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LAS CONDICIONES PARA UN MILAGRO

 

(Lucas 5:1-11)

 

Los versículos anteriores a este pasaje, el cual es base de nuestra reflexión, nos presenta al Señor Jesús realizando su ministerio entre la gente del pueblo, y visitando las sinagogas; alternado entre Galilea y Judea. Ahora, se encuentra a orillas de un lago, ante una gran multitud de gente que quería oír el mensaje de Dios. Tengamos en cuenta, que, en adelante las orillas del lago, los caminos, las aldeas y cualquier otro lugar, se convertirán en su Iglesia; y el púlpito, para la predicación, será una barca. Esta es una nueva propuesta del Señor Jesucristo en el cumplimiento de su misión, ya no va esperar que la gente venga a una sinagoga para oír las Buenas Nuevas, ahora, él mismo irá en busca de la multitud, las cuales están como ovejas sin pastor.

 

Esta propuesta de Jesús bien nos recuerda a Juan Wesley, fundador del metodismo, cuando al cerrársele las puertas de las iglesias, salió en busca de la multitud, para predicarles el mensaje de Dios. A Jesús también se les cerraron las puertas de las sinagogas; pero él, no se conformó con esta situación, salió y enseñó en los caminos polvorientos y en las orillas de los lagos. Según este relato, bien podríamos detenernos a reflexionar sobre la predicación al aire libre y su importancia para nuestros días, pero más bien, quisiera reflexionar sobre el acontecimiento que ocurrió en el lago: la pesca milagrosa. Sobre este aspecto, no quisiera tampoco incidir en asuntos de los cuales muchos de nosotros ya conocemos, sino más bien, analizar las condiciones necesarias para que se realice un milagro:

a)  Tener una fe activa en Dios. - No basta en tener fe en Dios, recordemos que también los demonios también creen en Él, tal como nos advierte el apóstol Santiago (Santiago 2:19), sino, que esa fe tiene que generar una acción concreta, que sirva de testimonio a los demás, que puedan ver las maravillas que Dios hace en nuestras vidas y en las de otros. Jesús predicó sobre la fe en Dios y de las Buenas Nuevas del Reino, pero, inmediatamente demostró a la multitud que Dios también se preocupa de las necesidades materiales del ser humano. No son meras palabras, es la fe puesta en acción. Bien dijo Jesús: "por sus frutos los conoceréis" (Mateo 7:16a). Santiago, hablando acerca de la fe manifestó lo siguiente: "...¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle?..." (Santiago 2:14-26). ¿Es así nuestra fe? ¿Nuestra fe está llena de palabras y fantasías? ¿Cuáles son nuestras experiencias sobre la fe?

b) Es necesario estar atentos a las circunstancias. - Jesús había observado que las barcas estaban vacías, eso significaba que la pesca había sido mala. Pero nadie, se había dado cuenta que más allá había un cardume de peces; sin embargo, Jesús observó con mucha agudeza la existencia de ese cardume. Jesús resolvió el problema buscando la solución más allá de las circunstancias. Muchas veces, se necesita tener ojos que puedan ver más allá de nuestro entorno para hallar una solución. Este hecho, fue interpretado por los discípulos como un milagro del Señor, cosa que es cierto. Hoy en día, existe mucha gente que se queda admirada de los avances científicos y hasta llegan a considerarlos como milagros de la ciencia. ¿Será eso así? Otros, sin embargo, han podido ver o interpretado los hechos más allá de su entorno. Por ejemplo: muchos han visto al vapor levantar la tapa de la tetera, pero sólo James Watt al verlo pensó en la máquina de vapor. ¿Quién no ha visto caer una manzana del manzano?, pero sólo Isaac Newton formuló la ley de la gravedad a partir de ese acontecimiento. La tierra está llena de milagros, por la acción poderosa de Dios, pero para los ojos que no pueden ver más allá de su circunstancia, no. ¿Es esa nuestra actitud?

c)  Tener un espíritu emprendedor y hacer lo imposible por lograr algo. - En el relato bíblico, Pedro estaba dispuesto a probar otra vez, ya lo había hecho anteriormente; pero no importaba intentar otra vez, si el Señor se lo pedía. Había que obedecer y hacerlo, aunque estuviera cansado o desesperanzado. Conozco a muchas personas que viven sus vidas en forma desastrosa y es porque dejan de esforzarse y luchar para salir adelante, se desboronan demasiado pronto. No insisten, se dejan abatir por la desesperación, la angustia, el temor, del que dirán. Esta lectura bíblica nos enseña a que debemos tener un espíritu emprendedor y aventurero, capaz de lograr lo que parece imposible. Pedro pensó para sí mismo: "Sean cuales fueran las circunstancias, si el Señor lo dice, probaremos otra vez". Es decir, volver a empezar. Si esperamos que las circunstancias sean favorables, nunca comenzaremos. Si queremos un milagro, debemos cumplir con lo que el Señor Jesucristo nos mande, aunque se trate de un imposible. ¿Hemos pasado por esta prueba en nuestra vida cristiana?

d)   Tener confianza y esperar la respuesta del Señor. - El Señor Jesucristo nos ha dado una promesa, que todo lo que en su nombre pidamos al Padre, él nos lo dará (Juan 14:13;15:7.16b;16:24). También, nos dejó una regla de oro: "Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá, porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué hombre hay de vosotros, que, si su hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas cosas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? Así que todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos, pues esto es la Ley y los Profetas" (Mateo 7:7-12). Finalmente, su gran promesa eterna: "Y he aquí yo estor con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo" (Mateo 28:20b). Esa debe ser nuestra confianza y seguridad, que Cristo no nos abandona nunca, sea cual sea la situación que estemos pasando. Muchas veces, nos desesperamos ante una situación difícil, un grave problema, o una grave enfermedad incurable. No tenemos confianza y no sabemos esperar a que Él haga su santa voluntad. Recordemos siempre lo que Jesús dijo: "Este género con nada puede salir, sino con oración y ayuno" (Marcos 9:29).

Hermanos y hermanas, El Señor Jesucristo aún sigue haciendo milagros, obrando grandes maravillas en las vidas de muchas personas, yo soy un ejemplo de lo que estoy afirmando, no son sólo palabras, son verdades de cómo el poder de Dios se sigue manifestando. Es necesario tener fe en Él, orar sin cesar y ayunar, confiar y esperar su respuesta. Todo es cuestión de someternos a su santa voluntad. Mientras tanto, debemos estar listos para compartir estos testimonios con otras personas que aún no creen en Cristo, el Salvador. Debemos ser pescadores de esas almas.

 

Que el Señor nos ayude a comprender sus misterios y nos capacite para saber esperar su voluntad. Que nuestras vidas sean un verdadero testimonio de su amor y misericordia. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

     


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