LOS ÁNGELES CAMINAN A NUESTRO ALREDEDOR

Muchas veces hemos escuchado o leído en la Biblia acerca de los ángeles del Señor que se aparecen, que hablan, que advierten de un peligro, que anuncian una buena noticia, que cuidan de nosotros y otras cosas más. Sin embargo, hay mucha gente que no cree nada de eso y hasta pueden tildarnos de tontos o locos si decimos que se nos apareció un ángel. Entre los cristianos, la cosa es más seria, hay algunos que no creen en la existencia de los ángeles. Consideran que son imaginaciones o alucinaciones, producto de algún éxtasis espiritual.

En la Biblia se menciona las categorías de ángeles y hasta se da a conocer sus nombres. Muchos son los relatos que nos hablan de la manifestación de ángeles en diversas circunstancias. Podríamos citar algunos ejemplos: Dios colocó ángeles para bloquear la entrada del jardín con una espada, para que Adán y Eva no ingresaran (Génesis 3:24); un ángel se le apareció a Agar para que vuelva donde Sarai (Génesis 16:7); Abraham fue visitado por Dios y dos ángeles (Génesis 18:2); dos ángeles visitaron a Lot y le advirtieron que escapara con su familia, antes que fuera destruida Sodoma y Gomorra (Génesis 19:1-11); unos ángeles salen al encuentro de Jacob (Génesis 32:1); un ángel se le apareció al profeta Balaám (Números 22:22); un ángel se le apareció a María para decirle que sería la madre del Mesías (Lucas 1:26-38) y a José para explicarle el embarazo de María y luego la advertencia de que huyera a Egipto con María y Jesús (Mateo 1:18-21; 2:13); la aparición de una multitud de ángeles en el cielo alabando a Dios (Lucas 2:13); en otros casos, la aparición de ángeles genera algún temor en las personas que los ven (Jueces 6:22; 1 Crónicas21:30; Mateo 28:5); los ángeles entregan mensajes de Dios y hacen su voluntad, a veces, por medios sobrenaturales (Apocalipsis 22:8-9).

Ahora bien, se podría decir que todos estos hechos pertenecen a un pasado histórico salvífico, y la pregunta de nuestras generaciones actuales es sí aún siguen apareciendo ángeles. Según los testimonios modernos de muchos creyentes, es que las visitaciones angelicales hoy en día, se dan de diferentes maneras. En algunos casos, un forastero nos previene de un incidente grave que ha de ocurrir y luego desaparece. En otros casos, un ser alado o con ropa blanca aparece momentáneamente y luego, se va. En otro momento una persona que ve un ángel tiene un sentimiento de paz y con la seguridad de la presencia de Dios. Esto nos lleva a afirmar que sí hay apariciones de ángeles y que éstos caminan a nuestro alrededor y nos defienden, tal como lo cita el salmista David. Muchos quisieran ver ángeles al estilo de los relatos bíblicos y no aceptan que los ángeles de hoy tengan rostros y nombres propios, de acuerdo a nuestros tiempos. No debemos dejar de considerar que muchas veces nosotros mismos somos ángeles del Señor, quien nos envía a ahí donde nuestro prójimo necesita la mano de Dios. De esto hay también muchos ejemplos.

Para que este tema no quede en una mera afirmación teórica, es bueno entonces, dar a conocer nuestros propios testimonios al respecto. Eso ayudará a muchos incrédulos a creer lo que estamos afirmando sobre la presencia de los ángeles hoy en día. Estoy seguro que existen miles de testimonios sobre este asunto. Quisiera compartir dos testimonios: Un día, caminando de noche por la calle y al querer cruzar a la otra vereda, de pronto sentí una mano que me jaló hacia atrás, y ahí nomás pasó un auto a toda velocidad por mi lado. Si no fuera por ello, hubiera sido atropellado. Me di la vuelta para ver quién fue que me jaló, y no había nadie ¿Quién fue que me jaló hacia atrás? El otro caso, una hermana de la iglesia contó que ella estaba triste porque no había podido vender nada durante el día y no tenía nada para comer. Se puso a orar a Dios pidiendo que le proveyera algún alimento. Al rato, alguien tocó su puerta, era un joven pescador, le dijo: "abuelita" aquí le traigo unos pescados para usted. Luego, desapareció. ¿Quién era? ¿Cómo supo que no tenía nada para comer? Sin duda alguna, que eran ángeles del Señor, con rostros y vestimentas propias de nuestros tiempos. Sé, que existen muchos más testimonios. Será nuestra tarea darlos a conocer a otros, para que crean en las maravillas de Dios y en sus enviados, que son ángeles modernos.

Oremos para que el Señor siga enviando a sus ángeles para nuestro pronto auxilio y en especial a aquellos que necesitan de la ayuda de Dios. Que nosotros también podamos ser esos ángeles del Señor en nuestros tiempos. Amén.