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LA INVITACIÓN DEL SEÑOR

 

(Mateo 11:28-29)

La invitación que nos hace el Señor es una invitación personal, consiste en descansar. Este descanso es necesario debido a las cargas que nos genera las actividades diarias. La rutina diaria no nos permite tener un tiempo para reflexionar sobre las cosas que hacemos ni menos con relación a nuestra vida. La acumulación de una serie de dificultades es lo que actualmente llamamos cargas y éstas pueden ser de orden material o espiritual. Si hacemos un listado rápido de estas cargas, nos encontraremos con las siguientes:

·        preocupaciones,

·        angustia,

·        culpa,

·        enojo,

·        envidia,

·        frustración,

·        enfermedades,

·        amargura,

·        complejos de inferioridad,

·        vacío espiritual,

·        dudas,

·        cansancio, etc.

Nosotros por sí mismos no podemos aligerar nuestras cargas, necesitamos que alguien nos ayude, para poder seguir adelante.

Comúnmente la mayoría de personas, que no conocen a Cristo, acuden al psicólogo, éste en su diagnóstico determina que lo que el paciente tiene es un estrés. Por lo tanto, el paciente debe iniciar un tratamiento y tener un proceso terapéutico de varias sesiones y muy costosas. Hoy está muy de moda utilizar ciertas palabras por otras, para que no nos produzcan un trauma al escucharlas. Es el caso de la palabra inglesa stress que en psicología se utiliza para indicar una sobrecarga impuesta al individuo, creando un estado de tensión exagerada. En otras palabras esto significa que estamos enfermos, tensionados.

Jesucristo nos invita, sin costo alguno sin sesiones terapéuticas prolongadas, a dejar nuestras cargas o estrés a él. Él las llevará por nosotros y nos permitirá tomar un descanso, hacer un alto de la rutina diaria para distensionarnos y examinarnos hacia nuestro interior.

Jesús nos ofrece una pastoral integral para nuestras vidas:

Su mensaje está orientado hacia la salvación (salud), de todo hombre y mujer. Nos brinda una redención plena.(Juan 3:16-17).

Él es el principal terapeuta, no está solo, tiene a sus discípulos para realizar esta tarea (Marcos 16:15-18).

Para él no hay nada imposible frente a estos problemas:

Alienación mental: para la Psicología es morir psicológicamente. Para la Jesús es estar endemoniado (Lucas 8:27-37).

Muerte espiritual: Jesús nos invita a nacer de nuevo (Juan 3:1-15).

Cualquier dolencia humana: todas tienen solución. Jesús sanó toda clase de enfermedad (Mateo 4:23; 9:35; Marcos 1:39).

La gran promesa de Jesús: "El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá" (Juan 11:25).

¿Cuáles son nuestras cargas? ¿Cómo podemos liberarnos de ellas? Son preguntas que debemos hacernos cada uno de nosotros y encontrar la respuesta. Y la respuesta la encontramos en la persona de nuestro Señor Jesucristo, quien nos invita a descansar de todos nuestras dificultades, problemas, enfermedades y todo tipo de carga. Su invitación es para ahora, no para mañana.

¿Quieres descansar de todos tus problemas? ¿Quieres liberarte de todas tus cargas? ¿Ellas te abruman y no te dejan vivir en paz? Acepta hoy esta invitación del Señor para tu vida. Él es fiel y misericordioso para perdonarnos. No lo dudes. Testigos somos todos nosotros que esto es verdad.

Que el Señor de la Vida os derrame su bendición en cada uno de vosotros que han aceptado su invitación. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                                            


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