*Crónica: La Fiesta antigua zapoteca de Loxicha sigue viva...
*Reportaje:Juicio Político a Diódoro Carrasco Altamirano
II Majordomía Libertad del Pueblo Loxicha
La fiesta antigua zapoteca de Loxicha sigue viva
a pesar de bloqueo, cerco informativo, militarización.
Quelové, Loxichas, Pochutla.- En estás tierras reina la impunidad, la complicidad, la miseria, el abandono gubernamental y la complicidad entre fuerzas policiacas y el grupo paramilitar denominado “Los Entregadores”. Se respira miedo, temor entre los indígenas zapotecos que se dieron cita para participar en la II Majordomía.
Fiesta milenaria, en la región que fue suspendida temporalmente en 1996 por la escala de represión por parte del régimen de Diódoro Carrasco Almirano.
La odisea de la esperanza
Las mujeres de los presos indígenas zapotecos a casi cuatro años de plantón han agotado todas las instancias. La última trasladar el plantón frente a la Cámara de Senadores de la Ciudad de México donde externaron sus demandas “desde el 25 de septiembre de 1996 hemos sufrido violaciones a nuestras mujeres, asesinatos, torturas física y psicológica, detenciones arbitrarias, secuestros, desapariciones y amenazas.
“Pues nos acusan de tener vínculos de pertencer al EPR, esto es falso, y ha sido el pretexto del gobierno para ejercer una presión fuerte. En realidad somos campesinos indígenas zapotecos que carecemos de los servicios más elementales como clínicas, agua potable, escuelas, energía eléctrica y créditos para proyectos.
“Exigimos a las autoridades la libertad de nuestros padres, esposos, hijos y amigos que han sido encarcelados injustamente durante estos 3 años; 49 han sido libertados por falta de pruebas, sin embargo siguen presos 86 en diferentes lugares. También exigimos la cancelación de 250 órdenes de aprehensión; retiro del ejército, policía judicial, preventiva y guardias blancas; el castigo a los responsables de los asesinatos de nuestros compañeros e indemnización a las viudas y huérfanos”.
En las diversas instancias federales no hubo respuesta. El Secretario de Gobernación y uno de los autores intelectuales de la represión a la región no tiene tiempo en su agenda. Los senadores se declaran que lo van a canalizar. Los organismos civiles, sociales y sociedad civil se solidariza con las demandas de las mujeres de Loxichas y emprenden la odisea de la Caravana S.O.S por Loxicha.
La caravana S.O.S por Loxichas logró llegar pese a las adversidades.
Viernes 5 de mayo.- De ida por la radio de uno de los autobuses se escuchaba “un grupo de agitadores, encabezados por jóvenes de cabello largo, barba del CGH van a Loxichas. Los guerrilleros de la UNAM se creen redentores, mártires. Hasta cuando entenderán que los oaxaqueños podemos resolver nuestros problemas”.
Para variar la radiodifusora es propiedad de Humberto López Lena, que tiene mantiene el monopolio de las radio local y actual diputado del Partido Revolucionario Institucional. La caravana estuvo desde la salida frente al Palacio de Gobierno vigilada. Así también rumbo a la carretera a la Costa, los retenes integrados por policía preventiva, y ejército aumentaron de sobremanera.
A unos kilómetros de la cabecera municipal de San Agustín Loxichas, la hilera de autobuses, y camionetas hizo un alto. El motivo: Los Entregadores derribaron dos árboles. Dos camionetas de la policía preventiva actuaron en todo momento pasivamente a pesar de que en el contingente iba José Luis Bustamante, director del Instituto Estatal de Ecología y padrinos de unos de los niños de Loxichas. A pesar de que iban organismos importantes de derechos humanos a nivel nacional y estatal, la policía observaba.
El miedo de apoderó de uno de los choferes que corrió la voz a otro compañero de él. Había un miedo indescriptible en su rostro “Ni madres, hasta aquí llegamos. Es mejor regresar antes de que nos maten esos desgraciados”.
