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RUROUNI KENSHIN - SAMURAI X

LA SAGA DE OSAKA

Por Wing Zero Beelzemon

Capitulo 1:

El Demonio del Shinsengumi

Una imagen de su pasado, asechaba a Battousai, esa noche. Era Octubre, recién acababa de terminar el verano, y las noches se empezaban a poner más frescas. Parecía mentira todo lo que les había pasado; el Jupongatana, y Makoto Shishio, Shougo Amakusa, los Caballero Negros, y la Familia Agua, todos esos individuos que trajeron inconformidad para él y sus amigos. La ciudad estuvo en reconstrucción, pues la Familia Agua había destruido varios edificios, pero ya la capital había recuperado todo su esplendor.

Esa noche, como dije, Kenshin no podía consolar el sueño. Cada ves que cerraba los ojos, una escena de algún combate librado a finales del la Era Tokugawa, venía a su mente. Era raro, no era la primera ves que las recordaba, pero nunca tantas tan seguidas, y ya habían pasado varios meses sin que pensará en eso, ya hasta sentía que por fin podría bajar la guardia, y relajarse y vivir en paz con Kaoru y Yahiko; pero una ves más, esos recuerdos venían a su mente, y consigo, un toque de su mano a su mejilla izquierda. Así como sus recuerdos, esa cicatriz en forma de X, siempre estaría ahí, para recordarle que es Battousai el Destajador.

A poner su mano sobre la cicatriz, imágenes vienen a su mente, más claras que las anteriores, y hace latir el corazón del destajador más fuerte, y recuerda todo, todo lo que paso, esa noche...

Todo paso una noche, a finales de la Era Tokugawa, por el año de 1864; fue hace tanto, que no recuerda con exactitud el día correcto. Los Ishinshishi le dieron la misión de asesinar a un funcionario del Gobierno Tokugawa, Jubei Shigekura, en Kyoto. Una noche, era escoltado por dos guardaespaldas armados con espadas, y ahí, él lo atacaría.

Como era lógico, el Gran Battousai, no tuvo problemas. Mato a uno de los guardianes del Jubei, y luego mató a esté. Pero, el segundo guardián, un joven llamado Akira Kiosato le opuso resistencia. El joven no le dio problemas a Battousai, pero en el combate, el chico le alcanza a hacer una cortada en la mejilla izquierda, para luego morir, y con su ultimo aliento llegar a decir: "To... mo..."

Cuando el recuerdo acaba, Kenshin se levanta frenéticamente, y comienza a respirar agitadamente. Últimamente, por más que trataba de olvidarlo, esa escena siempre estaba en su mente.

Mientras tanto, a varios kilómetros de la capital, en el puerto de Osaka, un barco completamente negro, llega al puerto. Ya es muy noche, como para que un barco llegue, y parece haber algo extraño en este barco. Las autoridades de Osaka notan el barco llegar, y mandan policías al puerto, a ver que pasa. Para cuando los policías llegan, el puerto ya esta listo para desembarcar.

Son dos policías, y ambos suben a cubierta a ver que pasa. Un hombre sale de la cabina de controles, y parece ser el capitán.

Capitán: Hola oficiales, ¿en que puedo ayudarles?

Policía 1: Lo sentimos, pero esta no es hora de llagada de buques, ¿de donde vienen?

Capitán: A sí, lo sentimos, venimos de Hiroshima, nuestra llegada estaba programa para las ocho de esta noche, pero tuvimos un retraso por una avería en el motor, y nos retrasamos.

Policía 2: Bueno, ¿y que transportan?, y además, ¿por qué el barco esta todo pintado de negro?, eso no da buena imagen.

Capitán: Bueno, traemos algunas pieles y ropajes, venidas de Nagasaki, y de aquí las llevaremos Kyoto. Pero lo del color... bueno, no sabría decirle, pues yo no construí el barco.

Policía 1: Bien, solo revisaremos el cargamento para estar seguros.

Los policías pasaron a la bodega, donde estaba el cargamento. Había cajas, llenas de telas, pieles, y kimonos. No había señas de que el barco transportará armas o opio, que era lo que esperaban encontrar. Al no encontrar nada, los dos oficiales bajaron, sin decir nada.

Una ves que los oficiales bajaron, el capitán bajo hacía abajo del barco, y camino por una largo pasillo, hasta llegar a la puerta de un camarote. El capitán toco la puerta dos veces, y una voz le respondió que pasará.

Por dentro, el camarote era pequeño, pero elegante. Había una cama, una mesa con velas, y un mueble donde estaban varios libros y fotos. En una silla frente la mesa, estaba sentado un hombre, leyendo un libro a la luz de las velas. El hombre tenía cabello negro y largo, un traje de apariencia de samurai, azul muy oscuro, con botas negras y guantes del mismo color.

Capitán: Señor, dos policías vinieron a inspeccionar, pero me encargue de limpiar sospechas.

¿¿¿¿¿¿: Bien hecho ¿Ya supiste algo de la Nave de Makaiju?

Capitán: No se preocupe, al parecer esta navegando cerca de Kobe, estará aquí dentro de poco, diría yo.

