Mood:  on fire

Primer día en mucho tiempo que despierto descansada, debe ser una señal.

Aquí estoy, minutos antes de detonar la bomba. Es curioso, no estoy calmada pero tampoco muy nerviosa, debería estarlo no? En unos segundos toda mi vida va a cambiar, esta será una de las decisiones que para bien o para mal afectaran el resto de mi vida. Y ya quiero tomarla.

Así que ten cojones y dile a tu mamá que ya es suficiente, que te quieres ir, estar en un pequeño cuarto, con todas tus cosas amontonadas, sin saber a ciencia cierta si tendrás para comer, para salir, para vivir, pero eso será enteramente tu culpa, y sólamente tu culpa. Dile que ya fue suficiente de hacerle de niña de familia, que es cómodo pero que ya estás cansada de eso, que quieres vivir tu vida, sí, TÚ vida, esa que has estado esperando, postergando, haciendo a un lado. Dile que te sientes recien despertar, como si hubieras estado dormitando todo este tiempo y que quieres sentir, que ya te cansó el letargo en el que estás, que quieres amar la vida y todas sus caras, todas; con intensidad, con euforia, con entrega total. Dile que esto no podía seguir así, que lo sientes por no saber decirlo con mejores palabras o mínimo unas que lastimen menos, pero que debe saber que aun así, con todas las peleas, las heridas, los alejamientos, la amas con todo tu corazón y que sabes que hizo lo que creyó correcto y que aún lo hace pero simplemente ese no es tu camino ya. Dile que pelear por dinero y posesiones es de idiotas, y que te las ingeniaras para sobrevivir, de alguna forma, con suerte, como siempre te ha ocurrido, y con algo más. Dile que la perdonas, por las ausencias, dile que te perdone, por la indiferencia, el egoismo y los olvidos. Dile todo eso y reza porque olvide su rancia moral católica y sus necedades, por el bien de las dos.

Y ahora, el destino ha llamado a la puerta y tengo que abrir.