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EL MEMORIAL DE PIERRE VICOT*

 

Subtitulado como"Compendio Secreto o Memorial final en forma de recapitulación sobre mis precedentes escritos."

 

Carta Filosófica

Noble y piadoso caballero de gran bondad, por el amor que os profeso, he querido revelaros el gran secreto que jamás hombre alguno apercibió, el cuál me fue confiado por un sabio. No he querido, en manera alguna, ocultároslo, en contra de la prohibición expresa que se me impuso de no revelarlo nunca, y os lo entrego tan bien redactado que no habrá ya día de mi vida en que mi corazón no esté libre de la pena del temor, no por vos, si no que mi miedo es el de que confiéis mis revelaciones a algún otro, por un amor parecido, que no sea digno de ello, o que por una muerte súbita caigan estos escritos en manos desaprensivas.

Porque suponen un gran peligro para el Mundo, responderé ante el Juez Soberano, de cualquiera de los incomparables desórdenes que, por ello, podrían acaecer, si el buen Dios, que todo gobierna y guarda, no cuidase de este precioso Tesoro y remediase los errores humanos, como se ha visto en numerosos casos, poniendo a salvo los escritos sagrados de los profanos u, Obrando, al igual que con aquéllos que caían súbitamente muertos por aproximarse indignamente al Arca de la Alianza.

Ahora bien, por vuestra última carta, he reconocido los signos de vuestros errores, contra los que, recuerdo, tanto os recomendé en secreto y os puse en guardia, por lo que me cabe la duda de que tengáis algún pecado secreto, visto que no habéis podido llegar a nada, pues, aquél que desea triunfar en este Arte, debe ir con rectitud, abandonar todos los vicios, como han dicho los sabios, y amar a Dios con todo su corazón, y, después, estando bien provisto de buena teoría, es cuando podrá llegar con toda seguridad al final de esta Obra y no de otra manera, pues, por el pecado, el demonio turba nuestros sentidos y Dios nos castiga.

Por el contrario, el hombre de bien, de corazón humilde, alcanza la gracia y está lleno de sabiduría por el Espíritu Santo, de forma que, con una lengua de fuego, habla con la Verdad y alcanza todo lo que desea. No esperes aproximarte a este Tesoro de otra manera, es un puro DON DE DIOS que Él da a aquéllos que le aman, pues, a los malvados, no les llegan más que penas, trabajos y tristezas, y van como los ciegos.

Guardad, pues, bien mis admoniciones, no digo estas cosas por imaginación, sino por lo que vi llegar a uno de nuestros compañeros, el cuál, habiendo viajado por el mundo más que los otros dos y siendo más sabio en teoría, no pudo llegar a nada efectivo y permaneció en su ceguera, en tanto que fue soberbio y se estimaba más que los reyes, cayendo por su orgullo en la ruina. Entonces, creo que gracias un coscorrón de la mano de Dios, quedó con el espíritu turbado. Los otros dos, también, sabían edificar bellamente y, al igual que él, obtuvieron muchos beneficios, pero ello no les envaneció y fueron misericordiosos, ejercieron grandes caridades y no se abandonaron en demasía a los placeres del cuerpo.

Por esto dudo de vos, al veros haciendo también faenas, y dándoos a la Delicias, creo que habéis tenido un impedimento de Arriba, vistas las advertencias y lecciones que ya os he dado, no he sido tan ingrato hacia vos cómo lo fue el difunto, y quisiera reiteraros y enseñaros todo, pero sed humilde y caritativo. Imitad entonces a uno de nuestros compañeros, aquel al que sus propios vecino y sujetos cercanos querían mal, y en lugar de vengarse, las lágrimas de sus ojos buscaban con suaves caricias su amor antes que la venganza.

Estoy en mis últimos días, llegando al límite de mi vida, que ha sido más duradera que la de mis compañeros, os hago esta última exhortación, que podréis seguir sin descuidar mis otros libros palabra por palabra, en especial mi precioso libro dorado, y sopesadlo bien todo. Estudiadlo palabra por palabra, porque he realizado un gran esfuerzo en escribirlo para vos, incluyendo sentencias del Gran Raimundo Lulio. No caminéis cómo los Gentiles en la vanidad de los sentidos, caminad en Dios con toda humildad. Os dejo esta última Memoria para que la tengáis cómo un espejo, siempre a la vista, y si falláis, el error proviene de vos mismo.

Porque un padre no puede decirle más a su hijo, por eso haré una recapitulación de una manera fácil de comprender, y practicando nada faltará, porque lo voy a explicar todo, mientras tanto le ha placido al Creador dejarme ver hasta los más simples nombres, y sílabas, y explicaré su significación, para lo que invocado la asistencia Divina para que llevase mi mano, con la intención de que de todas formas enderezase vuestro espíritu.

