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EL AMOR ANTES QUE LA LEY

(Mateo 5:38-48)

 

La porción de este texto bíblico se encuentra dentro del Sermón del Monte de Jesús. En este sermón hay dos temas importantes a reflexionar: sobre la venganza y sobre el amor a los enemigos. Hoy más que nunca se hace necesario revisar las enseñanzas de Jesús a luz de los acontecimientos de violencia que están sucediendo en nuestra sociedad moderna. Son muchos siglos de distancia, pero vale la pena contextualizar esta enseñanza del Maestro a nuestros días. La hermenéutica nos dará una gran ayuda al respecto. Desarrollaremos esta reflexión en dos partes:
 

I. Sobre la venganza y la violencia.- Según la Ley se decía: "ojo por ojo y diente por diente" Ésta era la Ley de Talión que de alguna manera ponía límite a los excesos de violencia y venganza en aquellos tiempos. Según algunos textos de la Ley se daba como precepto: vida por vida (Éxodo 21:23-25); ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, quemadura por quemadura, herida por herida, golpe por golpe (Levítico 24:19-20; Deuteronomio 19:21). Sin duda que el contexto social y religioso es de violencia y de venganza. Sobre esta base bíblica se desarrollaba la vida y las relaciones en Israel. En base a estos preceptos bíblicos se cometían una cantidad de abusos e injusticias. Era la aplicación de la Ley sin ninguna misericordia. Hoy, después de muchos siglos, se sigue aplicando esta misma norma. Se da lugar a la justicia humana sin ninguna misericordia. El odio, la venganza y la violencia se están dando lugar en todas las esferas de la sociedad; lamentablemente, en algunos casos, en el seno del pueblo de Dios se dan también están cosas.

 

En estas circunstancias, la venida de Jesús implicará una nueva dimensión de la aplicación de la ley por la ley. Él introducirá un nuevo elemento: el amor. Jesús propone no devolver con violencia un acto de violencia, antes bien, frena la violencia con acciones de paz. La paz tiene un precio: amor, amor, amor. La violencia genera más violencia y tiene su precio: odio, odio, odio. Este es el nuevo discurso teológico de Jesús para el pueblo de Israel. ¡No a la violencia! ¡Paz y amor! Lamentablemente para muchos líderes de Israel no estaban de acuerdo con esta propuesta del Hijo de Dios, querían seguir manteniendo su propia justicia. No querían asumir el costo de la paz: el amor y la tolerancia. En la segunda parte veremos con más detalle este asunto.

 

II. Sobre el amor a los enemigos.- Citaremos la Ley, citada por Jesús, con respecto a este tema, ella decía: "amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo". En esta frase Jesús explicita la mentalidad con la cual los escribas y los doctores explicaban la ley; esta era una mentalidad que nacía de las divisiones entre judíos y no judíos, entre prójimo y no prójimo, entre santo y pecador, entre puro e impuro, etc. Ahora, Jesús manda subvertir este pretendido orden nacido de divisiones interesadas. Ordena superar las divisiones. De ahí que el amar al prójimo sólo implicaba a los que eran parte del pueblo de Israel y a los extranjeros residentes, nadie más. Todo aquel que no estaba relacionado directamente con el pueblo de Israel, pueblo de Dios, no tenía ninguna consideración de ser amado. Es incomprensible saber que el amor de Dios no alcanzaba a estas personas que estaban fuera del pueblo de Israel. Había una contradicción sobre el concepto del amor al prójimo. ¿Quién era el prójimo?. Pregunta que luego Jesús se encargará de explicar. El mensaje de Jesús es: amad a vuestros enemigos, bendecid a los que maldicen, haced el bien a los que odian, orad por los que ultrajan y persiguen. Haced esto es ser verdaderos hijo de Dios. Este mensaje es vigente aún para los que somos parte de su Pueblo hoy en día.
 

Ahora bien, la Iglesia está llamada a no repetir la práctica de la antigua ley, a no hacer lo mismo que los gentiles y publícanos, sino a poner en práctica la nueva ley del amor enseñada por Jesús. El Señor nos ha llamado a ser perfectos como Dios. Este es el mensaje central de las enseñanzas de Jesús, que la misericordia sea una práctica cotidiana entre nosotros así como Dios renueva sus misericordias todas la mañanas (Lamentaciones 3:22-23). 

 

Roguemos al Señor que nos permita ser perfectos en todo lo que tengamos que decir, hacer y testificar. Que seamos instrumentos de paz. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

       


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