DEPARTAMENTO DE YORO

MUNICIPIO DE OLANCHITO

Fundado con el nombre de San Jorge de Olanchito en 1530, ahora conocido solo como Olanchito tiene una poblacion actual de 78.862 habitantes.

I N D I C E

  1. Minimonografia del Municipio de Olanchito  .......Por: Marel Medina Bardales
  2. Escritores de Olanchito en su Tinta   ....................Por: Ennio Maldonado
  3. Historia de Olanchito,   ..........................................Por: Jose Ivan Herrera

Ramón Amaya Amador vida y obra

Ensayo Biográfico
Por: Max Sorto

Paisaje Ambiental

Transcurría el año de 1916. Una distancia que se alarga en la cinta del tiempo. Olanchito es apenas un villorrio, con pretensiones de municipio y hoy en día con pretensiones de ciudad. Alcalde en esa época era el ciudadano don Enrique Posas, persona honorable entendida en preparar medicamentos y atender enfermos, pues escaseaban los médicos. Se recuerda únicamente al doctor Eduardo A. Gross, de nacionalidad alemana, casado con la señora Gertrudis Reyes, hermana del profesor Donaciano Reyes Posas.

El doctor Gross vivió en la casa de doña Joaquina vda. de Soto, frente al parque Morazán; allí tenía su consultorio y una pequeña farmacia. Después se instaló otro puesto de medicinas que luego se convertiría en la que hoy conocemos como Farmacia Honduras, propiedad del Dr. Jaime Ramírez Quesada. Los medicamentos, envasados en botellas, los preparaban los boticarios.

Y, ¿qué decir de las construcciones de la época? Las casas en su mayoría eran de bahareque y de adobes, con techumbre de teja rojiza, cubierta de musgos. Para las techumbres empleaban caña brava, que traían de Aguán y amarraban con correas o bejucos. Algunas casas tenían corredores amplios y empedrados, sostenidos con horcones de guayacán o jamacuao.

Para esa fecha, se carecía de agua potable. No habían tren de asco, ni alcantarillado ni luz eléctrica. La gente se alumbraba con lámparas de gas, lo hacía la gente pudiente, así llamaban a las personas que gozaban de ciertas comodidades; las menos favorecidas usaban candelas y candiles, fabricados estos últimos por el señor Julián Pérez; y la muy pobre tenía que ir al cerro a buscar rajas de ocote o manguíos, que arrastraban los ríos en las crecientes.

El agua para usos domésticos se acarreaba en botas que transportaban en burros. Por lo común lo hacían las mujeres en vasijas de barro, de preferencia tinajas o en latas Una lata de agua, para la venta, costaba un medio o sea seis centavos, la mitad de un real. Era costumbre llamar así a estas fracciones de dinero.

Artículos comestibles y de vestuario eran muy escasos, eran traídos de La Ceiba y de Trujillo, a lomo de mula. El tren no había llegado todavía a Olanchito.

La vida social era muy reducida. Habían pocas diversiones. Apenas uno que otro baile, con música de cuerda, acordeón o victrola (los tocadiscos de hoy). Con el tiempo llegó una marimba, traída por unos paceños. Las muchachas se quitaban prestadas para los bailes, y se hacían acompañar por las madres o personas mayores y de respeto. No circulaban invitaciones en cartulina, se hacían personalmente. El cine no se conocía, y como espectáculo llegó mucho después por iniciativa de don Mauricio Ramírez.

Cigarrillos de la época eran el King Bee y el Búfalo y bebidas favoritas la Cerveza Ulúa, el Ron Bacardí y el aguardiente San Isidro, que fabricaban don Joaquín Quesada. Habían refrescos y muy buenos. Los periódicos poco se conocían y llegaban muy retrasados. Eran leídos únicamente por las personas importantes, por los notables del pueblo.

Un periódico era una curiosidad y circulaba quitándolo prestado; y aunque fuera un periódico muy viejo y amarillento para los parroquianos constituía una novedad.

Los muebles se reducían a mesas sencillas, taburetes, que eran una sillas forradas con cuero También se usaban bancas y banquetas. Muebles finos y acabados eran muy escasos. No habían ebanistas y los carpinteros no disponían de mayores herramientas ni de técnicas avanzadas.

El café, el chocolate y atole de plátano, lo endulzaban con panela, conocida ambientalmente por rapadura. El azúcar era escasa.