Por haber guardado el voto que he realizado de Filosofía, estoy salvado, desde cualquier punto de vista. No obstante, tanto como sea posible os lo descubriré. En mis otros libros ya he declarado bastante de esta manera, aún de otra y bajo otras formas. En este texto he cambiado, jurando y asegurando no ocultar cosa alguna a sabiendas, y descubrirlo todo, y declararos todo el secreto, como aquí pende mi juramento, estoy seguro de que tomaréis la carga entera, y de que vuestra con Ciencia garantizará la mía, de otro modo vendría la abominación y nuestra familia moriría.

Porque esta cosa es un puro DON DE DIOS, que debe ser salvaguardado en vuestro corazón como una cosa santa. Y si por negligencia caen estos escritos en manos de los malvados, atraeríais maldiciones. Haceos sabio por mis libros y guardad la Sabiduría contenida en dichos escritos, y enjuiciad la Gloria de Dios donde nos conduce el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Amén

Sobre los trabajos de esta Ciencia

 

1.- Cuando se desea investigar acerca de la Obra de los Filósofos y se ojean los libros en busca de conocimientos, parece, a primera vista, que todos y cada uno de los libros enseñan cosas diferentes, porque cada uno habla según su propio idioma, llegando todos a un mismo punto.

Pues, esas palabras diferentes, no son otra cosa que los diversos nombres que ellos, los autores, dan a las mismas sustancias, debido a sus propiedades naturales, y, en ocasiones, uno habla más claro que otro, por lo que es preciso leer solo los buenos y más reconocidos libros y mantenerlos siempre como un espejo ante los ojos, deberemos concordarlos entre sí, pues, lo que uno esconde, el otro lo descubre, y por este medio todo hombre de buen Espíritu puede llegar al conocimiento de la Ciencia.

Antes de entrar en la práctica, es necesario estar tan instruido en la teoría que en ningún punto se pueda fallar. Es preciso siempre tener a la vista la teoría, y saber que, como y por qué, son necesarias tres cosas, a saber, qué materia se debe tomar, cómo se debe trabajar con ella y con qué fin, pues sabiendo la materia, el régimen y el fin y uso, todo es conocido.

Es lo que deseo mostrar en los capítulos siguientes mediante los tiempos, los lugares y las materias, y sin estas tres cosas, bien entendido, no se podrá hacer nada.

 

2.- En cuanto a los tiempos, todos los sabios están de acuerdo en que nuestra Medicina se puede hacer en todo lugar, y en todo tiempo por cualquier persona. Vayamos, pues, a la materia, que, por sí misma, se puede perfeccionar. Cuidad de que no entre en ella ninguna otra cosa, como dijo Raimundo.

 

3.- Dicha materia no es más que una Piedra compuesta por los 4 Elementos, la cuál no necesita ninguna cosa más que aquéllas que provienen de su propia naturaleza. Pues en cada cosa hay un principio y una naturaleza, la cuál, sin ninguna otra cosa, se multiplica de ella misma, por lo tanto, no tenemos más que una sola cosa, la que, hasta su perfecta decocción, se extrae gradualmente, y aunque en ella estén los 4 Elementos no se ven más que dos solamente.

 

4.- Estos dos Elementos visibles son los dos espermas de una misma Raíz y, por ello, no tenemos necesidad más que de una materia, que no es otra cosa que Argento vivo y Azufre, de los que todos los metales fueron creados según los tiempos, la perfecta o imperfecta digestión y la pureza o impureza del lugar y materia de aquéllos metales perfectos o imperfectos.

 

5.- Así pues, esta materia, conviene a nuestro Arte y se adapta a toda disposición del Artista. Por tanto, ella aparece tan pronto húmeda como seca, tanto blanca como roja o de otros diversos colores, siendo ya cuerpos, ya espíritus, tal como el Mercurio general se transmuta en toda forma, de manera particular, en nuestra Obra, y, por eso, dijo muy bien Raimundo que, sabiendo y comprendiendo bien todos los extremos y medios no se puede fallar.

 

6.- Es decir que sabiendo dar las susodichas formas, que se requieren en cada grado de la Plata-viva, no se puede fallar aunque se quisiera.

 

7.- Todas estas cosas se deducen ampliamente en los capítulos siguientes. Por tanto, hablaremos primero de quienes buscan y van errados en esta Ciencia.

Arnaldo dice: Muchos de los que trabajaron en este Arte, ateniéndose a la letra, pensaron en separar los Elementos y trabajaron sobre orines, cabellos y sangre, así como con huevos y otras cosas tales. Han separado los Elementos y han extraído el agua y el aceite y la tierra negra que queda al fondo; ellos la lavaron, abrevándola y decociéndola tanto, que ella deviene finalmente blanca, después, haciéndola beber su agua y su aceite... (...) Y todo para nada de provecho, ya que ellos no trabajaban sobre una buena materia, fallando desde el comienzo de cualquier modo que operasen siguiendo el decir de los Filósofos, pues cada cosa engendra su semejante y no hay más que el Oro que pueda engendrar oro.

