único que calentaba el mundo era el Sol. Poco a poco se fue envaneciendo y no quería ponerse nunca, no dejaba salir a la Luna y las estrellas y abrasaba las nubes que se atrevían a cruzarse en su camino.

Los días eran cada vez más largos, hacía más calor y la Tierra se iba secando poco a poco.

Se reunieron todos los hombres y animales y decidieron hablar con el Sol, pero ninguno se atrevía. Por fin un pequeño dragón volador decidió intentarlo. Voló hacia arriba durante muchísimo tiempo estaba agotado y medio abrasado y al Sol le dio pena y aflojo sus rayos para que pudiera acercarse. El pequeño dragón le contó todas las penalidades que estaban ocurriendo en la Tierra y el Sol lo comprendió y todo volvió a la normalidad. El Sol cogió parte de su luz y su fuerza y formo la constelación del dragón. Desde entonces el Sol tiene prisa porque se haga de noche para poder hablar con su amigo y nunca ha vuelto a tener la tentación de alargar su presencia en el cielo.

    LA NUBE Y EL SOL

Había una vez una nube que era muy envidiosa y quería que todo el mundo la quisiera más que al Sol. Un día se puso delante de él y le dijo que nunca más le dejaría ver la Tierra. El Sol le pidió que no lo hiciera porque quería ver a los niños jugando, hacer crecer las flores y las cosechas, calentar a los viejecitos, ver el mar, etc. Pero la nube no le escucho y le tapo del todo. Al cabo de un rato todo el mundo le pedía a la nube que se apartase pero ella no hacia ningún caso. Al final una niña muy lista empezó a decirla lo guapa que estaba y que cuando más le gustaba era cuando hacía llover. La nube dejo soltar una gotas y la niña aplaudió, la nube siguió soltando lluvia y poco a poco fue haciéndose más pequeña  hasta que el Sol pudo brillar de nuevo y todo volvió a la normalidad. 

El collar de conchas

Hace mucho tiempo, en una pequeña isla de Oceanía, vivía un niño con sus padres, eran de los más pobres de la isla. En esta isla no había dinero y se empleaban las conchas marinas para pagar. Los ricos tenían muchas conchas y la familia del niño no tenía ninguna. 

Un día el niño iba paseando por el poblado y vio a un grupo de hombres que estaban comiendo, se paró y se puso a mirar con envidia a los platos de comida. El más gordo de los hombres le gritó recriminándole que se quedara mirándolos. El niño se fijo en que llevaba un montón de collares de conchas y el hombre se enfadó aun mas, cogió uno de sus collares y lo agitó delante de las narices del chico . Este se enfadó y le dijo que algún día tendría mas conchas que el y se convertiría en el jefe de la isla. El gordo, que era el jefe de la isla, rompió una de sus conchas y le tiró un trozo con desprecio. El chico cogió el pedazo y se fue hacia la salida del pueblo, allí se encontró con una mujer que vendía naranjas, le dio el trozo de concha y ella le dijo que por ese trozo sólo podía darle un gajo.

Cuando llegó a su casa lo plantó en detrás de su cabaña, al día siguiente se encontró con que había salido un árbol gigantesco, trepó por sus ramas y en la copa se topó con una casa muy bonita, salió a recibirle una mujer muy agradable que le escondió ya que en la casa vivía un espíritu que si se enfadaba podía ser muy malo. Cuando llegó el espíritu se dio cuenta de que había venido alguien y lo buscó, cuando le encontró le cayo muy bien y le invitó a comer. Le dieron una escudilla llena de comida y por más que comía siempre estaba llena, cuando acabó de comer, el espíritu le dio un arcón, un hacha y le dijo que se podía quedar con la escudilla. Le puso como condición que al llegar abajo cortara el árbol ya que no quería que nadie mas subiera a su casa.

El chico cuando llegó a su casa y abrió el arcón se dio cuenta de que estaba lleno de las mas maravillosas conchas, dejó a sus padres comiendo de la escudilla y se fue con el arcón a la plaza del pueblo, busco al jefe de la tribu delante de todos lo abrió. El jefe avergonzado le dijo que a partir de ese momento él era el jefe de la tribu y se fue a esconder su humillación a su cabaña.

 

 

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