MAS
VALE PREVENIR QUE LAMENTAR
(Mateo 25:1-13)
Esta parábola está en el contexto de las señales antes del fin del mundo. El
Señor Jesucristo nos enseña que la expectativa sobre el reino de los cielos es
similar a la actitud de las diez vírgenes. Tres enseñanzas podemos tener
de esta ilustración, que nos pueden ayudar a revisar también nuestra actitud
acerca de la venida del Señor. La primera, nada se puede obtener de la
noche a la mañana, sin tener que hacer algún esfuerzo; la segunda, hay
ciertas cosas que no se pueden prestar, son de uso personal; la tercera,
la venida del Señor ocurrirá en cualquier momento, para ello no hay día, ni hora.
Sobre el primer
asunto,
nada se puede obtener de la noche a la mañana, sin tener que hacer algún
esfuerzo; podemos
decir que muchas veces nosotros asumimos el reino de Dios de la misma manera que
las diez vírgenes salieron a recibir al esposo. Cinco de ellas, son prudentes
porque tuvieron la precaución de llevar sus lámparas con aceite; mientras que
las otras cinco, fueron insensatas al no llevar consigo aceite para sus
lámparas. Hoy en día casi un 50% de personas son como estas cinco vírgenes
previsoras y otro 50% se asemejan a las otras cinco vírgenes insensatas. En la
vida diaria podemos comprobar que hay personas que son provisoras, que tienen
todo preparado, hacen cálculos a corto, mediano y largo plazo; guardan pan para
mayo, como dice el refrán; viven en función a un proyecto de vida; nada sucede
al azar, hay un rubro llamado “imprevistos” para afrontar cualquier emergencia.
Son personas disciplinadas, metódicas en su forma de ser. Con respecto a la
vida cristiana también sucede lo mismo, algunos aseguran su futuro
poniéndolo en las manos del Señor, y esto por la sola fe, cual lema de la
Reforma. Para estas personas previsoras, nada queda para última hora. Llevan su
aceite consigo para sus lámparas. Sólo ellas podrán entrar a la fiesta de bodas,
mejor dicho, al reino de los cielos.
Todo lo contrario observamos con aquellas personas que todo lo dejan para el
último momento. No hacen cálculos para el mañana; todo se despilfarra hoy y
no se ahorra para el futuro; se espera obtener algo en forma improvisada, de la
noche a la mañana, sin ningún esfuerzo personal. Con respecto a su vida
cristiana, ésta depende de las circunstancias, se vive la fe como viene la
vida; Dios no está en la vida cotidiana, sólo se acuerdan de él en los
momentos difíciles o trágicos. Es tanta la confianza en sí mismos, que no
llevan su aceite para sus lámparas. Lamentablemente, no podrán ingresar a la
fiesta de bodas, se quedarán fuera del reino de los cielos. ¡Cuántos se quedan
postergados o pierden la oportunidad de ser una persona importante en la vida y
lograr con ello un bienestar! La improvisación mata el futuro.
Con respecto al
segundo asunto,
hay ciertas cosas que no se pueden prestar, son de uso personal;
esta afirmación es muy cierta. Así como el aceite
para la lámpara, hay cosas que son propias: la inteligencia, la vida, la salud,
el éxito, las ilusiones, y en forma especial, la fe en Dios. Todas estas
cosas son fundamentales para cada persona y tienen que forjarse por sí mismas.
Nadie puede prestarme su inteligencia para ser sabio; nadie puede ser sano por
mí; el éxito de otro no me sirve; las ilusiones ajenas no satisfacen las mías;
la fe del justo no vale para mi salvación, ya que ésta es personal y se forja en
la experiencia cotidiana con el Señor. Por lo tanto, no se puede vivir en forma
eficaz con cosas prestadas.
En
cuanto al
tercer punto,
la venida del Señor ocurrirá en cualquier momento, para ello no hay día,
ni hora.
¿Quieres poner tu vida en orden ahora? ¿Quieres entregar tu vida al Señor? ¡Hoy
es el día! No dejes pasar esta gran oportunidad para mañana. Hay un refrán que
dice: "No dejes para mañana, lo que puedes hacer hoy" ¡Prepárate ahora!.
Que el Señor bendiga a todos los que hacen su decisión de seguirle. Amén.
Rev. Lic. Jorge Bravo C.
Copyright © 2000-2010 Rev. Lic. Jorge Bravo-Caballero. All rights reserved. Todos los derechos reservados.