¿¿¿¿¿¿: ¿Y lo hombres?

Capitán: Todos están en los camarotes, ansiosos por comenzar.

¿¿¿¿¿¿: Tendrán que esperar, porque todavía no es tiempo.

El hombre cerró el libro y se paro. Luego, se giró hacía el capitán, y con expresión fría le indico que saliera de la habitación, orden que el hombre obedeció de inmediato. Una ves que el otro se fue, el hombre abrió el libro sobre la mesa, en un página, donde se encontraban escritos en japonés.

Lo dos policías caminaban, hablando sobre el barco, que en efecto, se les había hecho muy raro. No solo porqué estaba todo pintado de negro, sino que la bodega era mucho más pequeña, de lo que debería ser un buque de ese tamaño, parecía que algo estaba mal.

Policía 1: ¿Tú que piensas?

Policía 2: Si, en efecto pienso que hay muy extraño detrás de esto

¿¿¿¿¿¿¿: Pues como policías que somos, debemos averiguar que es.

Lo dos oficiales voltearon hacía atrás al oír la voz de alguien que les hablaba. Detrás de ellos, estaba un hombre, de cabello negro, corto, ojos amarillos, traje de policía azul, y un cigarro en la Mano.

Policía 1: ¡Señor Fujita!, ¿Qué hace en Osaka?

Saito: ¿Qué no es lógico?, vengo a hacer mi trabajo.

Mientras tanto, en las aguas de mar, otro barco también pintado completamente de negro surca las aguas rumbo a Osaka. Dentro de uno de los camarotes de esté, se escucha la música de un piano. Dentro de él, esta un hombre blanco, de cabello negro largo, amarrado con una cola como la de Kenshin, un traje con estilo Militar, Gris, botas y guantes negros, tocando un piano negro.

El camarote es amplio, alumbrado con velas sobre el piano, sobre una mesa de madera, y un mueble. Además, hay una cama con sabanas blancas y un librero con algunos libros. Al camarote entra un mujer, con un traje militar parecido al que usa él, pero de color azul, ojos amarillos, cabello negro y largo, suelto hasta la cintura. En la cintura, lleva una espada japonesa, como la de Saito.

¿¿¿¿¿1: ¿Señor Makaiju?

¿¿¿¿¿2: ¿La Conoces?

¿¿¿¿¿1: ¿Qué cosa?

¿¿¿¿¿2: La melodía; es la Sonata n° 32 de Beethoven; la escribió en 1822. Por si no lo conoces, Beethoven, Ludwig Van, fue un compositor Alemán, uno de los más talentosos de la historia.

¿¿¿¿¿1: La música no es mi fuerte señor. Solo vengo a avisarle que estamos llegando a Osaka.

¿¿¿¿¿2: Perfecto, que el carruaje que me llevará a Kyoto, este listo por la mañana. Me quedaré el Kyoto por unos días, mientras tanto, ustedes encárguense de todo en Osaka.

¿¿¿¿1: Si señor. Puedo preguntarle algo, ¿qué hay en Kyoto que desea viajar hasta haya?

¿¿¿¿¿2: Voy a visitar a viejos conocidos.

El segundo barco, llego al puerto, y se acerco a la orilla. Mientras tanto, Saito y los dos policías espiaban a lo lejos.

Saito: Lo sabía, otro barco llego. Al parecer el otro solo era un despiste.

Policía 1: ¿Quiere que vayamos a ver que trae ese barco señor Fujita?

Saito: No, mejor ustedes dos investíguenme dos nombres.

Policía 2: ¿Cuáles?

Saito: Investiguen todo lo que puedan sobre Saigo Makaiju, y Daimyo Akai. Mientras tanto, yo iré a ver que pasa.

Saito se acerco silenciosamente hacía el barco, digno de un antiguo miembro del Grupo Shinsen. Había varios hombres abordo, vestidos con uniformes, parecidos a Samuráis, como los de Kenshin, pero de color azul claro, armados con espadas japonesas. Ahí, se dio cuenta de que sus sospechas eran correctas, y estaba seguro de que en el otro barco que acababa de llegar, encontraría lo mismo.

Mientras tanto, en el camarote, varios hombres vestido con esos trajes de Samurai, hablan con el extraño hombre, de apariencia seria y fría, que llego en el primer barco; ellos se dirigen a él como "Daimyo". A lado de él, se encuentra el hombre que se hizo pasar por el capitán del barco, un hombre de estatura media, piel blanca, ojos y cabello café, corto, y un traje de militar, como el que usan los Meiji.

¿¿¿¿¿1: Señor Daimyo, ahora que hemos llegado a Osaka, lo que debemos hacer es tomar el control de la ciudad

¿¿¿¿¿2: Así es, Osaka es un de los puerto más importantes, si lo tomamos, debilitaremos al gobierno.

¿¿¿¿¿3: No podemos tomar esto a la ligera, Osaka no es tan débil, si no actuamos adecuadamente, no lograremos nada.

¿¿¿¿¿1: No me digas que tienes miedo, tenemos que actuar rápido, si no nos descubrirán.