 

8.- Otros buscaban extraer la Medicina de los metales solos, disolviéndolos, calcinándolos y congelándolos, y tampoco encontraron nada, porque desde el comienzo tomaron los cuerpos en lugar de extraer sus espermas, pues el cuerpo no puede teñir si el espíritu contenido en su vientre no se ha extraído primero y se ha convertido en agua.

 

9.- Algunos decían que el Argento vivo era el esperma de los metales y lo cocían y lo sublimaban por sí mismo, pero tampoco encontraron nada, pues, ellos, hacían la amalgama con el cuerpo, cuando el esperma no se puede mezclar con un cuerpo, sino, más bien, con el alma de aquél, la cuál es el fermento y la vida de dicho cuerpo, que le cambia en su naturaleza.

 

10.- Otros han operado mezclando los cuerpos perfectos con los imperfectos y han errado, porque se precisaba tomar los espermas en lugar de los cuerpos enteros, pues, como dijo Raimundo: Lo grosero no se pude mezclar con lo simple, si no ha sido primero vuelto simple como el simple. Pero, por corrupción, las materias pueden ser preparadas y, entonces, los espíritus se mezclarán con los espíritus muy fácilmente tras su depuración.

 

11.- Otros, por razones naturales, siguen el curso de la Naturaleza y, por digestiones graduales, operan solo sobre el Argento vivo, lo que se aprueba por Aristóteles al decir que el Mercurio contiene en sí su propio Azufre, el cuál se puede congelar en Oro y Plata, versus, en Medicina perfecta, pero Aristóteles entiende hablar de Nuestro Argento Vivo, o de aquel del CINABRIO mineral.

 

12.- Otros han tomado sol, luna y mercurio, disolviéndolos cada uno por separado y mezclándolos todos juntos después, lo que de nada vale, porque los cuerpos no pueden mezclarse si no son antes hechos espirituales como el Mercurio, pues entonces los espíritus se mezclan con los espíritus.

 

13.- Aún hemos visto otros que hacían el agua de mercurio y en ella disolvían los cuerpos, después los ponían en putrefacción, luego los destilaban y así creaban su Azufre, después su Medicina y el elixir perfecto, y eran Obras de gran precio.

 

14.- También otros disolvían los cuerpos en aquéllas aguas de mercurio y disolvían otro tanto de mercurio aparte, después mezclaban las soluciones juntas, luego podrían y separaban los Elementos, después congelaban y sublimaban, y así ellos hacían Obras de gran precio.

Aunque nuestra intención sea la de buscar un término más breve, sin embargo, todo (lo descrito) no es más que una misma cosa que tiende hacia un mismo fin. No intentamos hacer una pieza de metal, sino perfeccionar la Naturaleza y conducirla a un tal alto grado que ella sea mil veces más perfecta.

 

De la Piedra, de la Medicina, y de su origen en general.

 

15.- El Arte Alquímico es una Obra de la Filosofía, que, por medio de un cuerpo Medicinal, perfecto y mondificado, hace variadas maravillas, porque, en esta sutil sustancia, las 4 cualidades y las influencias son reunidas y retenidas conjuntamente, de donde tantas potencias y multiplicaciones se suceden, lo que es cosa admirable.

16.- Debéis saber, pues, que cada cosa engendra a su semejante, porque la semilla del Oro hace oro y la de la Plata hace plata, pero el oro, la plata y el argento vivo vulgar están muertos, al contrario que los nuestros que están vivos, es decir, que operan como cosas vivientes. Pero, no obstante, los vivos provienen de los muertos, pues nuestro oro, nuestra Plata y nuestro Mercurio, se extraen del oro, plata y Mercurio, vulgares, que vemos todos los días.

 

17.- Los Filósofos, para esconder la Ciencia, se han servido de diversos nombres para seducir a los ignorantes, hablando por similitudes de animales, vegetales y otras diversas materias y recetas, y por alegorías, tal como figura en las fábulas del Olimpo, bajo las cuales parábolas la Ciencia aparece repetida varias veces para quien sabe entenderlas.

 

18.- Pues tales verdades están escondidas y reposan bajo el manto de la Filosofía. Y esto es como dos silenciosas ruedas movidas la una por la otra: la de fuera está significada por drogas y metales vulgares y, la de dentro, por los metales de nuestra Filosofía, que no son más que los Mercurios y sales extraídos del oro y la plata por el Artificio Filosófico.

Por tanto, al tomar las palabras al pie de la letra, los ignorantes, se engañan, pero aquéllos que entienden el sentido de estas palabras comprenden todos nuestros misterios.

 

19.- Entonces, como dice Arnaldo, si quieres hacer una Medicina para curar los metales, su origen debe estar en aquéllos metales, pues nuestra intención no es otra cosa que la de multiplicar la TINTURA metálica, ya que toda cosa engendra su semejante. Trabaja, pues, sobre el más noble cuerpo, el cuál es preciso destruir, conservando, no obstante, su primera forma . . .

