EL ÚLTIMO ADIOS
Han
pasado varios años, desde que las esferas del dragón desaparecieron, junto con
Son Goku, la vida a seguido su curso y ambos se han convertido, para los que
los conocieron, en un hermoso recuerdo o al menos para casi todos...
Desde
aquella montaña podía observar todo el paisaje, de un lado una ciudad
reconstruida y llena de vida, del otro un paisaje de montañas y vegetación, era
increíble que tiempo atrás, hubiese sido el escenario de una gran batalla, que
había decidido el destino de la tierra y de la cual los humanos parecían no
acordarse, como también parecían haberse olvidado del guerrero que los había
salvado.
Ahora
que lo pensaba, los humanos adolecían tanto de ingenuos como de incrédulos,
pues confiaban ciegamente en que Mr. Satán los había salvado de la destrucción
a manos de Cell y pensaban que eran trucos baratos, las técnicas y poderes
demostrados por los verdaderos guerreros.
Muchas
veces pensó en descubrir la falsedad de Mr. Satán, hubiera resultado muy fácil,
tan solo hubiera necesitado darle con la punta de un dedo para mostrarle al
mundo la verdad, pero... no lo hizo por consideración a él, pues le había dicho
que así era mejor, pues de esa manera las personas no los molestarían y ellos
podrían continuar con sus vidas "normales" y sus entrenamientos.
Era
increíble como habían aprendido a tolerarse, pero... realmente era eso o es
que, sin darse cuenta, también aprendió
a estimarlo, siempre le molesto de él, su inocencia que a veces rayaba en la
estupidez, su bondad, que le permitía brindarle ayuda hasta al peor de sus
enemigos, (como lo había hecho con el, mas de una vez) aun sabiendo que tal vez
como gratitud recibiría una puñalada en la espalda. Y ¡esa sonrisa!, Que no lo
abandonaba ni en las situaciones más difíciles, vaya que lo exasperaba. Siempre
creyó que no era digno de su raza, los guerreros más fuertes del universo... ¿o
es qué, en el fondo lo admiraba?...Después de todo gracias a él había
enfrentado a freezer, gracias a él, se había esforzado en superar sus poderes,
gracias a él había formado una familia y se había permitido amar, gracia a él
tenia un planeta al que podía llamar hogar... siempre quiso superarlo y sin
darse cuenta también quiso hacerlo en
su vida familiar, aunque nunca a podido ser tan abierto como era él. Era
increíble como una sola persona había hecho cambiar a tantos, con su sola
presencia. ¿Qué habría sido de todos de no haberlo conocido? , El de seguro
estaría muerto, asesinado por freezer o todavía seria su títere destruyendo
planetas.
Al
principio había creído odiarlo, pero lo que en realidad sentía hacia él era
admiración y... porqué no decirlo, respeto, después de todo, él siempre lo
respeto como guerrero y persona, tomando en cuenta su opinión y consejo, a
pesar de ser tan diferentes como el agua y el aceite...
-¡Así
es Vegueta!
Sin
darse cuenta había estado pensando en voz alta y aquella voz lo saco de sus
pensamientos, pero era imposible aquella voz era de...
-¡Kakarotto!
Era
él, estaba allí, adulto, con su sonrisa característica y su mano tras la cabeza
en aquella pose tan típica de él. ¿Pero como era posible?, Tal vez era un
sueño, pero no, estaba allí mirándolo con alegría y... ¿nostalgia...?
-
Hola Vegueta, ¿cómo has estado?, Ha pasado mucho tiempo y tuve ganas de
saludarte.
Todo
era tan familiar en él, pero había algo diferente, su ki se sentía difuso como
si estuviera esparciéndose en el aire, como si se estuviera uniendo al todo.
Vegueta solo atino a contestar.
-
¿Dónde te habías metido?, Aquí todo esta muy aburrido sin ti.
-
ja, ja, ja, ja, veo que no has cambiado, me alegra poder verte, sabes, aun
tengo algo que decirte - contesto Goku.
-
Sí, ¿qué cosa? - le pregunto Vegueta.
