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EL DIOS PERSONAL QUE SE MANIFIESTA A NOSOTROS

(Éxodo 3:13-14: Juan 14:9)

 

Albert Einstein, científico del siglo XX, afirmó que no existe un dios personal, sino un dios metafísico. Ante esas afirmaciones puedo decir que sí existe un Dios personal con nombre propio y que se manifiesta en forma personal a cada ser humano, no importando su condición, su propósito es restaurarlo de toda atadura. La experiencia personal cotidiana con Él ha de confirmar su existencia. En el texto del libro del Éxodo, capítulo tres, Moisés le pregunta a Dios, que está encargándole una misión, ¿cuál es su nombre?Sin duda que esto hace referencia a la existencia de un Dios personal, con nombre propio, que habla, se da a conocer, dialoga y tiene interés por la salvación de su pueblo. Toda la Biblia nos refiere que Dios es persona, que llama y convoca a personas para realizar una misión en favor de quienes sufren las consecuencias del pecado. La historia salvífica hace mención de este asunto. Muchos personajes dan testimonio de la existencia de Dios que viene en busca de sus hijos para salvarlos y que tomó la forma humana en Jesucristo para caminar con nosotros. Todo esto tiene que ver con la experiencia personal con Dios. De ahí que Moisés quiere saber el nombre de Dios para darlo a conocer a otros. Dios no tarda en dar a conocer su nombre: YHWH, JEHOVÁ, que significa "Yo soy".
 

Como se puede ver, Einstein no ha tenido esta experiencia personal con Dios y de ahí su afirmación de que no existe un dios personal. Él era de origen judío y practicante de dicha religión. Sin duda que su quehacer intelectual agitado no le permitió acercarse a Dios y escuchar su voz. Pero él no es el único, muchos hoy en día niegan la existencia de un Dios personal por la falta de esta experiencia con él. Se prefiere hablar de un dios abstracto o metafísico, que no tiene ninguna relación con nadie y se mantiene alejado en el universo. Es un dios estático e indiferente a todo lo que pasa en la tierra. Einstein no negaba la existencia de Dios, pero sí consideraba su existencia en algún lugar del universo, pero no con las personas. De ahí su afirmación de que no era real el hecho de que Dios se revelara al ser humano, menos, de relacionarse y conversar. Lamentablemente, Einstein no escuchó de Jesucristo, que como Hijo de Dios se manifestó en forma humana y caminó en medio del pueblo. Por eso, solo la experiencia personal que podamos tener con Dios reafirmará la existencia de un Dios personal. Muchos ejemplos podemos citar al respecto. Personajes del Antiguo Testamento, del Nuevo Testamento y de nuestros tiempos, son los mejores testimonios a tener en cuenta. ¿Cuántos de nosotros podemos dar testimonio de esta afirmación? Un ejemplo de lo que estamos tratando lo encontramos en la Biblia en el Salmo 40:1-4. Al comenzar el salmo las palabras del rey David son de testimonio, él señala que pacientemente esperó a Jehová, que toda su fe y confianza estaban en Él. Es cierto que la respuesta no fue inmediata, pero tuvo un tiempo de espera en forma paciente, sin desesperación y sin dudas. David en su experiencia personal con Dios sabía que sólo Él lo podría liberar de esa situación grave, aún de la muerte. Nunca desfalleció y no tomó decisiones desesperadas.¡Toda una experiencia personal con un Dios personal!    
 

Pero también podemos afirmar que Dios es comunitario. Él se manifiesta constantemente de diversas formas a su pueblo, camina con el pueblo, habla al pueblo y lo libera de su opresión. El Dios personal se mete en la historia y actúa en favor su liberación. La historia tiene muchos ejemplos. La liberación de Israel de la opresión de Egipto es un ejemplo a tener en cuenta. La presencia de Jesús, el Hijo de Dios, es una prueba más de cómo Dios está interesado por la salvación de la humanidad y que viene a su nuestro encuentro. Jesús vivió con nosotros, caminó entre nosotros, habló al pueblo y murió por causa de todos nosotros. Otro ejemplo en la Biblia, de cómo Dios le interesa lo que pasa con Su pueblo, lo tenemos en el libro de 2 Crónicas 7:14, donde se puede notar que Dios en su pacto con el rey Salomón le dice: si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra."

 

Finalmente, reconocemos que sí existe un Dios trascendente, metafísico u omnipresente. Su existencia está más allá de nuestra razón, del conocimiento humano o teología. El universo es su morada y cuenta de su gloria y existencia. Esto hace que muchos consideren la existencia de un dios estático, lejano de nuestra realidad, que no puede oír nuestro clamor y súplica. Por eso los antiguos consideraban que las manifestaciones naturales era obra de un dios o dioses lejanos. El himno tradicional "Cuan grande es Él" nos da cuenta de la existencia de un Dios que desde la inmensidad del universo se manifiesta al ser humano. También el Salmo 19:1-6 es otro ejemplo de cómo los cielos cuentan la gloria de Dios, y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Una vez más reafirmamos que el universo es su morada.

 

Estemos siempre atentos a compartir con otros sobre nuestra experiencia personal con Dios. Abraham, Moisés, Jacob, David, los profetas, Pablo, Wesley y otros tantos más lo hicieron. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

       


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