 

20.- Por lo tanto, no hace falta que la resolución llegue hasta la primera cosa, pues debe permanecer siempre dentro del género metálico, ya que si se la llevase fuera de la línea (si se sobrepasase el límite), su materia estaría confundida y cambiaría de forma, así como la simiente humana acabaría en gusanos o reptiles en lugar de en un niño.

 

21.- Tomemos, pues, este noble metal, pero como solo tiene TINTURA para sí mismo, debemos recurrir al Arte y a la Naturaleza, quienes, rectamente, por diversas circulaciones, pueden aumentar su TINTURA al infinito, lo que no se puede hacer sin pasar por los medios y extremos y por los grados de nuestra Filosofía, cuyos extremos tienen varios nombres, como aguas, tierras, menstruos, Plata-viva, sales y Azufres, etc., y por los dichos grados viene la muerte, después la vida y el todo (el resultado) de una materia diversamente llevada de acá y allá.

 

22.- No hay más que una materia y una operación, que se hace por el Arte y por la Naturaleza y no por las operaciones rústicas. Entonces, todos los grados susodichos, Piedra, Azufre, Plata-viva, gomas, menstruos, todos estos nombres no son más que los grados, pero solo por similitud, como, por ejemplo, cuando la naturaleza es fluida, se parece más al agua que a la tierra, y, en cualquier forma que ella esté, no deja de ser un mismo metal conducido a dicha forma por diversas operaciones. Así, por esas palabras, los ignorantes son equivocados.

Pues, como dice el Código de toda verdad, la Naturaleza acaba sola todo, mediante nuestra ayuda. Y por las palabras siguientes, los Filósofos, han escondido la Obra: Natura se regocija en su naturaleza, Naturaleza contiene Naturaleza y la Naturaleza sobrepasa a la Naturaleza.

Por lo tanto, no tenemos necesidad más que de una sola cosa, la que, después de su preparación, encerramos en el vaso sin tocarla ni con los pies ni con las manos hasta el final, aunque algunos de nosotros digamos: abrid y poned ..., eso no es más que para hacer errar a los idiotas.

 

23.- No necesitamos, pues, más que dos espermas, extraídos de una misma Raíz, a los que es preciso encerrar y ayudar para que se alteren, hasta que al fin, por un solo régimen, no tendremos más que una Piedra, una Medicina, una Naturaleza y una disposición, tanto en la Obra blanca como en la roja, y no es preciso añadir nada más que lo que sea de su propia naturaleza.

 

De la Temperancia, Intemperancia y Neutralidad, y de las cosas que abarcan.

 

24.- Noble Señor, es así que, después de haber pasado los capítulos anteriores, conviene poner el presente capítulo, antes de entrar al principio y final, por los que todas las complexiones y naturalezas se mostrarán por tres diversas formas de hablar. Y, en primer lugar, por la temperancia y naturalidad se entienden las cosas que están mejor complexionadas en este mundo.

 

25.- Por intemperancia y contranaturalidad se entienden las cosas alejadas, como las enfermedades, y por neutralidad innatural, las cosas que contienen a lo uno y lo otro, como la muerte y la destrucción, cuando por contra-natura se ayuda, y, al contrario, cuando se ayuda por la Naturaleza (por lo natural), tiende a la vida.

Todo depende, pues, del conocimiento de estas tres, a saber: lo natural tiene el señorío en la temperancia, lo contra-natural en la intemperancia y lo innatural en lo neutro. Raimundo lo aplica al reino metálico señalando que la Naturaleza no produce más que una sola cosa perfecta, imperfecta y neutra.

 

26.- Los perfectos son el oro y la plata, los neutros todos los demás metales y los imperfectos son las sales, los alumbres, los imanes, los vitriolos y otros, quienes también se designan como cosas naturales, no naturales y contranaturales.

Pues bien, esto es el fundamento de la Obra, tanto dentro como fuera, y los Filósofos han nombrado todas estas drogas para embrollar todavía mas su secreto.

 

27.- Nosotros tomamos la más noble materia, la que no se puede enmendar, dada su perfección, sino es por reducción en su primera materia. No esperes extraer tu aceite y tu TINTURA más que de los cuerpos perfectos, para lo cuál, todas las cosas son dobles y triples, en donde están y saldrán todos los medios y extremos.

 

De los principios extremos y medios y de los otros que vienen después

 

28.- Habiendo hecho la distinción de estas tres diversas complexiones a las que la Naturaleza está sujeta y que son así como fundamentos y columnas sobre las que se asientan todas las consideraciones y operaciones naturales, vayamos, pues, a los principios medios y extremos dependientes de aquéllas.

