VER MÁS ALLÁ DE LO EVIDENTE

(Daniel 2:19)

Este título de la siguiente reflexión surgió al ver un dibujo animado para niños. Ahí un personaje menciona que puede ver más allá de lo evidente. De pronto, esto me hizo recordar que en la Biblia hay muchos casos de personajes que han podido ver más de lo real, de lo evidente. Es el caso de los profetas, de los visionarios o de las personas a las que Dios les reveló una visión. Pero, ¿qué es una visión? Una visión es una experiencia sobrenatural en la que, ya sea por medio del sueño o un estado de éxtasis, Dios hace conocer su voluntad a determinadas personas o les comunica un mensaje que deben transmitir. Hay cosas que se pueden ver como natural y normal, sin embargo, detrás de eso hay un mensaje escondido que a simple vista no es percibido. Por ejemplo, la Sra. Stacy Sánchez de Nuevo México, EE.UU., escribe en el Aposento Alto del 26 de Enero de 2016, que su mirada estaba fija hacia un enorme álamo que se encuentra en su jardín, donde un búho había hecho su nido entre las ramas, pero ella no podía verlo. En cambio, su esposo sí puede verlo, tiene los ojos entrenados. Ansiosamente cada día espera ver a su nuevo vecino, pero es inútil. Ella no puede ver más allá de lo normal, de lo evidente. Este hecho, le hizo reflexionar que también nosotros podemos entrenar nuestros ojos para ver a Dios. Al recordar la fidelidad de Dios en nuestras vidas, desarrollamos ojos de fe, ojos que podrán ver la presencia de Dios, más allá de las circunstancias. Cuántos han perdido la esperanza en Dios al no poderlo ver de cerca ante sus circunstancias, sin darse cuenta que Dios está a su lado más cerca de lo que se imaginan.

Este ejemplo de la vida cotidiana, nos debe llevar a pensar que desde muchos siglos, Dios viene revelándonos su voluntad más allá de lo evidente. En un momento Dios le reveló a Abram en visión que tendría un hijo (Gén. 15:1 ss); en otra oportunidad, Ezequiel estando en medio de los cautivos, junto al río, los cielos se abrieron y vio visiones de Dios (Ez. 1:1 ss); luego, Daniel en pleno cautiverio le encargan que revele el sueño del rey Nabucodonosor de Babilonia, después que los sabios del rey no lo pudieron descifrar. Es interesante que Dios en la noche le revela a Daniel el secreto de dicho sueño (Dn. 2:19); otra visión revelada por Dios, es a Abdías, sobre el castigo de la ciudad de Edom (Abd. 1). Pero, no sólo en el Antiguo Testamento se dan las visiones, sueños o revelaciones de Dios. El Nuevo testamento también registra la acción de Dios a través de visiones o sueños. ¡Dios siempre está manifestándose más allá de lo evidente! El evangelio de Mateo nos da cuenta de que un ángel se le apareció a José en sueños para decirle que no tema recibir a María, su mujer, porque el hijo que está engendrando es del Espíritu Santo (Mt. 1:20); Luego, en la historia de Pablo, se da cuenta que Dios le habló en visión a Ananías en Damasco para que lo busque y le ayude a recobrar la vista (Hch. 9:10 ss); en otro momento, Pablo recibe una visión sobre un varón de Macedonia para que vaya a ese lugar (Hch. 16:9-10). 

Es cierto que no todos estamos preparados para ver más allá de lo evidente, más allá de las circunstancias, tal como lo decía la Sra. Stacy. Dios decide a quiénes les da la capacidad de ver más allá de lo real, de lo normal, de lo común. Muchas veces Dios utiliza símbolos, señales en el cielo, códigos sobrenaturales, sueños, lenguajes o visiones, para dar a conocer su voluntad. Para ello, es necesario estar en plena conexión con Dios y entrenarse cotidianamente en la interpretación. Recordemos que es el Espíritu Santo quien nos da la sabiduría para decodificar o interpretar una señal o mensaje sobrenatural. ¿Cuánto de eso sucede en la vida de la iglesia? ¿Sabemos quiénes son esas personas dotadas de esa capacidad de ver más allá? ¿Dónde están? Aunque no lo creamos, podemos decir que Dios sigue revelándose a través del tiempo y del espacio. Yo mismo puedo dar testimonio de esa realidad. He podido ver más allá de lo evidente.

Roguemos al Señor para se siga manifestándose a través de personas escogidas por Él, para darnos a conocer su santa voluntad y la cumplamos. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.