Uno de los integrantes de la caravana que iba en el camión le dijo que sucedía “Esos cabrones –refiriéndose a Los Entregadores- no se van a tentar el corazón. Hace dos años, en la primera caravana, nos dispararon a matar, la unidad que llevaba recibió varios impactos”. Finalmente se tranquilizó ante la presión de algunos caravaneros.
Los caravaneros tuvieron que derribar a una zanga los troncos. Más tarde a las afueras de San Agustín Loxichas, en una manta se leía “Los habitantes de San Agustín Loxichas quieren la paz. ¡Fuera grupo de agitadores! ¡Fuera de Loxicha Donaciana y Berta”.
Al llegar a San Agustín Loxichas la tensión aumentó. Un hombre visiblemente ebrio gritaba “Putos, putos, lárguense”. Los rostros de los pobladores y las actitudes de los habitantes de la cabecera municipal eran contradictorias, algunos saludaban con entusiasmo, otros eran indiferentes, y otros mostraban una actitud hostil.
Al llegar frente al Palacio Municipal se encontraba un grupo de los llamados Entregadores, estaban sumamente molestos “Hijos de su puta madre...”. Los caravaneros hicieron caso omiso a las provocaciones.
La infancia robada.
Al llegar a Quelové, que en español significa “Piedra frente al Sol” el contingente fue recibido en un ambiente tenso, a pesar de los cohetes que eran lanzados al cielo y daban a su manera la bienvenida a los invitados.
Había un silencio sepulcral en medio de las nueve de la noche que fue roto, por el llanto de una multitud de niños. Estos niños indígenas presentan a parte de un cuadro de alta desnutrición transtornos psicológicos severos. Los niños de Loxichas viven en carne propia las secuelas de la represión.
Al otro día, la provocación
La mañana del sábado, como parte de la II Majordomia fiesta milenaria de los antiguos zapotecos se desarrollaba conforme al programa establecido un torneo de básquetbol entre equipos de las comunidades de la región.
A mediodía fueron identificados por pobladores a dos indígenas con corte militar. Un tercero se logró escapar. Entre sus pertenencias se encontraron una libreta de direcciones e información de otros eventos; una cámara fotográfica; unas prendas militares lo cual lo evidenciaba como integrante de alguna corporación policiaca.
La comunidad cambió su actitud, en la mañana se había logrado romper el hielo con los caravaneros. A esa hora, la comunidad se mostró indignada, molesta. Los paliacates rojos, y de colores cubrían en ese momento el rostro de los zapotecos y es que el miedo a la represión es muy fuerte. No es para menos, asesinatos, detenciones arbitrarias, torturas, delitos prefabricados y la pobreza es la historia en estas tierras a partir de 1996.
Uno de los habitantes de la comunidad explicaba en el micrófono “ya estamos hartos que nos sigan chingando, engañando, encarcelando a nuestros hermanos, violando a nuestras mujeres. Ya estamos cansados...”
Tuvieron que intervenir integrantes de la caravana. Nuria Fernández, ex dirigente perredista señalaba “Quiero que evalúen que no puede la comunidad retenerlos, estaríamos comportándonos como ellos y la represión contra ustedes sería mayor”.
Alicia Meza, de la Red Oaxaqueña por los Derechos Humanos reforzó lo anterior “estaríamos cometiendo una violación a los derechos humanos, lo mejor es entregarlos a las autoridades policiacas a que se hagan cargo de ellos”. Los hombres se mostraban nerviosos, temblaba. Al darles la oportunidad de defenderse frente al micrófono entraron en múltiples contradicciones sobre su lugar de origen y trabajo.
En un cerro, frente a la comunidad un grupo de hombres armados observaba. Al parecer eran policías judiciales y preventivos. Finalmente se redactó un documento en donde no se les había hecho ningún rasguño.
La Historia, la cultura
La esperanza de un pueblo
Por la tarde, los fiscales que son los ancianos, los hombres sabios de las comunidades darían sus testimonios y narrarían la historia de la comunidad. A pesar de todo las raíces culturales, lengua, tradiciones, los usos y costumbres se mantienen férreos a la madre tierra.
El sábado por la noche, los juegos piroctécnicos rompían nuevamente el silencio. Nuevamente el llanto anormal de los niños, el miedo, la angustia pero no solamente de los pequeños, sino de los jóvenes y adultos zapotecas de esta región.
