2.4. Organización del Estado Nacional (1821-1875).
La política del lenguaje en el periodo independiente no
vario substancialmente de la aplicada por Carlos III: el idioma oficial de la Republica es el castellano y, por tanto, todos
los hondureños deben hablarlo.
El hecho de que todavía haya
varios grupos como los negros garifunas, los jicaque de la
Montaña de la Flor, los sumos, los payas y los misquitos que
no hablan el español o que, si lo hablan, no han perdido su
lengua materna, es interpretado por el gobierno y por algunos intelectuales conservadores como un ataque o una debilidad de la llamada "unidad nacional". Este menosprecio a estas lenguas y culturas minoritarias y marginales se refleja
linguisticamente. Tanto en la legislación hondureña vigente,
como la mayoría de los hondureños, incluidas personas cultas, y muchos de los grupos indígenas, denominan a estas
lenguas con el erróneo termino lingüístico de dialecto. Sobreentienden que la única lengua con categoría de tal es el
español, las demás solo pueden ser dialectos.
En el periodo independiente la legislación hondureña
diferencia entre dos grupos de indígenas: los indios del sur,
centro y occidente, conformados por lencas y mayas-cortéis
y los indios denominados selváticos, situados en la costa norte y en los actuales departamentos de Yoro, Olancho, Colon y
Gracias a Dios. Los primeros aparecen escasamente en la legislación del siglo XIX para desaparecer totalmente en el presente siglo, debido a la progresiva perdida de sus lenguas
indígenas y al acelerado proceso de ladinización, todavía no
concluido. Esta absorción a la cultura mestiza provoco la ausencia de leyes protectoras de sus tierras, lenguas y culturas,
sin que el trato y la explotación a que fueron sometidos decreciera. Las llamadas tribus selváticas en la legislación
hondureña la componen los grupos indígenas que, o no fueron dominados por los españoles, o fueron reducidos por cortos e interrumpidos periodos. Estas tribus son los jicaque o
tolupanes, los payas o pech, los sumos-tawahkas, los misquitos
o zambos y los negros garifunas (Alvarado García, 1958).
Los efectos mas importantes de la política monolingüe
en este primer periodo de nación independiente puede
resumirse asi:
• Que se acelera la castellanización de hombres, y sobre todo de mujeres y niños de pueblos indígenas de sur, centro, oriente y occidente Honduras. La de los hombres por
su participación masiva como soldados en las guerras de la
Federación Centroamericana y, después, en las continuas
guerras civiles de Honduras.
• Que la escuela comienza a tener éxito en la enseñanza del español a finales de este periodo en pueblos indígenas
con los niños, pero es muy escasa su influencia en las niñas,
y nula en las mujeres.
• Que el ingles de las Islas de la Bahía queda definitivamente asentado como lengua materna de los isleños por el
tratado Wike-Cruz de 1859 al permitir al Estado respetar la
religión protestante de sus habitantes, pues todos sus ritos
son en ingles y crearon sus propias escuelas y colegios con el
ingles como primera lengua.
• Que por primera vez el Estado logra reducir a pueblos y cristianizar a los jicaques, payas, tawahkas y garifunas
a través del trabajo evangelizador del jesuita español Manuel
de Jesus Subirana (1856-1864). Sin embargo, su
castellanización todavía esta muy lejos de lograrse.
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