 

29.- En primer lugar, digamos con Raimundo que, los principios y naturalezas generales son todos los extremos y medios que están en la Obra de la Naturaleza, que son muy numerosos, a saber: los 4 Elementos, los vapores de éstos, el Azoth vítreo, en el que el agua procedente de los vapores anteriores, mediante un vapor cálido y seco – jugo sulfuroso– que es el espíritu hediondo, se condensa, el Agua viva en la que el anterior Azoth se resuelve, el Azufre en que el Agua viva se convierte, y, en sexto lugar, los metales, que se forman del Azufre.

 

30.- Hay tres principios radicales y principales en nuestro Magisterio, que son: el Agua viva y los dos espíritus hediondos, de los cuáles se crea nuestro Azufre, que es nuestra Piedra. Esos espíritus están en el metal en potencia y se sacan mediante el Arte de los vapores ya mencionados, esto es, de los vapores de los Elementos condensados en agua clara y, por medio del Agua viva salida de los metales, acaba en Azoth vítreo o Espíritu hediondo, y todo se cambia en Elementos y los Elementos en Azoth, de donde sale el Agua viva y el Azufre, materia próxima. Y estos dos espíritus hediondos se llaman Azufre y Fuego, Esperma masculino y Agua viva, y esta Agua viva es la Plata-viva, etc.

 

31.- Los medios se convierten en extremos y se resuelven de grado en grado y, estos extremos, se extraen por la naturaleza y por el Arte de allí donde están contenidos confusamente.

 

32.- Ahora bien, entre diversos medios naturales (de Natura), hay dos que son más puros y viscosos que los demás. El Azufre y el Mercurio son los extremos de todos los metales y cada metal es un medio entre ellos y los metales perfectos, el oro y la plata, diferenciándose cada medio metálico dicho según la pureza o impureza de la Plata-viva que ellos contengan.

Por lo tanto el Arte comienza por aquéllos (los medios imperfectos) y pasa gradualmente de principio en principio. Es preciso, pues, considerar bien la naturaleza de los metales (metálica), los medios prácticos y demostrativos, hasta que se reduzcan a su primer ser, a saber, el Mercurio y el Azufre.

 

33.- Entre los diversos medios de la Naturaleza, dos son más puros y viscosos que los otros, como el Azoth y el Vitriolo, en el que está la naturaleza pétrea, que es la Sal fija. Esta sal es el vil medio por el cuál nosotros cambiamos el Argento-vivo en metal, y el metal es un medio real entre el cuerpo y el espíritu.

El cuerpo del Arte es cuando la tierra ha sido quemada, y el Espíritu del Arte es la Plata-viva extraída del cuerpo en forma de agua clara. Hay dos medios en la Obra de la Naturaleza más exquisitos que los demás, que son el Azoth y la Sal de Natura, que convierte a la Plata en licor de fuego y de donde se extrae un Azufre que congela toda la Plata-viva.

 

34.- También hay dos medios más puros (aún más puros que los anteriores) en el Arte, que son el Oro y la Plata, y también hay dos extremos que son exquisitos, a saber, la Plata-viva extraída del cuerpo y el Elixir completo (acabado).

 

35.- Los dos extremos de nuestra Plata-viva son, por un lado, el agua del León Verde conjuntada con el metal, y, por otro lado, la Piedra que se obtiene cuando ha sido purificada.

La primera extremidad de la Piedra es nuestra Plata-viva y, en el otro lado, el Elixir, en donde la sustancia radical es llamada León Verde, serpiente, Argento vivo, comida del basilisco y humor menstrual, la cuál, conjuntada con el cuerpo, forma el doble esperma (son dos espermas), de donde la dicha agua fina sale, aquélla que es nuestra Plata-viva y nuestra Agua de Vida que resucita a los muertos.

 

De los principios y virtudes celestes, tanto informativas como naturales, y de los principios generales .

 

36.- Entre los principios químicos, dijo Raimundo, unos son materiales, otros demostrativos y otros prácticos. No obstante, vamos a considerar los otros principios anteriores a ellos y diremos, como Raimundo, que el fin del primer principio de la Naturaleza es formar una Quintaesencia, a la que Dios dividió, en primer lugar, en tres partes diferentes: una muy pura de la que creó a los Angeles; una segunda menos pura de la que se crearon los cielos; y otra tercera, aún menos pura, de la que nació el mundo sublunar.

Esta última parte fue, a su vez, dividida en cinco partes, que son los 4 Elementos y la Quintaesencia de ellos, la cuál reposa en cada especie en el mismo lugar de aquéllos.

 

37.- Ahora bien, el principal secreto para entrar en el Secreto de los Secretos de la Naturaleza es la virtud informativa, infundida desde lo Alto en todas las materias, que, mediante nuestro Arte, introducimos por una vía natural; pues, al ser excesivo el calor natural o instrumental, es atemperado por el calor informativo con lo que le prepara para poder formarlo.

 

38.- Así, los dos calores, formativo e instrumental, mudan la materia de potencia en acto, cuya virtud es infundida por el Cielo a los individuos metálicos y los lleva a la perfección.

