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SEAMOS UTENSILIOS DE ORO Y DE PLATA

(2 Timoteo 2:20-21)

 

Un utensilio, (del latín utensilia, plural de utensĭlis 'útil, necesario') es un objeto fabricado, que se destina para un uso manual y doméstico. Como los utensilios de cocina, aseo, limpieza, etc. Este instrumento casero es referido por el apóstol Pablo al joven Timoteo dentro su exhortación para conducir el rebaño del Señor. Bien sabemos cuán necesario y útil es el uso doméstico de estos instrumentos. Hoy en día no se concibe que alguien deje de utilizarlos. Su utilidad está dada para facilitar una acción concreta. La calidad de cómo están hechos estos utensilios varía desde oro hasta barro, y su uso dependerá del nivel económico del usuario. Pablo le refiere a Timoteo que en toda casa grande hay diversas calidades de utensilios, los hay de oro y plata, pero también hay de madera y barro. Unos son para usos honrosos y otros para usos viles. De alguna manera hace una comparación de estos utensilios con las personas que integran la comunidad de fe. 

 

Los cristianos debemos ser en la iglesia, en la casa o donde estemos como utensilios de oro y plata, es de decir de gran valor. No como los utensilios de madera y barro que no tienen mucho valor. Debemos ser instrumentos del Señor de calidad y no de baja calidad. El oro y la plata resisten al uso y al tiempo, la madera y el barro no. Pablo entonces está queriéndonos enseñar a través de esta comparación cómo debe ser nuestro testimonio de vida y cómo debemos ser instrumentos del Señor para la extensión de Su reino. Así como los utensilios de oro y plata son valiosos y se utilizan para actos honrosos, así también hay los utensilios de madera y barro que no son de buena calidad y no perduran, y que se usan muchas veces para actos no muy buenos. Pablo le advierte a Timoteo que dentro de la congregación de creyentes existen personas que  se han desviado de la verdad, trastornan la fe de algunos, tienen apariencia de piedad, pero están apartados de ella. Por lo tanto, no son instrumentos de  valor en la congregación para la obra de Dios. 
 

Con esta ilustración doméstica el apóstol Pablo nos está diciendo que nosotros, los hijos de Dios, debemos ser como utensilios de oro y de plata para servir al Señor. Nuestro testimonio de vida debe ser de lo mejor, que seamos útiles al proclamar Su palabra y en el servicio al prójimo. No debemos renunciar a ser esos utensilios valiosos que el Señor está utilizando para seguir extendiendo el Evangelio en todo lugar y a la vez que nos da la oportunidad de ser sus buenos discípulos. Lamentablemente hoy en día hay algunas personas que prefieren seguir siendo utensilios de palo o de barro. Pablo le dice a Timoteo que se aparte de ellos, ya que el siervo del Señor no debe ser imitador de ellos.

 

Que esta reflexión sobre una situación doméstica nos permita a nosotros a obtener una lección y nos preparemos a ser esos instrumentos de oro y plata en las manos del Señor. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

       


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