Goku
lo miro a los ojos e inclinando su cabeza le dijo:
-
Gracias
-
¿Gracias?, ¿Porqué? - pregunto sorprendido Vegueta
-
Por haberme mostrado mi herencia saya-jin, muchas veces negué ser uno de ellos,
pero tu me enseñaste el orgullo y la inteligencia de nuestra raza en la
batalla. Sabes he tenido tiempo de pensar y creo que nuestra raza hubiera
podido extender sus dominios hasta el último rincón del universo, si tan solo,
hubieran desarrollado su capacidad para amar, así como lo hicieron con sus
poderes. Pero, prefirieron ser sombras a ser luz y por ello solo sobrevivimos
tu y yo...
-
Kakarotto... - se le oía diferente, más sabio, pensó Vegueta.
-
Sabes, hay una cosa que siempre te he envidiado Vegueta - continuo Goku.
-¿Qué
cosa? - ¿Era posible?, kakarotto le envidaba algo ¿a él? pensó Vegueta
-
Tu familia, siempre pudiste estar con ella, viste crecer a tus hijos,
convertirse en adultos, pudiste compartir tus tristezas y alegrías con Bulma,
podrás estar junto a ella hasta el fin de sus días... - dijo Goku.
-
Kakarotto, en verdad ¿tenias que irte? - le pregunto Vegueta.
-
Si... era la única forma de que la paz volviera a la tierra, a mi amada
tierra... - contesto Goku.
-
¿Pero, porqué? - pregunto Vegueta.
Goku
miro fijamente al horizonte, el sol comenzaba a ocultarse. Parecía poder verlo
todo y un suspiro broto de sus labios antes de contestar.
-
Solo de esa forma podría asegurarse la paz, solo así podrían vivir tranquilos,
con seguridad en el futuro. - Vegueta supo que hablaba de su familia. - Es
mejor la certidumbre de una verdad dolorosa a la eterna incertidumbre de la
duda. Además, no la paso tan mal, he aprendido muchas cosas nuevas y visto cosas que hasta a nosotros nos parecerían
increíbles. - concluyo Goku.
-
Kakarotto, ahora soy yo el que te da las gracias. - dijo Vegueta.
Goku
lo miro sorprendido, y solo atino a sonreír.
-
Gracias, por haberme aceptado como soy, sin intentar que cambiara, dejando que
yo decidiera si quería hacerlo, ayudándome sin esperar nada a cambio.- Vegueta
se paro frente a Goku y se inclino en señal de respeto. - Gracias de verdad,
Son Goku.
Goku
no podía creer lo que veía, jamás imagino que el orgulloso Vegueta le mostraría
algún día esa clase de respeto, llamándolo por su nombre de terrícola. Goku le
dio la mano y le dijo:
-
No hay nada que agradecer Vegueta, somos hermanos de raza, los dos últimos descendientes
de nuestro planeta. Y aunque no pensemos de la misma forma, al final todos
volveremos a ser uno solo. - le contesto Goku.
Ambos
se observaron, satisfechos, lo último que debían decirse, lo habían dicho ya.
Ya no había cuentas pendientes.
-
Goku, ya es hora de irnos. - dijo una
voz hermosa y potente. Vegueta la escucho y dirigió su mirada hacia el lugar de
donde provenía, pero solo pudo ver una intensa y cálida luz.
-
Nos vemos en la eternidad Vegueta. - fue el último adiós de Goku, antes de fundirse
en aquella luz que lo llamaba y que extrañamente llenaba a Vegueta de una
intensa paz.
Vegueta
observo el sol que se ocultaba y por primera vez se sintió tranquilo y feliz,
había tomado una decisión, honraría la memoria del guerrero más poderoso del
universo, disfrutaría a su familia como nunca antes lo había hecho, les diría
cuanto los amaba y seria feliz con y por ellos.
Ese
había sido el legado de Son Goku, alegría y felicidad para todos los que lo
conocieron...
ADIOS Y GRACIAS
NOTAS
DE AUTORA: Gracias a todos los que lean este fic, es el primero que me animo a
escribir y espero que le haya agradado, quejas, comentarios, y dudas a
selma_san@hotmail.com, serán bien recibidas y muy agradecidas.