 

39.- En nuestra Piedra, la virtud informativa y el calor natural, están de tal modo ligados por la dureza de la materia, que el espíritu vegetativo, allá dentro encerrado, no se puede mover sin antes romper las profundísimas ataduras, reblandecer esta materia y simplificarla por la resolución y la reincrudación del húmedo material y seminal así terminado.

Tal reincrudación se hace mediante el húmedo sutil crudo que ella toma en su disolución. Así lo seco se vuelve húmedo acre (agrio, picante), en el que el Fuego Natural está libre, y en el que se calienta y con el que se alimenta.

 

40.- Esto se hace por grados, a saber, primero en frío, luego en húmedo, a continuación en caliente; entonces penetra, dilata, forma y transforma todo en húmedo, en su sustancia y especie. Cuando ella (la Piedra o nuestra materia) no tiene más húmedo en que actuar, acaba en sequedad, a la que el calor está atado hasta tanto que , por nueva putrefacción, su húmedo le sea reincrudado. He aquí la resolución de los Elementos. En toda generación ...

 

41.- ... Así sucede en nuestro Magisterio, pues, es preciso que el interior de la Piedra, por la sustitución de su gruesa sustancia, se resuelva en su pura naturaleza húmeda; que, luego, se pudra y que el frío y húmedo innatural se separe, para que por un húmedo competente que contenga en sí la virtud formativa, la convertirá, la alimentará, y así, por la industria de la virtud mineral, será ayudada.

 

42.- Así, pues, la virtud informativa es el instrumento, y el instrumento la materia, la cuál cambia del potencial oculto al acto manifiesto. Y esta virtud informativa, conocida por la Ciencia del Artista, es introducida, en su Obra natural, en la materia.

 

43.- Pues, todo lo que la virtud celeste y elemental hace en los vasos de natura, ella lo hace también en los vasos artificiales, con tal de que éstos sean semejantes a aquéllos y que el poder del fuego que ayuda a operar todo esto sea de tal modo atemperado que no exceda la virtud motiva y formativa infundida desde lo alto, porque, en todas las cosas que nosotros hemos visto podridas y putrefactas, las virtudes del Cielo y de las Estrellas se infundían en aquéllas, resolviéndose en la cosa en la que entraban.

 

44.- Por lo tanto, la virtud celeste es el primer y particular principio de la operación, sin que en ello esté comprendido nuestro Mercurio, porque no es más que un principio primero, pero el más próximo a la operación. Entonces, ese primer principio, no tiene más que un género, a saber, una virtud natural para la operación en la que la Naturaleza se conserva y tanto la especie como el individuo se perfeccionan.

 

45.- Hay dos géneros, a saber, la virtud dirigente y la virtud administrante.

La dirigente se divide en tres partes: generativa, aumentativa y nutritiva.

La generativa trabaja para crear un cuerpo semejante a sí misma, quien es producido de dos maneras, es decir, en sucesivas operaciones que, mediante ella, se hace invisiblemente.

Entonces la Naturaleza sola se basta para producir la TRANSMUTACIÓN, operando por su calor natural.

 

46.- El Artista, que no es más que el depositario de la materia, domina y administra el fuego extrínseco para despertar el intrínseco, para que éste se ponga en movimiento.

 

47.- En este asunto no hay necesidad de recurrir a las figuras e imágenes celestes, tal como algunos piensan, pues es suficiente con conocer las cosas por medio de la influencia celeste , que toma forma por la virtud del cielo y las estrellas, la cuál reside, apropiadamente e infusa, en la misma materia que la recibe, y esto se realiza por la invención del Artista, el cuál cambia la dureza de la materia y la vuelve propia para la generación y para recibir las virtudes que deben serle infundidas, y por su gran nobleza, en todo tiempo, se la puede dar resolución. Es preciso conocer, pues, los movimientos de las virtudes celestes y poder acceder a ellas, visto que son comunes a todas las cosas inferiores. Nosotros las encerramos en unas aguas minerales, de manera que, en poco tiempo, podemos reunir varias virtudes e infundirlas en nuestras materias, de donde se producen multiplicaciones de las virtudes y de las terroríficas potencias.

 

 

De los Principios materiales en simplicidad.

 

48.- Nada, en el mundo, ha sido creado que no esté compuesto de Azufre y Mercurio, conteniendo los cuatro Elementos y la Quintaesencia, la cuál es el Alma y el movimiento de todas las cosas. Y esto es el llamado Caos o Hilé.

El Espíritu Universal es llamado León Verde, Plata-viva que no se parece a la que se vende: esta es una sustancia celeste y terrestre que toma toda forma, sin pertenecer a ninguna especie, a todas depura y vuelve simples como el cristal, y todas las cosas salen por este Mercurio, el cual es de uso muy general (muy básico) en nuestra Filosofía.