Un baile con un grupo tropical de La Conchuda amenizó la fiesta.
Entre los organismos civiles que acompañaron la caravana fueron: Comisión de la Verdad, ACAT, Uameros por la Paz, Red de la Sociedad Civil, Red Oaxaqueña de los Derechos Humanos, Taller Universitario de los Derechos Humanos de Oaxaca, Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos, Colectivo Oaxaca por la Paz. Entre las personalidades: Nuria Fernández y Ofelia Medina.
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Demanda de la Caravana S.O.S por Loxicha
Juicio Político a Diódoro Carrasco Altamirano por la represión en su mandato a Loxicha
*El juicio político procedería jurídica y políticamente contra ex procurador Roberto Pedro Martínez, y el ex director dela Policía Judicial del Estado.
*Destitución del presidente municipal de San Agustín Loxicha, Lucio Vásquez por crímenes cometidos en contra de indígenas zapotecos.
Quelové, Loxichas, Pochutla, Oax.- Los integrantes de la Caravana S.O.S por Loxicha se comprometieron ante la realidad de marginación y represión de los habitantes de esta comunidad a emprender jurídica y políticamente el juicio político del ex gobernador y actual Secretario de Gobernación, Diódoro Carrasco Altamirano, el ex procurador de justicia Roberto Pedro Martínez y el ex director de la Policía Judicial del Estado.
Asimismo como interponer los recursos correspondientes para la destitución del presidente municipal Lucio Vázquez, el cuál es acusado de varios asesinatos contra indígenas zapotecos y de encabezar el grupo paramilitar de Los Entregadores.
Ofelia Medina, actriz, y quien coordina uno de los Fideicomisos en apoyo a la niñez en zonas de alta marginación mostró su indignación ante el clima de represión, y complicidad que impera en la zona ante los habitantes dijo “que nos han enseñado una lección a todos de dignidad, nos han tocado la puerta desde hace varios años y hasta ahora volteamos hacia ustedes. Vamos apoyarlos, porque quiero que sepan que ustedes no están solos”.
Juan Anzaldo, integrante del Congreso Nacional Indígena ante el compromiso con los pobladores dijo “No es posible que siguan viviendo con miedo, con el rostro cubierto ante el temor de la represión”.
Llamó la atención de los caravaneros que en menos de 10 minutos, la cancha de Quevec que se mantenía cubierta de pobladores asistentes a la II Majordomía se “esfumaron”. No era el miedo a la nubes que amenazaban con descargar una fuerte lluvia, era el miedo a quedar nuevamente solos, sin testigos de la probable represión.
En Oaxaca...Murat y sus evasivas.
Una comisión integrada por Nuria Fernández, ex dirigente perredista y Ofelia Medina y organismos civiles nacionales y estatales se entrevistaría con el gobernador José Murat quien no quitó el dedo del renglón de calificar a la región de conflictiva “yo he llamado al diálogo al EPR, pero en ningún momento han mostrado voluntad política”.
Los caravaneros argumentaron que era un cargo falso, como lo evidenciaban las presos que han salido por falta de pruebas. En todo momento imperó la intolerancia del gobernante, las evasivas, compromisos a medias “lo voy a puntar para tomarlo en cuanta”.
Sobre las represalias contra la represión hacia los Loxichas que se quedaron en la región, en los días posteriores solo dijo “hablaré con Lucio para que no se exceda de sus funciones”.
Realidad, represión y militarización en la región de Loxichas.
En una investigación sobre la militarización en Oaxaca, realizada por Adelfo Regino Montes y este reportero se desglosa en uno de los apartados la realidad de La región de Los Loxichas: “ubicada en la sierra de Pocbutla –al igual que otros pueblos indígenas de Oaxaca- ha vivido siglos de marginación y olvido. Las condiciones de miseria contrastan con la riqueza natural existente.
“A partir del ataque del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en la Crucecita Huatulco, polo turístico de primer nivel en el estado, trajo consigo la militarización y paramilitarización de las comunidades indígenas que comprenden los Loxichas, para el estado, la región quedó considerado como un bastión del grupo armado”.
