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Día del Descubrimiento: 19 de noviembre
(En Puerto Rico)

Es pequeña, apenas 100 millas de largo por 35 de ancho, pero su corazón es más grande que el país más extenso. Mi Patria es como mi Madre. Me vió nacer. Todo lo que tengo está aquí. Todo por lo que lucho está aquí. Todo lo que sueño está aquí. El amor que siento por esta tierra es inmenso. Para los que no la han conocido: es preciosa, por algo es conocida como "La Tierra del Edén". Puerto Rico lo tiene todo, lugares históricos, costas, montañas, bosques, hermosos ríos, las playas más bellas, campos, ciudades, gente de corazón humilde, amable y talentosa, una intensa historia y mil cosas más... Ya tiene más de 500 años ¡pero es joven y hermosa!
Cariñossss, Yaz.

Dedico esta página a todos los boricuas que viven lejos de la Perla del Caribe y que sé que son orgullosos de su tierra y raíces, por ellos incluí los poemas de Gautier. También dedico a mi familia, en especial a mi Papá, el boricua más orgulloso de serlo y que ama su Patria de una manera increíble. De él aprendí a conocerla y amarla.









Oh Patria yo te saludo

Oh Patria, yo te saludo
con mi sincero respeto;
tu bandera y tu escudo
constituyen el objeto
de mi aprecio conscienzudo.

Grande dicha fue la mía
de nacer en esta tierra,
donde con fiel hidalguía
se ama la paz, no la guerra,
y se vive en la alegría.

Tú eres, Patria, mi ilusión
y el motivo de mis sueños;
muy dentro del corazón
se forjan nobles empeños
por mejorar la nación.

Tus parajes bellos son
y los miro por doquier
y me invade la emoción
de en ti otra vez nacer,
mas por mi propia elección.

Tus montañas majestuosas
son vigías de tu paz,
que emergen altas y airosas
sobre tu tierra feraz
en que abundan muchas cosas.

Aunque eres Patria pequeña
lo eres solo en geografía
pues mi alma grande te sueña
en su amor que no varía
por verte siempre risueña.

Hay riqueza en tu subsuelo
y por encima también,
es cristalino tu cielo
y en tus dos mares se ven
horizontes de consuelo.

Sobre ruedas del progreso
y hacia un claro porvenir
viajas firme y sin receso
con ansias de bien vivir
en convivio de embeleso.

Tu gente es sencilla y buena
con la gracia del humor
que sufre estoica en la pena
y es sumisa ante el dolor
pues de esperanza está llena.

Y aman todos el trabajo,
el estudio y la amistad,
el simpático agasajo
a la paz, la libertad
a lo que es noble y no bajo.

Miro el fulgor de tu historia
que es retazo de heroísmo
manto sublime y de gloria
que arrojó sobre el abismo
del pasado, nuestra escoria.

¿Qué más podría decir
de tu grandeza sin par?
Sólo déjame pedir
a Dios, quien gusta donar
que te quiera bendecir.

Este es el canto sincero
con que te canta mi amor.
Ve, Patria, por el sendero
de tu misión con valor.
Es tanto lo que te quiero...


-Autor Desconocido-











A Puerto Rico (Ausencia)

Puerto Rico, Patria mía, la de blancos almenares,
la de los verdes palmares, la de extensa bahía;
¡qué hermosa estás en las brumas del mar que tu playa azota,
como una blanca gaviota dormida entre las espumas!

En vano, Patria, sin calma, muy lejos de ti suspiro;
yo siempre, siempre te miro con los ojos de mi alma.
En vano me trajo Dios a un suelo extraño y distante;
en vano está el mar de Atlante interpuesto entre los dos.

En vano se alzan los montes con su manto de neblina;
en vano pardas colinas me cierran los horizontes.
Con un cariño profundo en ti la mirada fijo:
¡para el amor de tu hijo no hay distancias en el mundo!

