DEPARTAMENTO DE LEMPIRA

MUNICIPIO DE GRACIAS

RAÍCES INDÍGENAS
El renacer del Indio Lempira

En una fiesta al son de los tambores, con olor a pino y sabor a maíz, los hondureños de tierra adentro rindieron culto una vez más al “Señor de la Sierra.

30 de julio de 2005
Por: Mirian Amaya
(tomado del Proceso)


Gracias. Las calles de tierra contrastaban con la arquitectura colonial de los edificios públicos, que como testigos mudos se erigen en la ciudad de Gracias, departamento de Lempira, y que una vez más presenciaron el drama de las hazañas heroicas del primer defensor de la soberanía territorial, el cacique Lempira.

Lindas jóvenes lencas ataviadas con hermosos trajes típicos.

El “Señor de la Sierra”, como llamaban sus compañeros indígenas a Lempira, es recordado cada 20 de julio por los hondureños como un símbolo de valentía y patriotismo que en el año de 1537 hizo una heroica resistencia a los invasores españoles en Cerquín, una región montañosa conformada por los actuales municipios de Erandique y Candelaria en el occidental departamento de Honduras.

Las arterias principales de Gracias fueron inundas días antes de la celebración por lempirenses que bajaron desde sus aldeas y caseríos para presenciar como hace 52 años los desfiles de las escuelas y colegios de la ciudad y así no olvidar las hazañas de su líder indígena de todos los tiempos, el Indio Lempira.

Las indias bonitas

A muy tempranas horas de la mañana lindas jóvenes lencas ataviadas con hermosos trajes típicos confeccionados con manta y cuero de res y decorados con tuzas secas, pencas de plátanos, granos de maíz y frijol y paste de cerro, se aprestaron a las polvorientas calles, para con su belleza engalanar la festividad.

Su título es el de “Indias Bonitas” y cada una de ellas representa a la belleza de la mujer lenca y la pureza que para los indígenas representa el sexo femenino, la fiel compañera que los acompañaba en su diario vivir.

En la elaboración de sus vestidos se pudo percibir horas de trabajo y mucha creatividad, pues cada diseño era único, digno sólo de reinas o emperatrices.

Esta bella joven indígena hace gala de este traje típico confeccionado de materiales naturales y decorado con maíz.

Los caciques

Los jóvenes lempirenses también estuvieron presente en la celebración, al simular a los principales guerreros de las comarcas de aquellos tiempos: cerquines, cares, lencas y potones, que bajo el liderazgo de Lempira resolvieron sus diferencias, y se aglutinaron en un ejército heroico que frenó el avance de los españoles, infringiéndoles cruentas derrotas, que se documentan en el Archivo General de Indias de Sevilla, dónde se confirma que el indómito cacique murió a manos del soldado Rodrigo Ruiz.

La vestimenta de estos modernos guerreros también fue motivo de admiración, adornaron sus cabezas con vistosas plumas, en su cuerpo un taparrabo elaborado en caral, un material muy conocido en el occidente del país, atuendo que se complementaba con un arco y flechas que los hacía verse como verdaderos caciques. Estos dos niños lencas recrean a los dos líderes indígenas Colohel y Lempira.

Gastronomía típica

Tamalitos de elote, chicha, chilate, ticucos, empanadas de maíz y guirilas fueron del deleite de los comensales, platos típicos que fueron saboreados por cientos de turistas nacionales e internacionales, a la sombra de chozas de bajareque y varas atadas con fibra de maguey o bejuco artísticamente decoradas con fogones, utensilios domésticos y muebles como un ejemplo de cómo viven en las montañas muchos de los hondureños que residen en La Campa, Santa Cruz, Gualcinse, Erandique, Talgua, Tomalá, Cololaca, entre otros, municipios de Lempira.

El drama

El plato fuerte de la celebración fue la dramatización de obra denominada “Maldición y muerte de Lempira”, que bajo la dirección de los maestros de la escuela Juan Lindo y puesto en escena por los alumnos que con mucho orgullo, por sus raíces, exaltaron la figura de su héroe Lempira.

“En Gracias nadie es un extraño y hemos aprendido a tener identidad a preservar la cultura y tradiciones de nuestros antepasados lencas”, dijo Carlos Roberto Membreño, un graciano con rasgos indígenas, quien tuvo el honor de hacer el papel del “Señor de la Sierra” en la dramatización.

Aprender las líneas de su personaje le ha llevado horas de infatigable estudio, pero como él bien dice “han valido la pena porque es la sexta vez que encarno el personaje del Indio Lempira”.

Membreño fue acompañado en los papeles estelares por otros gracianos que dramatizaron los personajes de Copán Gales, “El señor de los llanos de Copán; Agaltel, jefe de la tribu de los cares; Caul, cacique de los potones, Cicumba y Colohel, el guerrero de confianza de Lempira.

Los guerreros se acomodaron alrededor de Lempira en un escenario construido con ramas de los árboles y paste traídos de las montañas del departamento de Lempira, hasta donde llegó una doncella que se ofreció en sacrificio como agradecimiento al Dios del Maíz, una de las deidades a las que adoraban las indígenas. Los niños de Gracias recrean las batallas del Cacique Lempira. Aquí las huestes del líder indígena.

El drama continua cuando un indígena llega corriendo hasta los dominios de Lempira para informarle de las malas noticias sobre la invasión de los españoles que montados en caballos, eran descritos como bestias de dos cabezas “Mitad hombre, mitad animal”.

El objetivo principal de la dramatización fue demostrar que Lempira convocó a todos los caciques de las tribus vecinas y bajo el liderazgo del indómito cacique decidieron combatir a los españoles, produciendo tres enfrentamientos, pero es en el último en que cae vencido el líder indígena a manos de un español y que como dice su Himno: “para herir al temible guerrero fue preciso la odiosa traición”.

Los turistas

La celebración del 20 de julio en Gracias, Lempiras es una fiesta con fama internacional, los estadounidenses y europeos, en su mayoría españoles, se mimetizan entre la población hondureña, para vivir la historia de los indígenas hondureños.
El bastión de las huestes españolas, el fuerte de San Cristóbal en Gracias, Lempira.

Los restaurantes y hoteles de la ciudad fueron abarrotados por los visitantes que aprovecharon para conocer las costumbres étnicas y comprar alfarería y dulces lencas que se ofertaban en la plaza central de Gracias.

También aprovecharon la ocasión para conocer la Fortaleza de San Cristóbal construida por el presidente Juan Lindo y los balnearios de aguas termales famosos por su potencial curativo.

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