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ELECCIÓN, ENVÍO Y MISIÓN

(Mateo 9: 35-10:1-33)

El capítulo diez del Evangelio de San Mateo es muy importante para comprender el por qué Jesús eligió a sus discípulos y la misión que deberían realizar en el contexto de la misión de Jesús. Es necesario tomar nota lo que dice Mateo acerca de la actividad de Jesús y sobre su preocupación por las multitudes que le seguían. Muchas veces pasamos por alto esta situación y nos detenemos solo en la elección de los doce discípulos y su misión. No nos detenemos a pensar sobre la gran preocupación de Jesús de no dejar a las multitudes que le siguen en pleno abandono. Ni tampoco en lo que significa cumplir la misión en  medio de los peligros. Quisiera que nos detengamos a pensar en estos aspectos ya señalados.

En primer lugar, el evangelista Mateo presenta a Jesús en plena tarea de enseñar, predicar y sanar en todo su recorrido por las ciudades y aldeas. En pleno ministerio pastoral, Jesús se da cuenta que son miles los que le siguen y quieren aprender más sobre el reino de Dios. Considera que las multitudes están abandonadas, desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen pastor. Esta situación de abandono le lleva a tener compasión de ellas, aflora aquí su gran amor por el pueblo que no es atendido por los pastores que deberían estar con ellos. Tantos años que se viene enseñando sobre Dios y de sus promesas, sin embargo, las multitudes ignoran todo esto y están sufrientes, inclusive enfermas, adoloridas, y no hay quien las sane. En esas circunstancias es que Jesús les dice a sus discípulos que la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Esta actitud de Jesús nos debe llevar a todos los que somos pastores de su rebaño a tenerla en cuenta. Hoy en día, Jesús seguiría diciéndonos lo mismo. ¡Tanta gente que aún necesita saber más Jesús, del reino de Dios y más aún, ser sanadas por el poder del Espíritu Santo!.

Lo primero que hizo Jesús fue llamar a sus discípulos para una misión y para que dejen de ser simples seguidores. Este es un momento muy importante para Jesús y para los doce discípulos. Ahora dejarán de ser simples seguidores y oidores, para asumir una gran tarea entre las multitudes. Primeramente, ellos reciben autoridad de parte de Jesús, autoridad sobre los espíritus inmundos, para que fuesen echados y para sanar toda enfermedad y toda dolencia. A partir de ahora, ya no son discípulos, son apóstoles. Doce nombres con realidades distintas y con expectativas diferentes. ¿Cuántos seguimos siendo meros oidores y seguidores de Jesús y no discípulos de Él?. Somos miembros de una iglesia, asistimos a todos los cultos y a todas las reuniones, ofrendamos y diezmamos, asistimos a un sinnúmero de talleres de capacitación, y  hasta tomamos cursos de teología, pero nos quedamos en eso, simples seguidores y oidores de Jesús, pero no discípulos de Él.

Es interesante ver cómo Jesús una vez que los llamó, los eligió apóstoles y les dio autoridad, inmediatamente los envía a la misión y les da instrucciones para cumplirla. Ahora bien, Jesús les da una serie de consejos y advertencias. La misión no será fácil, conlleva peligros, amenazas y persecuciones. ¿A dónde ir? ¿A quién predicar y a quién no? ¿Qué predicar? ¿Cómo sanar y echar demonios? ¿Qué llevar para el camino? ¿Qué hacer ante los lobos, los malos, los perversos, los gobernadores y autoridades? ¿A quién se debe temer? Sin duda que Jesús les da todas las recomendaciones necesarias y la promesa de que no estarán solos. El Espíritu Santo estará con ellos. ¡Cuántas veces nuestra misión se ha visto en peligro! Pero gracias al Señor Jesús y al Espíritu Santo hemos podido superar toda adversidad y hemos seguido adelante con la misión.

Demos gracias al Señor para que siempre estemos listos para cumplir la misión entre las multitudes y poderlas atender con la misma pasión que Jesús tuvo por ellas. Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

 

       


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