POESIA HONDUREÑA

XV: Siempre te amé

Por: Divina Alvarenga

No he vibrado en tu piel. No he bebido de tu néctar astral. Pero te ame calladamente, con mariposas que susurran, quietamente en mi oído. Escucho callada y consternada tu magnificencia interpretación. Bailan la reina y el zángano, al son de tu música permanente. Y yo quisiera transportarme en tu regazo, para morir de amor por un instante. Aunque ya no te amo, como siempre me excita la música de tu violín en el tejado. Constelaciones de sueño me invaden, cuando te veo y así fue la vez primera. La calle peatonal el escenario La nostalgia de la banda sinfónica de Tela, me hizo acercarme a preguntarte, sobre el arte de hacer cantar, las cuerdas del violín.

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