DEPARTAMENTO DE COPAN

MUNICIPIO DE TRINIDAD DE COPAN

Datos Históricos:

Se ha encontrado, que en el año de 1836 le fue conferido el título de sus ejidos, datando la vida del municipio desde 1622, con el nombre de El Copante, establecido en el lugar de Agua Fría, con inmigrantes de Gracias a Dios.

El Decreto No. 20 del 19 de enero de 1926, agrega al Distrito de Trinidad, el municipio de Veracruz.

ORIGEN DE SU NOMBRE: En la loma El Porvenir brillaba un objeto extraño que al recogerlo uno de sus habitantes resultó ser la Imagen de la Trinidad, por lo que se trasladaron a ese lugar y fundaron el pueblo.

SITUACION: Está situado sobre el trazo de la carretera de occidente en la parte Este del departamento y su cabecera en la falda derecha de la Loma El Porvenir y en un terreno muy quebrado.

LIMITES: Al Norte, municipio San Nicolás; al Sur, municipio San José; al Este, municipio Naranjito y al Oeste, municipios San Jerónimo y Dolores.

EXTENSION TERRITORIAL: 73.3 Km².
FERIA PATRONAL: El 3 de mayo, día de la Santa Cruz. También celebran el día de la Santísima Trinidad.
ALDEAS: 5
CASERIOS: 26
POBLACION: 5.687

1928: Un tamal ferroviario para Trinidad

Ing. Norberto Torres R.

En agosto de 1928 cuando el recordado Ing. de Minas, escritor y poeta don Rubén Bermúdez Meza dirigía el periódico denominado “El Nacional” recibió un telegrama del señor Rosendo Fajardo por entonces alcalde de Trinidad, en el cual le pedía a título personal y en nombre de otros ciudadanos como Samuel Rivera, José Antonio Paredes, Manuel J. Paredes, Leónidas Fajardo y Gonzalo Pascua que hiciera campaña por la prensa para organizar sociedades cooperativas bananeras en aquella región occidental, así como la construcción de un ramal ferroviario.

Esto es así porque en días previos
“El Nacional” abrió una campaña bien intencionada sobre dichas cooperativas, mostrando a los agricultores paisanos el camino para llegar a ellos y las enormes ventajas que ofrecían.

Desafortunadamente esa campaña no fue suficiente para despertar la ambición de nuestros agricultores y apenas circuló una hoja suelta escrita por un ciudadano conocido como el doctor Manuel Guillermo Zúniga, haciéndole ambiente a la idea expandida, a la cual se refirió más tarde un editorial de “El Cronista”, en forma favorable.

El mensaje enviado por las autoridades y algunos vecinos de Trinidad le hizo recordar al ingeniero Bermúdez Meza una conversación que tuvo con un señor llamado Juan Paredes una fresca mañana de marzo de 1914, cuando ambos ascendieron al mineral de Petoa. El señor Paredes, según lo describe el ingeniero Bermúdez: “era un hombre de garra e influencia, de dilatada visión y palanca formidable para la cristalización de las supremas ideas del pueblo de Trinidad”.

En esa ocasión el señor Paredes estimulado quizás por el oxígeno serrano, expresó a manera de monólogo lo siguiente: “El Ministro de Fomento, habla en sus memorias, de los grandes pasos dados en el sentido de incrementar las vías de comunicación. Vea usted aquel “patacho” de mulas que ingresan al pueblo cargados de café. El sistema de transporte más primitivo es el de usar al hombre como bestia de carga, pero nosotros al fin nos hemos quitado la carga de nuestro lomo y la hemos echado sobre el lomo de las mulas. Solo un paso de progreso en materia de transporte hemos dado, convénzase estamos a un paso de la barbarie.

Honduras no valdrá nada mientras no hagamos entrar a estos rincones como Petoa, que oculta insoñadas riquezas, el riel civilizador. Una estación de Ferrocarril vale más que una escuela. A donde llegan los rieles las escuelas se abren por la influencia incontrastable y fatal del progreso. Pero ante “ese patacho” de mulas cargadas de café no puedo olvidar que estamos a un paso, solamente a un paso de la barbarie”.

Catorce años después, aquellos distinguidos trinitecos pidieron ayuda al ingeniero Bermúdez Meza para la construcción de un ramal del Ferrocarril Nacional de Honduras para que Trinidad reciba de la naturaleza, apoyada por el dinamismo del progreso, todos los bienes a que tiene derecho. Según se dijo, la intención era construir un ramal para operar mediante cooperativas el negocio del banano.

Más adelante, el ingeniero Bermúdez Meza se refirió a este proyecto, mediante un elocuente editorial que se sintetiza así: “Trinidad ha demostrado en los últimos años que es uno de los rincones amables de nuestra tierra en donde el progreso avanza a saltos de pantera, gracia a la iniciativa de sus buenos hijos y al empuje colectivo del pueblo que sabe hacer de su brazo un estandarte revolucionario. Por eso vemos muy justo que los trinitecos quieran ver el camino de hierro llegando a sus puertas agregando que más adelante, en el curso de nuestros estudios, daremos al público las ideas pertinentes a la construcción de un ramal del Ferrocarril Nacional a Trinidad, con relación a distancias, costo aproximado por kilómetro de vía y probables utilidades en el flete y en pasajes, tomando en consideración no sólo la producción agrícola actual, sino que otros terrenos vírgenes que sólo esperan la voz mágica de la sirena del tren”.

El Ramal de Trinidad, decía el ingeniero Bermúdez Meza en uno de sus escritos será el cordón umbilical que irá dando cuerpo al Ferrocarril del Occidente mediante una ruta que partiría de la cuenca del Río Chamelecón hasta llegar al departamento de Copán con algunos pequeñas desviaciones. Ya en las proximidades de la Ciudad de Santa Rosa la ruta se apartaría del Chamelecón o Pasquingual, como se le denomina allá, para internarse hasta la ciudad y de allí proceder rumbo a Ocotepeque. En el proyecto de esta vía se encuentran centros de explotación como Trinidad que produce mucho café. Petoa que está llamada a producir metales preciosos, Quimistán que tiene la obligación de producir bananos, Copán que produce mucho tabaco y la frontera de El Salvador que quedaría así conectada con la costa atlántica de Honduras, dándole salida a los productos salvadoreños por Puerto Cortés con enormes utilidades para el Ferrocarril, con economía para el comercio de El Salvador y gran aumento en los ingresos aduanales de Puerto Cortés por el aumento del tráfico.

El ingeniero Bermúdez Meza fue el pionero del canal seco hacia El Salvador que ahora, 76 años después, está construyéndose pero por vía carretera con el vecino país.

Desgraciadamente murió dos años después de aquella petición a la edad de 39 años, quedando truncados muchos de sus proyectos, especialmente el Ramal Ferroviario de Trinidad

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