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SIENDO TOLERANTES CON LOS DEMÁS

(Números 11:24-29; Santiago 4:7-12; Marcos 9:38-40)

Estos pasajes nos refieren que el Espíritu del Señor actúa y sopla donde quiere. También nos refieren acerca de la tolerancia que debemos observar como creyentes frente a otros. El libro de Números nos da cuenta de que en el tiempo de Moisés setenta varones habían recibido el Espíritu y estaban profetizando, pero afuera del campamento habían otros dos varones que no pudieron estar presentes, pero el Espíritu del Señor también estaba actuando sobre ellos y profetizaban también. ¿Cuántos casos de éstos hemos sido testigos?. Por otro lado, durante el ministerio de Jesús, Juan le refiere que hay uno que echa fuera demonios en el nombre de él y que como no es de ellos le han prohibido hacerlo. Inmediatamente Jesús le responde que no se lo prohíban. Muchas veces nosotros también actuamos como Juan, echamos o marginamos a los que no están a nuestro lado o no hacen lo que nosotros hacemos. Jesús nos dice que hay que ser tolerantes con los que no están con nosotros pero que al final hacen el bien. Juan reaccionaba de esta manera porque había una antigua creencia de que si alguien conocía el nombre de un espíritu más poderoso y en su nombre podía expulsar a los demonios, la persona sanaba de sus enfermedades o posesión de espíritus malignos. 

La tolerancia es un valor que debería practicarse en todos los niveles de la vida y en especial en la vida cristiana. En la vida espiritual se debe tener en cuenta que el Espíritu de Dios actúa y sopla donde le plazca y no se lo podemos impedir. También debemos aceptar que hay otras personas  que hacen el bien sin ser cristianos, están más allá de la frontera de la Iglesia. Por último, debemos reconocer que el reino de Dios es más que la iglesia oficial. En el verdadero concepto de ecumenismo debemos tener en cuenta que el reino de Dios no es una iglesia en particular, sino el conjunto de todos aquellos que hacen el bien en el nombre de Jesucristo. No hay un monopolio de la verdad. Jesús dio un principio: "El que no es contra nosotros por nosotros es". No debemos ser intolerantes con los demás.

Wesley emplea la palabra "católico" para expresar su pensamiento ecuménico. Ser ecuménico es la aceptación universal de todas las personas que son verdaderas cristianas. Su actitud de tolerancia se ve reflejada en su libertad de respetar las opiniones y en el pensar y dejar pensar. En su Sermón 39, Wesley explica que la diferencia de opiniones es el resultado inevitable de la debilidad y limitada comprensión del ser humano, acerca del amor de Dios. Para Wesley el espíritu ecuménico es un espíritu humilde que reconoce que nadie puede estar seguro de que la totalidad de sus opiniones puedan ser verdaderas.

Las palabras de Wesley: "Si tu corazón es como el mío, dame la mano y mi hermano serás" revela que para realizar la tarea de proclamar el amor de Dios y anunciar sus Buenas Nuevas, no debe haber ningún impedimento, basta el amor y la tolerancia. Esta actitud de tolerancia permite la unidad de la Iglesia. Urgente necesidad ante un mundo que cada vez más se separa por cuestiones de creencias religiosas, ideologías, costumbres y modas, hasta el hecho de llegar a la guerra, a pesar de plantearse una convivencia común: vivir en la aldea global.

Hoy en día, en nuestro quehacer pastoral, debemos aceptar que toda persona tiene derecho a dar a conocer sus pensamientos o creencias. Cervantes dijo: "Son muchos los caminos por los cuales Dios lleva al cielo a los suyos". Ahora bien, si hay alguien que está equivocado o está haciendo algo que no es correcto, debe ser corregido con amor, pero no eliminado o marginado de la iglesia. Se le debe dar una oportunidad para cambiar de actitud. Voltaire expresó: "Odio lo que dices, pero daría mi vida en defender tu derecho a decirlo". También debemos tener mucho cuidado en hacer el bien a todos y no hacer acepciones, porque para el Señor todos somos iguales, aún en las necesidades y en el dolor. Ahora bien ¿Qué es lo que puede destruir nuestra intolerancia? Solo el amor que proviene de Dios. Recordemos aquellas palabras de Juan Wesley, parafraseadas a nuestro tiempo: "En lo fundamental, intransigente, en lo secundario, tolerante". Amén.

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

       


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