MI SUPLICA Y TU VOZ
Por: Divina Alvarenga
A ti, que me regalaste estos versos,
cumpliendo una promesa.
Hoy quisiera hablarte mi alma...
Desde sus más profundos anhelos;
desde sus más elevadas inspiraciones...
para que comprendieras en el grito
eterno de lo desconocido...
Que te he amado siempre
que a tu lado se muere el mundo
que rodea mi angustia de no tenerte todavía.
Hoy te hablan mis penas y alegrías
en una confesión secreta
fundida contigo, con tus lágrimas.
que no debieran conocer el frío de la angustia
Quiero que me acompañes como nunca,
por nuestra constelaciones de sueños,
y hagamos realidad por un momento
todas las ansias que nos atenazan
mordiéndonos por dentro
con un dolor sin tiempo, desconocido
por nosotros mismos.
¿Por que ataste tus alas a las mías?
porque acaso las viste vencidas solitarias
o es que deseabas remontar el vuelo
para escapar del miedo de estar siempre tan solo.
En buena hora, mis manos largas,
intelectuales y asidas a las mías
no temas nada. Tu angustia y la mía
son una sola angustia, y es pasajera
Alma de mi Alma... te juro con un grito
cósmico, que tiembla en los planetas
más lejanos del cosmo, que moriremos juntos
para vivir por siempre enamorados
Mi otro yo, que te encontré esa noche
de estrellas con deseos infantiles atados
a su largo camino... Te amo irremediablemente.
te amo con delirio de infante enamorada.
Te amo hasta la célula...Te amo al ritmo
de mi música eterna, esa que tu me inspiras.
Ha sonado el teléfono, lo tomo y estalló en mil colores.
Escapé con tu voz por el tejado y volé por un rato en luna nueva.
REGRESAR AL INDICE
|