En el centro del pueblo había una plaza, cubierta de grama y malva. Con el tiempo se convirtió en el primer campo de fútbol. En esta plaza sobresalían el Cabildo y la Iglesia, construcciones que tienen más de una centuria de existencia. La Iglesia fue construida en 1774, sus paredes son anchas y el cielo raso y algunos altares, acusan influencia colonial.

En la estrechez de este marco, de este paisaje ambiental, vino al mundo Ramón Amaya Amador. A continuación la certificación de su partida de nacimiento:

"El Infrascrito Registrador Civil Municipal de la ciudad de Olanchito, Depar­tamento de Yoro,

CERTIFICA: Que en el Folio 91, Tomo 16, Original de Nacimientos que esta Secretaría llevó durante el año de 1916. se encuentra el asiento que dice:

PARTIDA No.00045. PEDRO RAMON AMAYA. En Olanchito, a las tres de la tarde del jueves cuatro de mayo de mil novecientos diez y seis. Ante mi Gonzalo Posas, Secretario Municipal de esta ciudad y ante los testigos Andrés Bardales, de treinta y ocho años de edad, labrador y Salomón Moya de veinte y dos años, escribiente; ambos solteros, naturales y vecinos de este lugar. Compareció Policarpo Sosa, de cincuenta y ocho años de edad, casado, labrador, hondureño y de este vecindario.

DANDO CUENTA: que el sábado veinte y nueve de abril recién pasado, a las cinco de la mañana y en casa de Felipa Amaya, sita frente a la plaza de esta ciudad, nació un varón a quien se le puso por nombre PEDRO RAMON. Que es hijo natural de Isabel Amaya, costurera, hondureña y vecina de este lugar. Es abuela materna natural del recién nacido Felipa Amaya, panadera, natural y vecina de este lugar. El declarante leyó lo escrito y encontrándolo conforme con su dicho lo ratificó y firmó conmigo y testigos. Policarpo Sosa. Andrés Bardales, Salomón Moya.

Sello. G. Posas. Srio.
Es conforme con su original.

Extendida en la ciudad de Olanchito, a los cinco días del mes de julio de mil novecientos ochenta y cuatro.

Afirma uno de sus comentaristas, que Amaya Amador fue el producto de los amores clandestinos del sacerdote Guillermo R. Amador y de María Isabel Amaya. Por algo Moncho no simpatizaba mucho con los curas.

Familiares de Ramón Amaya Amador

Tíos: Juan Rivera Amador, Manuel Rivera Amador y Alfonso Rivera Amador.

Hermanos: Antonio Zavala Amador (fallecido), Francisca Zavala Amador de Flores (fallecida), Rita Aurora Zavala de Cano (fallecida), Isolina Zavala Amador y Lic. Arnulfo Carrasco Amador, que sobreviven.

Esposa de Ramón Amaya Amador: Arminda Funes de Amaya Amador, de nacionalidad argentina. Hijos de este matrimonio Carlos Raúl Amaya Funes y Aixa Ixchel Amaya Funes

Esposo de Francisca Zavala Amador de Flores: Celedonio Flores. Hijos de este matrimonio: Silvia Flores Zavala, Concepción Flores Zavala de Hernández, Jaime Flores Zavala y Zoila Flores Zavala (fallecida).

Esposa de Rita Aurora Zavala de Cano: Lorenzo Daniel Cano Rodríguez. Hijos de este matrimonio; Estelita Mirtila Cano Zavala, Marco Tulio Cano Zavala (fallecido), Elida Juventina Cano Zavala, Emma Beatriz Cano Zavala de Zelaya, América Estela Cano de Espinal y Odesa Aurora Cano Zavala.

Esposa del lic. Arnulfo Carrasco Amador: Martha Petrona Zúniga de Carrasco. Hijos de este matrimonio. Gustavo Adolfo Carrasco Zúniga (fallecido), Héctor David Carrasco Zúniga (fallecido), Ramón Arnulfo Carrasco Zimiga, Oscar Enrique Carrasco Zúniga y Lourdes Elena Carrasco Zúniga.

La Casita de Ramón

Alí, en la esquina que actualmente ocupa el Salón Astoria, frente a la plaza pública de antaño, hoy parque Francisco Morazán, estaba la casita de Ramón, antes propiedad de su amantísima madre doña Isabel Amaya.

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