CUEVAS DE TALGUA

Talgua sigue ocultando los misterios de un pasado

Por: Bonifacio Alvarez
Honduras, Diciembre del 2003

Catacamas, Honduras.- El enigma de La Sierra de Agalta guardado por 500 años después del arribo de los colonizadores europeos, aún sigue ocultando celosamente los misterios de una de las primeras civilizaciones de América que se establecieron en las ubérrimas pampas olanchanas, hace 900 años Antes de Cristo.

A siete kilómetros al occidente de esta ciudad, entre la agreste vegetación y las cristalinas aguas

Entrada a la cueva principal del Río Talgua se encuentran restos de un pueblo que, según las primeras pruebas científicas realizadas a las osamentas, datan de los años 800 y 900 años A.C.

Como si existiese un pacto entre la naturaleza y los antepasados el bosque trata de ocultar la gruta donde se conservan intactas las huellas de un pasado lejano que se resiste a revelar al mundo la forma de vida de los primeros pueblos de América.

Lo que hace 900 años A.C fue un refugio y campo santo de los aborígenes ahora se le conoce mundialmente como las Cuevas de Talgua, descubiertas en 1994. Las osamentas y las vasijas encontradas en el lugar impresionaron a los científicos, pero lo que más llamó su atención fueron los cráneos luminosos, considerados como únicos hallazgos en el mundo.

Cráneos luminosos encontrados en las cuevas. La cripta parece haber sido diseñada por la naturaleza con cámaras y salas para que los moradores tuvieran las comodidades para vivir, para practicar sus ritos y sepultar a sus muertos.

Actualmente sólo se puede acceder a la gruta unos 500 metros, lo suficiente para trasladarse a un mundo que resulta incomprensible para las mentes globalizadas por la tecnología.

Los científicos hablan de que las majestuosidad de esta cavidad natural se moldeó hace aproximadamente un millón de años por las corrientes subterráneas del Río Pinabete, el que al abandonar las profundidades de la colina se funde con el Río Talgua.

En el tramo habilitado para ser visitado se puede disfrutar de infinidad de formaciones rocosas diseñadas a través de los tiempos en forma de figuras de catedrales, saurios, retratos de imágenes sagradas y diabólicas. Dentro de la cripta todo queda a la imaginación del turista. Una de las cosas más bellas e impactantes son las formaciones llamadas estalactita y estalagmita formadas por la pérdida de agua ácida que disuelve la roca caliza.

Relata el guía de turistas Ramón Santos que la composición de la gruta es de roca caliza, mineral muy frágil para ser penetrado por aguas ácidas desde la parte superior. De esta manea se formó este monumento natural, convertido hoy en testigo mudo de las civilizaciones que poblaron la tierra.

No se sabe a que cultura pertenecieron sus habitantes. Lo único que se puede saber por ahora es que estos seres vivieron entre 800 y 900 años antes de Cristo. Se ha constatado que los huesos se mantienen en buen estado debido a los minerales que fluyen incesantemente de la cima hacia el extraño río.

Sobre su vida se han creado varias presunciones, la manejada por los pobladores de la zona es que los indios moraban a dos kilómetros de las cuevas y al morir realizaban un ritual de despedida luego uno de los indios desmembraba el cuerpo del fallecido, descarnaba los huesos y luego los colocaba ordenadamente en la cueva. Ellos creían que si el cuerpo era sepultado entero y fuera de la cueva volvería al mundo de los vivos.

En el interior de la caverna existen tres sepulturas individuales que se especula pertenecieron a individuos de alta relevancia en la comunidad primitiva del departamento de Olancho, el más grande y fértil de Honduras.

Vasijas de personas que vivieron unos 900 años Antes de Cristo.

Ellos consideraban el interior de la caverna como un “inframundo” donde podían tener contacto con los dioses de la naturaleza, de ahí que el lúgubre sitio se considera región sagrada.

Cuando en 1994, Desiderio Reyes y Jorge Yánez entraron por primera a la gruta, encontraron 23 tumbas con un promedio de 250 a 300 cadáveres desarticulados y distribuidos en diversos sitios. En el hallazgo se incluyen además, múltiples vasijas y jarrones de cerámica que utilizaban como ofrendas a sus deidades al momento de depositar las osamentas.

