Site hosted by Angelfire.com: Build your free website today!

 

SIGUIENDO EL EJEMPLO DE JESÚS ANTE LAS TENTACIONES

 

(Lucas 3: 22-23a; 4:1-13; 4: 14-15; 22:1-6)

 

En esta oportunidad deseo compartir una enseñanza a partir de examinar y reflexionar sobre el tema de la tentación que sufrió Jesús de parte de Satanás. Los textos bíblicos que se citan nos sirven de contexto para ubicar el acontecimiento con mayor precisión. Como preámbulo podemos ver que Jesús al ser bautizado por Juan el Bautista, el Espíritu Santo descendió sobre él en forma de paloma para confirmar que era el Hijo de Dios. Luego se nos informa que Jesús era de treinta años al comenzar su ministerio terrenal. En ambas referencias está presente lo divino y lo humano de Jesús. Luego, después de su bautizo y llenura del Espíritu Santo, es llevado por el mismo Espíritu al desierto por cuarenta días para tener un tiempo de reflexión sobre su ministerio a realizar. En esa situación Jesús está en ayuno y oración delante de su Padre Dios. De pronto aparece en la escena el diablo, enemigo de Dios, para tentarlo y proponerle cosas indebidas. Antes de entrar en detalle sobre estas cosas indebidas que el diablo le propone a Jesús, reflexionemos acerca de lo que significa la tentación.

 

I. Tentación.- Según el diccionario es la instigación o estímulo que induce el deseo de algo. Es poner a prueba (Santiago 1:2-4). En este caso, la tentación proviene del diablo para seducir a obrar el mal (Santiago 1:12-15). Ejemplos de tentaciones podemos encontrar en el Antiguo Testamento: Adán y Eva (Génesis 3:1-9), Abraham e Isaac (Génesis 22:1-19) y el caso de Job. En el Nuevo Testamento, también las tentaciones están presentes: Jesús y el diablo (Lucas 4:1-13), tentación a Judas (Lucas 22:1-6), Pedro (Mateo 16:23). De ahí que podemos afirmar que toda tentación proviene del diablo, quien es el enemigo de Dios. En estos tiempos el demonio tiene mucho poder para hacer el mal o inducir al creyente a hacer el mal. Él se aprovecha de la debilidad del creyente (dudas, dolor, enfermedades, sufrimiento, tristezas) para inducirlo a cometer pecado. Sin embargo, debemos tener muy en cuenta que el poder del diablo no es mayor que el poder de Dios y que la oración constante vence las tentaciones (Mateo 6:13). Veamos las dos tentaciones que son objeto de nuestra reflexión, una es contra Jesús y la otra contra Judas.

 

A. Tentación a Jesús.- Jesús en ayunas, en plena oración y en el desierto, es el momento apropiado, según el diablo, para tentar a Jesús.

 

Para ello recurre a la necesidad física de tener hambre para decirle que si es el Hijo de Dios que convierta la piedra en pan. El diablo quiere aprovechar esta aparente debilidad de Jesús para que haga uso de su poder divino. Ante esa propuesta, Jesús considera que el diablo no merece que se le haga caso y que no es necesario el uso indebido de su poder sobrenatural. Para ello le responde lo que la Escritura dice: "No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra de Dios" (Deuteronomio 8:3).

 

Satanás no contento con la respuesta de Jesús lo lleva a un monte y le lanza otra propuesta: "Si de rodillas me adorares, te daré todos los reinos de la tierra que son míos". Una vez más, Jesús firme en su condición de Hijo de Dios y que no pretende nada de este mundo, le responde con la Escritura: "Vete de mí, Satanás, porque escrito está: 'Al Señor tu Dios adorarás temerás, y a él solo servirás'" (Deuteronomio 6:13). Aquí Jesús lo echa al demonio y reafirma que Él es el Hijo de Dios.    

 

Ahora Satanás busca un lugar sagrado y utiliza la Escritura para volver a tentar a Jesús con otra propuesta temeraria: "Si eres el Hijo de Dios tírate abajo, ya que escrito está que 'Dios mandará a sus ángeles para que cuiden de ti y te protejan. Te levantarán con sus manos para que no tropieces con piedra alguna.'" (Salmo 91:11-12). Frente a esa propuesta indebida, Jesús le contestó: "También dice la Escritura: 'No tentarás al Señor tu Dios.'" (Deuteronomio 6:16). La astucia del diablo es convencer a Jesús que hasta él sabe de la Escritura y que si le obedece, lo que está escrito en ella se cumpliría en ese momento. La respuesta de Jesús es contundente.

 

Ante esta situación, Satanás opta por apartarse de Jesús por un buen tiempo. Aquí, en el desierto, fue la derrota del diablo ante la presencia de Jesús. Ahora buscará otra forma de hacerle caer.

