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    UNA FE INQUEBRANTABLE

 

(Job 1:20-22)

 

La historia de Job es el relato de una experiencia de la fe de un creyente, que a pesar de las dificultades y desgracias, originadas por Satanás, su fidelidad y obediencia a Dios es inquebrantable. Muchos estudiosos de la Biblia nos dicen que este relato no es tan cierto, que más bien es una historia inventada o una alegoría, cuyo propósito es obtener una enseñanza para la vida del creyente. La enseñanza es: Dios puede permitir una situación adversa a sus siervos, pero nunca, está distante o ajeno a esa situación. La prueba de la fe es una manera de reafirmar la fidelidad al Señor. Cierto o falso, lo cierto es que es una historia milenaria que está contenida en la Biblia y que de alguna manera ha sido revelada por Dios al autor de esta historia, plasmada en un libro. Esperamos que esta reflexión, sobre la fe inquebrantable de Job, ayude a muchos a fortalecer la fe y saber resistir toda tentación diabólica.

 

Es interesante que esta historia comienza con un diálogo entre Dios y Satanás. ¿Es posible un diálogo entre Dios y Satanás? La Biblia nos da un ejemplo a tener en cuenta, es el diálogo de Jesús con Satanás en el desierto (Mateo 4:1-11). El personaje Job es un rico hacendado (Job 1:3), que vive con su familia en Uz. Hombre de fe, perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del mal (Job 1:1). De pronto es víctima de una serie de desdichas que lo dejan bruscamente sin hijos, sin hacienda, enfermo y postrado por una enfermedad incurable (Job 7:4-5). Ante todo eso, Jacob en una actitud reverente dice: «Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré allá. Jehová dio y Jehová quitó: ¡Bendito sea el nombre de Jehová!» Ahora bien, lo peor que pudo pasarle en medio de esta adversidad, es el reclamo de su mujer, que le recrimina por su fe en Dios, le pide que maldiga a Dios y que se muera (Job 2:9). En todo esto, Job no pecó con sus labios, ni atribuyó a Dios la desgracia que estaba pasando. Luego, sus amigos también lo reprenden y cuestionan su fe en Dios. Hasta aquí, Job, no sabe nada del diálogo entre Dios y Satanás. Satanás había recibido el permiso de Dios para ponerlo a prueba en cuanto a su fe en Él. Es como si Satanás se enseñoreara sobre Job. Muchas veces nos suele pasar situaciones similares a las de Job. No entendemos lo que nos puede pasar. Pareciera que Satanás, también se enseñoreara sobre nosotros. Todo nos sale mal y nos caen diversas calamidades. Rápidamente le echamos la culpa a Dios de nuestras desgracias y calamidades. Ignoramos los planes que Dios tiene para con nosotros: "Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo." (Cf. Jeremías 29:11).

 

La mayoría del relato de la historia de este libro describe todos los ataques de sus amigos, el consuelo de parte de ellos, las heridas de la enfermedad incurable. También refleja la preocupación y lamento de sentir a Dios ausente en estos momentos. Pero en ningún momento Job pecó y le echó la culpa a Dios de su desgracia. Es muy probable que Job debió sentirse solo, triste, angustiado, atormentado, despreciado y abandonado a su suerte. Confiaba en Dios, pero no entendía su ausencia. Resistía su dolor y angustia, pero en ningún momento dudaba de la existencia de Dios y su compañía. Satanás esperaba que Job renunciara a creer en Dios y renegara de él por todo lo que estaba pasando. Job tiene una fe inquebrantable. Nada lo aleja de su Señor y su fe no es disminuida. Él permanece fiel y obediente a sus promesas. ¡Cuánto cuesta, hoy en día, resistir las tentaciones de Satanás! Fácilmente, se cae en la tentación diabólica y luego se le echa la culpa a Dios de las desgracias, producto de la desobediencia a Dios.

 

Por fin, después de un extenso silencio de parte de Dios, él interviene para hablarle a Job (Job 38-41). Dios da respuesta a todas las interrogantes de Job y a la vez lo reta a responder las preguntas que le hace sobre la Creación y los misterios de la vida. Sin duda, que Job se queda corto para dar respuesta a las preguntas de Dios. Ahora, Él está presente y a su lado. Luego que Job reconoce la sabiduría de Dios y ponerse en actitud de oración en favor de sus amigos, Dios le quitó la aflicción y le aumentó al doble todas las cosas que había perdido. Su familia volvió con él, y su situación fue mejor que la primera, tuvo siete hijos y tres hijas. La prosperidad volvió a este hombre de fe, que, a pesar de todas las vicisitudes experimentadas, mostró una fe inquebrantable. (Cf. Job 42). Sin duda que esta historia es un gran testimonio de fe y perseverancia en las cosas del Señor. Hoy, nuestra fe está siendo puesta aprueba en todos los campos de la vida: espiritual, social, cultural, sabiduría, económica y existencial; así que, esta experiencia de Job debe de servirnos como un gran ejemplo a seguir. Comprender que jamás Satanás se enseñoreará sobre los hijos de Dios. Que Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones (Salmo 46:1).

 

Que el Señor fortalezca nuestra fe y nos mantenga firmes ante cualquier tentación de Satanás. Que nuestra fe en Dios sea inquebrantable y que nada ni nadie nos aparte del gran amor de nuestro Dios. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


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