Un grupo de científicos trabaja después de los 500 metros a los que tiene acceso el público, buscando descifrar los enigmas del pasado. Ellos son del criterio que sus investigaciones podrían llevarlos a encontrar la llave que les abra la puerta acerca de los secretos de civilizaciones desarrolladas en América en la era precolombina.

Por los elementos encontrados en el lugar, los estudiosos, creen que entre la civilización de La Sierra de Agalta y los Mayas de Copán, se estima que existieron puntos de contacto entre ambas. La convergencia más próxima es la existencia de una sala ceremonial en los lugares consagrados para contactar con las divinidades.

A las osamentas se les conoce como las “calaveras luminosas” por el intenso fulgor que expelen. Este raro resplandor se genera por el pigmento rojizo que están cubiertos los huesos, paredes y pisos de las cavernas y por el resplandor generado por los cristales de calcita diseminados por todas partes.

En la Revista América de julio/agosto de 1995, aparece una publicación sobre este fenomenal descubrimiento. En la misma se plasma una información acerca de que en 1674 vino a estas tierras el sacerdote misionero español, Fernando Espino, quien escribió que en Olancho existieron 200 naciones e idiomas diferentes.

Luego de su descubrimiento, el gobierno inició los trabajos para convertir las Cuevas de Talgua en uno de los centros turísticos del país, pero los trabajos fueron destruidos por el huracán Mitch. Hoy nuevamente una decena de trabajadores del Estado laboran nuevamente en el acondicionamiento del lugar para atraer nuevamente el turismo. (Hondudiario)

Misterios y leyendas de Talgua y sus cavernas

Por: Omar Said Mejía

* Una historia fascinante y encantadora envuelve esta área cubierta por coyolares
* El enigma de estas cavernas trasciende y se guarda desde hace 500 años

CATACAMAS, Olancho.- Los mitos y supersticiones de los más antiguos pobladores de esta ciudad confirman los cotejamientos de científicos que estudiaron la civilización de Talgua, hoy por hoy el enigma más importante de los primeros pobladores de la América india.

De voz en voz trasciende la leyenda sobre esta civilización que depositaba sus muertos en las oscuras cuevas mediante rituales ruidosos, ancestral tradición de nuestros antepasados, expuso un cacique de la tribu Tawahka durante un encuentro étnico celebrado en Catacamas.

Fueron esas sus costumbres y quienes torcieron sus creencias fue la Iglesia Católica luego del arribo de los colonizadores europeos, quienes impusieron a los nativos que los muertos tendrían que enterrarse y colocarles una cruz sobre su tumba.

La historia de esta civilización cuenta que los entierros en cuevas representaba mucha importancia porque los indígenas creían que por el hecho que las cavernas penetraban la tierra, eran entradas al inframundo donde residen las almas de los muertos y colocarlos en las cuevas aceleraría ese viaje y aseguraría que el alma de los muertos no deambulara perdida entre el mundo de los vivos.

Los indios de Mesoamérica creían que los dioses que controlaban la fertilidad de las plantas vivían en la tierra y que la lluvia era un fenómeno terrestre, no celestial, que las nubes y relámpagos se formaban en las cuevas antes que los dioses los enviaran al cielo como una conexión entre el cielo y la tierra, entre lo natural y sobrenatural.

Los sepulcros de personas, según establece la información del Museo de Talgua, era en pequeños bultos de manta de algodón amarradas antes de ser llevados a las cuevas.

La leyenda establece desde formidables escuelas de brujería, localizadas a escasos kilómetros de la población de Talgua. Allí están "La Pintada", una piedra donde están esculpidos los rostros de quienes supuestamente fueron los jefes de los hechiceros de la zona.

Arriba, en el gran cerro "Miramar", donde se estableció una piedra de sacrificios de niños para ofrendarlos a los dioses para que enviara la lluvia, la que entre más llanto arrancaban del infante el invierno sería más copioso y duradero.

MUJER LLORONA

Cuentan los vecinos que por las noches brama un feroz toro, cuyos berridos se escuchan por todo el valle de la riberas del río Talgua. Igual en la localidad de La Unión, próximo a la hacienda de don "Changel" Moya, el llanto de una mujer reclamando a su hijo se escuchaba a medianoche.

