DEPARTAMENTO EL PARAISO

MUNICIPIO DE DANLI

Escenario circunstancial de cruentas batallas fratricidas
(Revoluciones y montoneras de los siglos XIX y XX también pasaron circunstancialmente por Danlí.)

Las presentes generaciones y las próximas no deben quedarse al margen de la historia de sus pueblos. Es tan importante conocer nuestros orígenes y los principales hechos que se fueron sucediendo en el decurso de los años, así como los nombres de los protagonistas, principales artífices de lo que hoy somos como nación.

Los investigadores e historiadores danlidenses apenas han podido elaborar trabajos para satisfacción personal, muchos de sus escritos están inéditos, perdidos en los viejos baúles y armarios, carcomidos por la polilla e ignorados por la inmensa mayoría de la población que al comienzo del tercer milenio desconocen su propia historia.

La investigación histórica en las últimas dos décadas del siglo pasado se debe a Luis Hernán Sevilla (QDDG), Darío González, que ha escrito dos libros con suficiente información y una obra del ingeniero Federico González que relata hechos importantes sobre las Tierras del Laudo.

Hoy, y con el apoyo siempre oportuno de Darío, incursionamos en una faceta de sumo interés para nuestros lectores, relacionada con la revolución o revueltas de corte sectario hasta 1924, si es que así se les puede llamar a las "montoneras" fratricidas de nuestro tortuoso pasado.

Sin profundizar lo que otros han dicho sobre esa época, sólo mencionamos lo que tiene que ver con Danlí como escenario circunstancial de otras acciones bélicas que no tienen nada que ver con la revolución del 19, pero como un apunte histórico e ilustrativo citamos aspectos generales de aquellos hechos que hoy las páginas de la historia han recogido con interpretaciones diversas.

Carlos Roberto Reina, en un extenso prólogo de la obra de Néstor Enrique Alvarado "La Revolución del 19", dice entre otras cosas: "Hemos ignorado por lo general, los rasgos básicos de lo acontecido en las etapas convulsas de nuestra historia y repetimos casi inconscientemente lo dicho por personas interesadas que deforman dolorosamente los hechos y van creando cada día más un panorama irreal, producto de las mentes cegadas por el sectarismo o por las posesiones de cálculo y de entreguismo político".

"Pero si queremos ser fieles a la historia, quienes la escriben o prologan obras, también tienen una dosis de sectarismo y se olvidan de los tiempos y las épocas en que se sucedieron los hechos, que si bien fueron una desgracia para nuestra Honduras, hoy deberían apuntarse como lecciones dolorosas para no volver a abrir heridas que laceran el alma de los pueblos y las nuevas generaciones que están obligadas a conocer la historia para sacar provecho sin pasiones encontradas".

Reafirmando lo anteriormente expuesto y dejando de lado el prólogo extenso del libro en referencia, vamos a adentrarnos en los acontecimientos relacionados con esta zona para ilustrar a las nuevas generaciones y se enteren que aquí también se derramó sangre de hermanos por cuestiones sectarias.

CRUENTAS BATALLAS

Y como apuntamos al comienzo, Danlí se convirtió en escenario de guerra por razones circunstanciales y no porque aquí se gestaran o porque existieran hombres con vocación guerrerista; sin embargo, hubo acciones guerreras como lo apuntan los historiadores Luis Hernán Sevilla y José Idiáquez, al hacer una descripción somera de algunos acontecimientos que llenaron de sangre a la muy noble y culta Ciudad de las Colinas.

Sevilla relata que en julio de 1892 "visitantes que ni siquiera llegaban a cien, ni estaban todos armados, rompían la tranquilidad de Danlí, mientras las mujeres corrían asustadas gritando: ¡Los liberales se han tomado la plaza!... y las puertas se cerraban rápidamente.