 

49.- Por este símbolo + los ignorantes se engañan al tomarlo como un determinado espécimen o como una apariencia o figura abstracta.

Y, sin embargo, es el género primero (), que no es otra cosa que Mercurio y Azufre, en donde la Naturaleza fija todos los colores y todas las formas, y esta es la materia general de toda generación en cada género o reino, a saber, mineral, vegetal y animal. Es por lo que se le adjetiva como muy general.

Conviene depurarle sin combustión hasta que sea como un espíritu de naturaleza aérea, de otra forma no podría recibir los espíritus fermentativos.

 

50.- Además tenemos otro Mercurio más próximo, que está encerrado en los cuerpos del Oro y de la Plata, el cuál debe ser extraído por el primero y alejado; pues, por esta virtud cruda, extraerás una virtud más cálida, más cocida, húmeda, aérea, sutil, congelada en especie metálica.

 

51.- Y esa materia cruda se encuentra más próxima a la primera naturaleza o forma de las formas que la cocida, la cuál ya no se convertirá en metal si no tiene un metal en su naturaleza póntica y amarga; y si ambas no sufren la una con la otra, tal como el agente y el paciente, no se fundirán en una , ya que una juntada a la otra se perfeccionan, pues por esta materia cruda, reincrudamos lo que la Naturaleza ha cocido y extraemos, por corrupción natural, de un metal perfecto, un Mercurio parecido y semejante al primero, también llamado Plata-viva, el cuál, dándole un noble fermento, se convertirá en el fermento que convierte todo metal en su naturaleza.

 

De los principios materiales en general, Humedades y Tierras, Menstruos y Aguas, Plata-viva y Fermento. Y, en primer lugar, de las Aguas y su Tierra.

 

52.- Los principios materiales preponderantes en la materia son, primero, el Azufre, y en segundo lugar la Plata-viva (Mercurio), entre los que, una vez estén bien unidos de forma natural, se engendra el amor metálico, de donde se sigue la generación de la cosa que se requiere.

 

53.- Esto sucede en cuanto la virtud del Azufre se ayuda por la virtud del Mercurio y, al contrario, es la virtud del Azufre la que vence a la del Mercurio, cuando éste ha sido perfectamente depurado.

La amalgama, lutada, vence a las materias del Azufre y de la Plata-viva. Pero algunas veces ocurre que falla como consecuencia de un defecto de preparación, o por la ignorancia del Artista y para evitarlo debes servirte de los principios y de los medios bien preparados.

 

54.- Por tanto, para llegar a la posesión de los Principios materiales, debes saber que, la Tierra, en nuestro Magisterio, es el Primer Principio material y la Cabeza de Dragón, y el segundo Principio es el Agua que nosotros llamamos Leche de Virgen, Sangre reincrudada, Menstruo blanqueado, alimento del niño, ... del corazón, veneno de los vivos y comida de los muertos, y la Plata-viva de los Filósofos depurada por sublimación.

 

55.- Esa Tierra es también llamada León Verde, Dragón que devora su cola, la que pasando por diversas operaciones llega a un estado que fija al Mercurio, y así la TINTURA se hace del Mercurio y de su compañero. Esa Tierra es nuestro Latón y esa humedad es nuestro Azoth, es por lo que se dice que el Azoth blanquea el Latón; el Latón se transforma en Azufre y el Azoth en una especie nitrosa, y de ambos el Alma nacerá y éste es el cumplimiento de todo el Magisterio.

 

56.- Ahí están los dos extremos: el Mercurio vulgar totalmente aéreo, por un lado, y la Tierra, por el otro. Y estas dos sustancias son la materia de la Piedra, y el menstruo lunar, extraído del vino blanco y rojo, que es un Agua Permanente y no vino.

 

57.- En estas dos sustancias están dos virtudes en el macho y dos en la hembra, por lo que una acciona contra la otra, hasta que la Quinta virtud les ponga de acuerdo, y esto durará tanto como la Quinta virtud tarde en realizar la corrupción del compuesto

Entonces es cuando los Elementos se toman separados y las sustancias pueden ser distinguidas, es decir, cuando la Plata-viva (el Argento vivo), siendo como agua, es así como la leche en las mamas, y el Azufre como esperma en los genitales.

 

Las tres naturalezas y las tres tierras

 

58.- Sabemos que en este Compuesto se encierran tres naturalezas, a saber, una naturaleza celeste, una materia terrestre y un húmedo radical.

Además, en la materia terrestre, se encuentran 3 tierras, de las que la primera es sutil, aunque grosera y tenebrosa, Fría y Seca, y de la naturaleza del vidrio.

 

59.- La segunda es sutil a los sentidos pero, en la experiencia, es fuliginosa y muy combustible.