 

B. Tentación a Judas.- En una fecha importante para el pueblo judío, la pascua, los principales sacerdotes y los escribas buscaban como matar a Jesús, ya que hasta ese momento ya él era un peligro y temían al pueblo. Es en esas circunstancias que Satanás aparece otra vez en escena para meterse en la vida de Judas, quien era uno de los discípulos de Jesús, para tentarle y hacer que traicione y entregue a Jesús por una cantidad de dinero. Todo esto a espaldas del pueblo. Lamentablemente Judas cedió a esa tentación por el dinero y no supo resistir al enemigo del Señor. Astutamente, Satanás quería derrotar de una manera indirecta a Jesús. Una vez más podemos comprobar que Satanás no descansa ni descansará en sus esfuerzos de hacer caer a los santos de Señor. Judas, cayó en tentación, se dejó llevar por la ambición del dinero y no le importó traicionar a su Maestro. Ya sabemos cuál fue el final trágico de este discípulo de Jesús.

 

II. Reflexión.- Como podemos ver, la intención principal de Satanás era conocer en directo y con certeza si Jesús era el Hijo de Dios, el Ungido del Señor, para luego hacerle caer en tentación para destruirlo y con ello hacer imposible su misión. Una vez más comprobamos que Satanás no descansa por destruir el Plan de Salvación de Dios; apareció en el principio de la Creación, tentando a Eva y a Adán, a Job y otros más; ahora es Jesús, Judas y cuántos más en la lista. En el desierto el diablo creyó vencer a Jesús a medida que le iba ofreciendo poder y más poder, utilizando las Escrituras para lograr su objetivo. El lugar de batalla es el desierto y en ese lugar Jesús triunfa ante su enemigo.

 

Ahora bien, hay que tomar nota que Satanás no se quedará ahí, se va a alejar de Jesús por un tiempo para volver a atacar otra vez. La mirada está puesta en uno de sus discípulos, Judas, quien ejercía el cargo de tesorero del grupo. Él se mete en la vida de Judas para tentarlo y usarlo como su instrumento para vencer a Jesús. Pero bien sabemos, que no todo quedó ahí, Jesús venció a Satanás en la cruz y con su resurrección. Una vez más es el triunfo de la vida sobre la muerte.

 

Nosotros los cristianos estamos constantemente asediados por el diablo y sus secuaces, queriendo convertirnos en sus instrumentos para detener que el reino de Dios sea una realidad. Hoy en día las tentaciones que experimentamos de parte del enemigo tiene diferentes formas y muchas veces camufladas. Quisiera clasificar estas tentaciones en tres categorías:

 

a) Espiritual.-

 

- Autosuficiencia en la fe.

- Planificar nuestro futuro sin tener en cuenta la voluntad de Dios.

- Hacer promesas al Señor y olvidarnos de ellas, creyendo que Dios no nos la demandará.

- No acordarse de Dios en los momentos en que todo nos va bien.

- Estar en pecado y no arrepentirnos, creyendo y confiando en nuestros méritos y capacidades para salir adelante.

- Tener una fe de herencia familiar y no producto de un encuentro con el Señor.

 

b) Social.-

 

- Escalar posición social a través de favoritismos, argollas y encubrimientos.

- Creer que somos los mejores en la sociedad.

- Buscar nuestro propio beneficio atropellando los derechos de los otros.

- Distracciones frívolas.

- Costumbres anticristianas, diabólicas.

- Indiferencia ante el dolor de nuestro prójimo.

- Discriminación social.

 

c) Económico.-

 

- Aspiración incontrolable por la riqueza.

- Dar coimas por un favor a cambio.

- Generar mayores utilidades en nuestros negocios a costa de la explotación de los trabajadores.

- Quedarnos con el diezmo o primicias del Señor.

- No pagar nuestras deudas.

 

Todo esto nos debe llevar a reflexionar que cuando estemos en peligro de caer en tentación por parte de Satanás, debemos orar a nuestro Señor, el cual venció al enemigo en forma definitiva. Debemos también tener en cuenta que por cada derrota de Satanás por parte de Dios, él intentará atacarnos y utilizarnos para traicionar a Jesús, tal como `lo hizo con Judas.

 

Finalmente, tengamos en cuenta el Salmo 42 y Romanos 8 que en síntesis nos dice: "Si Dios está con nosotros, ¿quién contra nosotros; somos más que vencedores". Que el Señor nos ayude a permanecer en Él y no caigamos en tentación. Amén.

 

Rev. Lic. Jorge Bravo C.

       


Copyright © 2012 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. Todos los derechos reservados.