Y brotas a mi deseo como espléndido miraje,
ornada con el ropaje del amor con que te veo.
Te miro, sí, placentera de la Isla separada,
como una barquilla anclada muy cerca de la ribera.

Do el viento sobre las olas te lleva en son latimero,
del errante marinero las sentidas barcarolas;
y céfiros voladores que bajan de tus montañas
los murmullos de tus cañas, los perfumes de tus flores.

El mar te guarda, te encierra en un círculo anchuroso,
y es que el mar está celoso del cariño de la tierra.
Y yo, Patria, que te quiero, yo que por tu amor deliro,
que lejos de ti suspiro, que lejos de ti me muero;

Tengo celos del que mira tus alboradas serenas,
del que pisa tus arenas, del que tu aliento respira.
Tú das vida a la doncella que inspira mi frenesí,
a ella la quiero por ti y a ti te quiero por ella.

Ella es la perla brillante, en tus entrañas formada,
tu, la concha nacarada que guarda la perla amante.
Es paloma, que en la loma lanza su arrollo sentido,
y tu, Patria, eres el nido donde duerme la paloma.

Si yo te vi indiferente, si mi amor no te decía,
¡ay, Patria, yo no sabía lo que es el llorar ausente!
Mas hoy que te ven mis ojos de tu mar entre las brumas,
como una ciudad de espumas forjada por mis antojos;

Hoy que ya sé lo que vales, hija del sol y del viento,
que helarse mi sangre siento con las brisas invernales;
hoy diera, en la tierra hispana, el oro que el mundo encierra
por un puñado de tierra de mi tierra borincana.


-José Gautier Benítez-











A Puerto Rico (Regreso)

Por fin, corazón, por fin
alienta con la esperanza
que entre nubes de carmín
del horizonte al confín
ya la tierra a ver se alcanza.

Luce la aurora en oriente
rompiendo pardas neblinas,
y la luz, como un torrente,
se tiende por la ancha frente
de verdísimas colinas.

Ya se va diafanizando
de la mar la espesa bruma;
el buque sigue avanzando
y va la tierra brotando
como Venus de la espuma.

Y allá sobre el fondo oscuro
que sus montañas le dan,
bajo un cielo hermoso y puro,
cerrada en su blanco muro,
mi bellísima San Juan.

Y aunque esa ciudad amada
mis afecciones encierra
con el alma entusiasmada
yo no me acuerdo de nada
sino de ver esa tierra.

Perdonadle al desterrado
ese dulce frenesí;
vuelvo a mi mundo adorado
y yo estoy enamorado
de la tierra en que nací.

Para poder conocerla
es preciso compararla,
de lejos en sueños verla;
y para saber quererla
es necesario dejarla.

¡Oh!, no envidie tu belleza
de otra inmensa población
el poder y la riqueza
que allí vive la cabeza
y aquí vive el corazón.

Y si vivir es sentir,
y si vivir es pensar,
yo puedo, Patria, decir
que no he sabido vivir
al dejarte de mirar.

Que aunque templado y suave
no vive, no, en el ambiente
el pez de las ondas nave
ni entre las ondas el ave
ni yo de mi Patria ausente.

¡Patria!, jardín de la mar,
la perla de las antillas,
¡tengo ganas de llorar!
¡tengo ganas de besar
la arena de tus orillas!

Si entre lágrimas te canto,
Patria mía, no te asombre
porque es de amor ese llanto
y ese amor es el más santo
de los amores del hombre.

Tuya es la vida que aliento,
es tuya mi inspiración,
es tuyo mi pensamiento,
tuyo, todo sentimiento
que brote en mi corazón.

Que haya en vida primero,
cuanto ha de fijarse en mí,
y en todo cuanto venero
y en todo cuanto yo quiero
hay algo, Patria, de ti.

No, nada importa la suerte
si tengo que abandonarte,
que yo solo aspiro a verte
a la dicha de quererte
y a la gloria de cantarte.


-José Gautier Benítez-















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Ultima actualización:  June 27, 1998