Y estas dos sustancias, a saber, la 1ª, el Vitriolo, y la 2ª, la Sal de Piedra (), son los vasos apropiados entre los que se crea nuestro Argento Vivo (Plata-viva), tal como el fruto en la matriz, el cuál es el tercer medio sutil, Cálido y Húmedo, que ya no es una tierra, sino un vapor creado de las dos tierras susodichas, una pura naturaleza y el Húmedo Radical, de donde nace gradualmente nuestra Piedra.

 

60.- Entonces, por una sublimación Filosófica y no vulgar, separarás esta sustancia de las dos tierras dichas: el Vitriolo y la Sal. Así, nuestra Plata-viva estará sublimada y esas tierras no son más que Plata-viva que se perfecciona con sus humedades.

 

61.- Por otra parte, se ha dicho que, de la Plata-viva, salen 3 humores: el 1º, que participa con su primera tierra, es frío y flemático, y no sirve más que para humedecer toda la materia; el 3º , que es untuoso y sutil, participa con la tercera sustancia terrestre; pero, el 2º , es el medio, el mediador y Húmedo Radical, incluido en las partes esenciales de la segunda tierra, tras haber sido separadas de ella.

62.- De cuyas dichas medias sustancias, a saber, tierra mediocre y agua media, viene la más próxima composición, que es nuestra Plata-viva, volátil, incombustible y aérea, causante de toda generación. Y he aquí estas dos radicales sustancias que son ligadas conjuntamente, de manera que ya no se las pueda volver a separar una vez libres de su terrestreidad.

 

63.- En cuanto al tercer humor untuoso, éste es convertido en tierra negra fuera de la especie metálica, pero su flema innatural es, en ocasiones, convertida accidentalmente en húmedo radical, que deviene, luego, de la especie metálica.

 

64.- Considerad bien, por lo tanto, estos tres Principios. Pues:

El 1º es el Mercurio Vulgar con todos sus metales alterables. El 2º lo forman las aguas sutiles que contienen las virtudes minerales ... pero la materia del 3º es muy esencial, pues es donde están infundidas las influencias de todos los astros y es la materia del Arte apropiada para el 2º Principio.

 

65.- Por ello dijo Raimundo: Nosotros destacamos tres virtudes. La 1ª desciende del Cielo y es la forma de las formas que transmuta las materias inferiores de la Naturaleza y no las del Arte. La 2ª es la intrínseca de los compuestos que tú debes extraer, por depuraciones y aproximaciones a la primera cosa, la cuál le basta al Arte, aunque sea material.

 

66.- Pero la 3ª es la cosa de donde nuestro Magisterio proviene, por la que se perfecciona la Naturaleza y que se puede comprender mediante la 2ª. Por tanto, en relación con estos tres licores, la primera agua es llamada celestina (Cielo o Celeste), la segunda Aire, y la tercera Fuego o Aceite. Y esto es nuestro último secreto.

 

67.- La 1ª se destila por el Fuego del Baño, la 2ª por el Fuego de la Ciencia, y la 3ª por los carbones.

Estos 3 licores tienen tres tierras que les convienen, así como diversa alimentación según sean sus complexiones: la primera sumergida en su menstruo; la segunda conviene a la 2ª agua; pero la tercera es muy luminosa y, apeteciendo los rayos del Sol, se incera con la 3ª agua.

 

68.- Por consiguiente, estas aguas, Platas-Vivas, fermentos, gomas y sales (suelos), no son más que una misma cosa que, por así decirlo, las unas suceden a las otras y, mediante tres decocciones, adquieren grandes virtudes, y por ello se denomina simple a cada una, o sea, a las 3 aguas y a las 3 Platas vivas.

 

69.- La primera de las cuáles es gruesa, espesa e indigesta, como aceite o grasa; la segunda, flemática, humedece tan sólo las partes de la Piedra y luego se evapora por digestión; la tercera, extraída de las entrañas de la primera, es radical y permanente.

 

70.- No toda la Plata-viva es apropiada para nutrir la Medicina, si no se la ha mejorado por medio de nuevas extracciones, pues, siempre, se perfecciona en razón de la afinidad que el menstruo tiene con el cuerpo, ya que, cuanto más contacte con el cuerpo, él será mejor, pues así los gérmenes () son alimentados por los cuerpos y los cuerpos reducidos a gérmenes.

71.- Para ello, disolved pues los cuerpos mediante el licor de sus Argentos vivos (Mercurios), de los que, el primero, es el menstruo hediondo, del que la Naturaleza hizo primeramente aquéllos cuerpos, y a este menstruo no se le debe añadir nada que no haya nacido de él, de otro modo se corrompería.

 

* * *

*= Biblioteca Municipal de Rennes, manuscrito 160, conteniendo la recapitulación de Mr. Pierre Vicot, prêtre, compañero de los señores Le Vallois y Grosparmy, para instruir al hijo del Sr. Le Vallois tras la muerte de éste.

 

(Tratado enviado por nuestro amigo, José Antonio Puche Riart, a quien le agradecemos su infinita gentileza para con todos los Adeptos)

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