Más adelante se apunta “Desde un inicio la historia de represión, las comunidades han visto a más de 150 indígenas zapotecos en la cárcel; asesinatos selectivos, hostigamientos, amenazas, violación a mujeres, detenciones arbitrarias, tortura, entre otros casos de violación a los derechos humanos. En Loxicha, los indígenas zapotecos viven un cerco militar, paramilitar, económico y social.
“A tres años del levantamiento eperrista, aún existen más de 90 órdenes de aprehensión contra habitantes de éstas tierras. Lo que ha desatado una psicosis colectiva de miedo, angustia y terror en la población.
“En Loxicha se ubican cuatro Bases de Operaciones Mixtas: Paraje El Portillo de las Flores; Magdalena Loxicha; La Sirena Miramar, Loxicha.; Agustín Loxicha”.
El documento titulado Pueblo Ocupado acota: “Para el facilitar el desplazamiento de tropa a la región, se acondicionó un helipuerto, en el paraje conocido como La Cruz, donde al mismo tiempo pueden aterrizar dos helicópteros. Es importante mencionar que antes de la aparición del EPR, la región no contaba con caminos, sino únicamente se intercomunicaban las comunidades con brechas entre las montañas. Hoy día en menos de dos años, se han abierto caminos de terracería hacia todas las comunidades.
“Los pobladores comentan que por años solicitaron esos caminos y nunca fueron atendidos. Finalmente están conscientes de que la introducción de las carreteras sólo significó que los cuerpos policíacos se movilizarán con mayor velocidad.
“La gente vive con miedo desde hace tres años, los hombres tienen que dormir en el monte a salto de mata ante el temor de ser detenidos o asesinados. Aunque no se puede hablar de familias desplazadas y ubicadas en un lugar determinado, si existe una forma de desplazamiento cotidiana de los hombres. Ellos saben de antemano que pueden ser encarcelados o en el peor de los casos asesinados delante de sus familiares. Los patrullajes como los sobrevuelos militares son constantes. Los pobladores se han tenido que acostumbrar al ruido que hacen las aeronaves.
Los paramilitares y el reino de la impunidad en Loxicha.
Más adelante el estudio que forma parte de una investigación más completa que abarca los estados de Chiapas, Guerreros y Oaxaca dice “Aunada los cinco destacamentos militares ubicados en comunidades de los Loxicha, se suma la existencia de los paramilitares, que se conocen como "Los Entregadores". Este grupo paramilitar ha sido entrenado y pagado desde altas esferas del poder, habiendo surgido desde el sexenio de Diódoro Carrasco Altamirano.
“Al mando de Los Entregadores, se encuentra la actual autoridad municipal, originario de la región y ex-policía judicial de nombre Lucio Vázquez Ramírez. "Los Entregadores" son de diversas comunidades de la región y lo integran alrededor de 50 a 70 personas, visten igual de civil que todos los comuneros de la región. Normalmente se desplazan en camionetas último modelo y su armamento es básicamente el Ak-47, M1 y M2. Los paramilitares radican fundamentalmente en San Agustín Loxicha. Las prácticas de ellos son despiadadas y sanguinarias. Su papel principal es delatar, aunque cumplen otras funciones como la tortura, el asesinato, la violación a mujeres y las detenciones arbitrarias.
“Es de destacar que ellos operan conjuntamente con militares, judiciales y la policía preventiva. Ellos en síntesis son dioses, determinan quien vive y quien muere en la región. Los habitantes han denunciado a los principales paramilitares que operan en la región como es el caso de Lorenzo Martínez Enríquez, Juan Martínez Ruiz, Aquiles Martínez Ruiz, Virgilio Enríquez Santiago, Alberto Enríquez Luna, Rogelio Cruz Fabián, Donato Enríquez Martínez, Pablo Enríquez Matías, Félix Santiago Santiago, Alejandro Matías Antonio, Emiliano Mendoza José, Eucario Mendoza José, Juan Martínez Santiago, Onésimo Ruiz Santiago, Arturo Felipe Almaraz, Faustino Sebastián Valencia, Flavio Almaraz Pacheco, Donaciano Santiago Santiago, Apolinar Martínez Mendoza, entre otros.
