Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

 

EL LADO OSCURO DE LA SALVACIÓN

 

(1 Corintios 1:28)

 

Hablar de la salvación es un tema muy espiritual, significa que una persona tiene una buena relación con Dios y esto se da, sea cual sea la religión que profese. Casi siempre se atribuye la salvación a las personas buenas y perfectas. Para ello la iglesia o una comunidad de fe, tiene una lista larga de santos, que sirven de ejemplo. Muchas veces la mayoría de personas consideran que para llegar a ser santos, no se debe haber pecado antes. La lista de santos son siempre personas que han hecho el bien y casi nunca el mal. Este es el lado bueno y visible de la salvación. Sin embargo, considero que hay un lado oscuro de la salvación que no siempre se menciona o se destaca en su desarrollo. No quiero pecar de herejía cuando digo que hay un lado oscuro de la salvación. Sólo quiero hacer un paralelismo cuando decimos que hay un lado visible de la luna y un lado oscuro de ella. Así también, en nuestra vida, hay un lado oscuro.

 

Para sostener lo que digo, considero lo que dice la Escritura, que de lo despreciable, lo pecaminoso del mundo escogió Dios para realizar Su Plan de Salvación. Para esto, tengamos en cuenta lo que dice el apóstol Pablo en 1 Corintios 1:27-28: “sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios; y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es” Pues bien, si revisamos los antecedentes de Jesús en la cronología que brinda el evangelista Mateo (Mt. 1:1-17), notaremos que en la lista hay dos mujeres con conductas no muy buenas. Una de ellas es Tamar, que al quedarse viuda fingió ser una ramera y se unió con su suegro Judá, que había quedado viudo, teniendo dos hijos gemelos producto de esa relación. Sus nombres Fares y Zara (Génesis 38:13-30). Ella es parte de la línea genealógica del rey David y del Señor Jesús. Otra mujer llamada Rahab, que era prostituta, cananea e idólatra (Josué 2:1-24), pide a Josué tenga compasión de ella y de su familia cuando venga a conquistar la ciudad. A cambio, ella los protegerá de sus perseguidores. Tamar y Rahab son parte del lado oscuro de la salvación. Para los israelitas, ellas nada tenían que ver con el Plan de Salvación de Dios, más aún, si eran mujeres. Sin embargo, Dios tiene misericordia de ellas y son parte de la descendencia de Jesús. El linaje de Jesús tiene este eslabón.

 

Qué decir de otros personajes que también no fueron plenamente santos. La Escritura nos da cuenta de ello. Consideremos algunos ejemplos: Abram mintió ante el Faraón, negando que Sarai era su mujer, sino su hermana, para que no lo maten, queriendo de esa manera salvar su vida y abandonando a su mujer en manos del Faraón (Génesis 12:10-20); en otro momento, Abraham volvió a mentir y a negar a Sara como su esposa, la presentó como su hermana a Abimelec, rey de Gerar (Génesis 20:1-16), aun así, Abraham es considerado el padre de la fe; Rebeca engañó a su esposo Isaac sobre la bendición de su hijo Jacob (Génesis 27:1-40), ella es considerada una madre ejemplar; Moisés asesinó a un egipcio y huyó lejos (Éxodo 2:11-15), sin embargo, Dios lo utilizó para liberar a Su pueblo de la esclavitud de Egipto; Sansón cometió adulterio con Dalila, mujer cananea (Jueces 16:4-18, 28-30), a pesar de ello, liberó a Israel de las manos de los filisteos; Saúl consultó a una adivina, desobedeciendo a Dios (1 Samuel 28:7-16), y llegó a ser el primer rey elegido por Dios; David cometió adulterio con Betsabé y asesinó a su esposo Urías (2 Samuel 11:1-27), él fue perdonado por Dios y lo hizo parte del linaje de Jesús. David ha escrito hermosos salmos que hasta el día de hoy cantamos y recitamos; Salomón practicó la idolatría y desobedeció a Dios (1 Reyes 11:1-10.), pero aun así, ha llegado a ser el rey más sabio de todos los tiempos y ha escrito los hermosos libros de Proverbios, Eclesiastés y Cantar de los Cantares; el profeta Isaías era de labios inmundos (Isaías 6:1-8), a pesar de ello, es considerado como el profeta del Mesías; la mujer samaritana (Juan 4:1-42), a pesar de su condición de adulterio, llegó a ser la primera misionera de la cristiandad; María Magdalena (Lucas 8:2-3), mujer endemoniada con siete demonios, se convirtió en una seguidora y discípula de Jesús; Pedro negó a Jesús tres veces (Mateo 26:69-75), sin embargo, predicó sobre Jesús después de Pentecostés y se convirtieron tres mil personas y otras más; Judas traicionó a Jesús (Mateo 26:14-16), llegó a ser discípulo de Jesús; el apóstol Pablo fue un asesino y perseguidor de cristianos (Hechos 8:1-3), Dios lo llamó y se convirtió en el más grande misionero de la historia de la Iglesia, llegando a fundar muchas iglesias. Pablo predicó sobre Jesús a los gentiles. Si continuamos citando a otros personajes, la lista sería muy extensa. Hoy en día, no debemos dejar de considerar que uno mismo es parte de este lado oscuro de la salvación. Pero que a pesar de ello, Dios nos sacó de las tinieblas a su luz admirable para ser parte de Su pueblo y anunciar las virtudes de Él (1 Pedro 2:9-10).

 

Sin lugar a dudas hay un lado oscuro de la salvación, sin embargo, Dios en su infinita misericordia ha utilizado este lado oscuro para convertir a cada personaje en una valiosa perla para el cumplimiento de Su Plan Salvífico. Nosotros mismos somos parte de este lado oscuro, pero gracias a su misericordia, Dios nos ha hecho instrumentos de su voluntad. En verdad, no mereceríamos ser tomados en cuenta por Dios, pero aun así, Él nos ha perdonado y nos ha  hecho sus mensajeros de salvación. ¡Aleluya, gloria a Dios!

 

Demos gracias al Señor por este inmerecido privilegio y roguemos para que cada día nos mantengamos firmes y cumpliendo la Misión, siendo luz y sal del mundo (Mateo 5:13-16). Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

                                 


Copyright © 2017 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.