La Llorona recorre río arriba y sus gritos se pierden en las oscuras "cavernas", relató en su oportunidad un grupo de pobladores, entre ellos el regidor municipal, profesor José Manuel López Muñoz, y el dirigente campesino José Bú. "Y no es cuento porque toda la comunidad se agrupaba a escuchar a la extraña llorona", manifestaron.

El enigma de las cuevas de Talgua trasciende y se guarda desde hace 500 años, aún muchos misterios se ocultan sin trascender al público.

Meses anteriores, la ex directora del Instituto Hondureño de Antropología e Historia, doctora Olga Joya, en su administración despidió a Marcelino Nieto, vigilante de las enigmáticas cuevas cuando reveló que en ese lugar se escuchaban voces y la presencia de fantasmas, pero nunca permitió que circulara tal noticia por el prestigio turístico del lugar, hoy convertido en parque arqueológico.

La población que floreció aquí fue una de las primeras civilizaciones de América, establecida en los valles olanchanos 900 años antes de Cristo, apartadas a la orilla del río Talgua cristalino y ruidoso a su paso, a 7 kilómetros al noreste de la ciudad de Catacamas, al final de la cresta de Agalta, donde los investigadores excavaron por varias semanas.

Los primeros cotejamientos científicos donde vivió la población destacan que restos de casas y fogones se encontraron en una ubicación geográfica de la frontera tradicional entre las dos áreas culturales más grandes y reconocidas de América, la Mesoamericana y la Andina.

En una especie de colina queda confirmada la existencia de una colonización prehispánica de 3,000 años a C a 500 años d C.

HISTORIA FASCINANTE

Los estudios científicos de James Brady (antropólogo), George Hasseman (arqueólogo) y John Fogarty (espeólogo), definen que con más estudios en esta área pueden ayudar a revelar cómo los pueblos del pasado pudieron sobrevivir entre las influencias de dos culturas en dos continentes.

En el lugar se encontraron más de 100 estructuras con plataformas rectangulares, entre 3 y 5 metros de altura, rodeando plazas rectangulares con grupos bien identificados.

Una historia fascinante y encantadora envuelve esta área cubierta por coyolares, donde en cada uno de estos rimeros había una casa cuyos moradores conocían y utilizaban perfectamente el fuego.

Dedicados a la cacería, su principal dieta derivada del maíz y yuca, calles completamente definidas y claramente utilizaban bien el agua que acarreaban a través de canales hasta sus viviendas y también utilizaban para humedecer sus cultivos.

Talgua fue de los primeros pueblos de América, dijo el científico Jim Brady, tomando como base la edad de la misma cuando se desarrolla aquí la población se formaba también la del bíblico Abraham, en el viejo mundo.

Cómo vivieron, en qué dios creían y cómo murieron, son las preguntas sin respuesta de una raza de un pasado milenario.

Las bóvedas especiales para momias que simbolizaron los monarcas del territorio eran llevados con todo y sus riquezas, se les enaltecía con objetos de valor como sus receptáculos de arcilla, obsidiana y otras prendas.

En los osarios se encontraron 23 depósitos de restos humanos; en la cámara principal 200 enterrados y petrificados entre piso y pared de piedra. Estos osarios, donde se descubrieron las calaveras brillantes, similar a un tabernáculo donde se invocaban adoraciones, consta de una entrada principal.

LEYENDAS INQUIETANTES

Luego nos guiamos a un pasaje hasta llegar a una forma de cripta alta, de aproximadamente 15 metros, acreditada como "la catedral", otro como el "árbol del niño", un sitio dedicado a la idolatría y cultos.

El recorrido de 500 metros es hermoso y sugestivo; en las afueras del lugar está el "Museo de Las Cuevas", donde el visitante puede apreciar variedad de jades, calaveras deslumbrantes, vasijas pre hispánicas, motivos típicos y atrayentes apeaderos.

Talgua es un lugar donde la leyenda rima el pasado inaccesible de nuestra raza, un santuario de universo inexplorado, para disfrutarlo hay que visitarlo.

Es un mundo sobrenatural donde brotan las leyendas más inquietantes donde aún los vecinos del lugar ven boquiabiertos repentinas luminarias que brollan desde la tierra, se levantan e irrumpen en la medianoche en las cercanías del lugar.

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