Los emigrados que se encontraban en Nicaragua se dirigieron a la frontera, capitaneados por los generales Erasmo Velásquez, Reina y Dávila. El general Vitalicio Laínez se les unió en esta ciudad cuya plaza se tomaron. Deseaban llevar a la presidencia a Policarpo Bonilla y derrocar del poder al general Ponciano Leiva.

El 27 de julio de 1892, a las siete de la mañana tronaron las descargas de fusilería de las lomas del sur, en el sitio llamado Las Anonas. Un pequeño grupo de valientes combatió heroicamente contra 1,200 hombres, en la pelea cayeron los generales Velásquez y Laínez. Triunfaron las fuerzas del gobierno y los policarpistas regresaron al exilio.

OTRAS BATALLAS

Además del combate de Las Anonas, se registran otras acciones, entre otros el combate en la plaza de Danlí, el 20 de diciembre de 1844, entre las fuerzas gobiernistas y las revolucionarias al mando del prócer Joaquín Rivera. El combate de Los Llanos de San Marcos, el 16 de marzo de 1876, entre las fuerzas del gobierno comandadas por el general Luis Bográn y las fuerzas revolucionarias del general Juan Antonio Medina, triunfaron las del gobierno.

En 1903, el 23 de febrero, las fuerzas constitucionalistas comandadas por el general Miguel R. Dávila y José Angel Rosales contra las del general Juan Pablo Urrutia, triunfando entonces las fuerzas revolucionarias en la plaza de Danlí.

También se registra el combate de El Pedregalito entre las fuerzas del general Rafael López Gutiérrez y las del gobierno, bajo el mando del general Eulogio Flores.

El 7 de septiembre de 1919 nuevamente la plaza de Danlí es escenario de otro combate entre los revolucionarios y las fuerzas del gobierno, al mando del coronel José María Gómez, quien agobiado por la superioridad numérica rindió la plaza después de cuatro horas de combate.

En los mismos apuntes históricos se menciona otro combate en la misma plaza, el 18 de febrero de 1920, entre las fuerzas del gobierno, comandadas por el general Cástulo Zapata, y la facción acaudillada por los generales Solís, Soto, Villacorta y otros. La plaza fue tomada por los insurrectos.

PROFANACION DEL TEMPLO PARROQUIAL

Uno de los personajes más importantes en la historia de las revoluciones y revueltas de Honduras y particularmente de la zona oriental, es el general Juan Pablo Urrutia, quien en calidad de Comandante de Armas, el 16 de febrero de 1903, en apoyo al gobierno de Juan Angel Arias tomó como cuartel el templo parroquial de esta ciudad, registrándose en su interior la muerte del ciudadano Vital Rubio.

Este hecho hizo que todos los oficios religiosos fueran cancelados por el padre Francisco Norberto Hernández, quien solicitó a la feligresía limosnas para realizar los trabajos de limpieza y posterior bendición del templo.

Las tropas del general Urrutia fueron desalojadas por las comandadas por los generales Miguel R. Dávila y Teófilo Cárcamo.

En 1924 cuando las fuerzas del general Inocente Triminio llegaron a Danlí, varias personas que militaban en las filas liberales, como los doctores Juan Flores Mairena y Alejandro Cerda, y los ciudadanos Adriano Montenegro, Cosme García, Angel Alcántara y Manuel Aceituno, se refugiaban en la casa de campo conocida como El Tablón, propiedad del general Alejandro Urrutia Andrade, hermano de Juan Pablo Urrutia.

La casa del general Urrutia Andrade todavía existe en un pequeño valle, a tres kilómetros de esta ciudad. En los alrededores se conservan aún dos viejos higos o matapalos que fueron testigos de las noches de vigilia de los protegidos del general. La vieja casona, ahora bajo el cuidado de los herederos de aquel guerrero, muestra dos amplios corredores cuyos horcones se han mantenido incólumes al paso de los años.

Por: Luis Alonso Gomez O.



REGHRESAR AL MUNICIPIO DE DANLI