Capitán: Escuchen, no ha pasado mucho tiempo desde la destrucción que provoco la Familia Agua en la capital, y el peligro que provoco el Jupongatana en Kyoto; es cierto, el gobierno esta vulnerable, pero no podemos tomar las cosas a la ligera.

El hombre de apariencia fría, se levanto de su lugar, y sin decir nada, salió lentamente de la habitación. El capitán salió tras él, tratando de alcanzarlo.

Capitán: Señor Daimyo, Señor Daimyo, esperé, aún no acabamos con la reunión.

Daimyo: No me interesa escuchar esa conversación sin sentido, es obvio que ninguno entiende con claridad lo que sucede.

Capitán: Sé lo que dice, pero no podemos movernos libremente sin tener un estrategia, un plan que seguir.

Daimyo: Para eso te tengo Serizawa, encárgate de eso, y luego me avisas.

Daimyo camino por el pasillo, y en el camino se encontró a Makaiju, el que tocaba el piano en el otro barco, y la mujer que la acompañaba.

Daimyo: Makaiju, Hien, veo que ya regresaron.

Makaiju: Es bueno volverlo a ver, señor Daimyo; lamento el aparecer e irme, pero como ya sabe, aprovechando que estamos tan cerca de Kyoto, me gustaría ir de visita.

Daimyo: Como quieras, pero será mejor que estés de regreso pronto. Hien, ve con él.

Hien: Sí señor.

Saito subió al segundo Barco, actuando como un policía común queriendo preguntar que pasaba. Al igual que en el otro barco, había hombres moviendo cajas, y supervisando. Al ver cuando subió, uno de los hombres se le acerco.

¿¿¿¿¿: Disculpe Oficial, ¿en que puedo ayudarle?

Saito: Soy el Oficial Goro Fujita, del la policía de Osaka; Exactamente, ¿qué transporta este barco?, porque esta no es hora de desembarque.

¿¿¿¿¿: Sí, lo sentimos, pero llegamos tarde por problemas con el motor, y este cargamento de telas debe estar mañana temprano en Kyoto.

Saito: Entiendo, ¿le molesta si doy un vuelta para estar seguros de que no pasa nada?

¿¿¿¿¿: No, para nada, hágalo con toda libertad.

Saito comenzó a dar vueltas por la cubierta, observando con detenimiento lo que pasaba. Mientras tanto, uno de lo hombres que vio cuando subió, bajo rápido del barco, y subió al otro.

Cuando el hombre subió al primer barco, fue en busca de Makaiju, que hablaba con Daimyo.

¿¿¿¿¿: Señor Makaiju, Señor Makaiju...

Makaiju: ¿Qué es lo que sucede?, ¿no ves que estoy ocupado?

¿¿¿¿¿: Lo siento señor, lo que pasa es que un hombre muy extraño que dice ser policía, subió al barco; y tiene una apariencia de asesino.

Daimyo, el hombre que parece ser el líder de todo, escuchaba con detenimiento la conversación; al escuchar como el hombre describía al policía, sus ojos se abrieron enormemente.

Daimyo: Exactamente, ¿cómo era ese oficial?

Makaiju: ¡Señor Daimyo!

¿¿¿¿¿: Bueno, era alto, de cabello negro y corto, era extraño pues llevaba una espada japonesa, en lugar de un sable, y creo que dijo llamarse "Goro Fujita"

Makaiju: ¡Goro Fujita!, Señor Daimyo...

Daimyo: Sí, de seguro es él, Saito, Hajime Saito.

Hien: ¿Saito?, si no me equivoco fue capitán de la tropa n° 3 del Grupo Shinsen.

Makaiju: Y uno de los cuatro que pelearon contra el poderoso Makoto Shishio. Señor Daimyo, déjeme ir a darle nuestro saludos.

Daimyo: Esta bien, pero se discreto; no podemos darnos el lujo de darnos a conocer todavía.

Saito vigilaba los movimientos de los hombres que movían las grandes cajas. Sabía que tarde o temprano, tratarían de deshacerse de él, así que estaba listo para combatir. Vio a su derecha, que dos hombres hablaban en susurros, uno con el otro, mientras discretamente volteaban a verlo.

De repente, se dio vuelta, y estaba rodeado por cinco hombres, vestido con traje de Samuráis, azules oscuros, con sus espadas japonesas desenvainadas, listos para atacarlo.

Saito: ¿Se les ofrece algo?, porque, yo solo estoy observando.

Samurai 1: No te hagas el gracioso amigo, sabemos bien quien eres.

Saito: ¡o!, ¿en serio?, bueno, ¿serías tan amable de decírmelo?

Samurai 2: Goro Fujita, ese no es tu verdadero nombre, sabemos que en realidad eres Hajime Saito.

Saito: Buena respuesta, y ahora sabrán que me veré obligado a matarlos a todos.

Los cinco se le echaron encima con sus espadas en alto, listas para acertar el golpe. Saito sacó rápidamente su arma, y comenzó a cubrirse los golpes de las espadas, que resonaban al choque con la suya. Saito se encargo rápido de los cinco, matándolos sin piedad.

Saito: Eso pasa cuando pelean sin tener oportunidad.

De repente, Saito se vio rodeado por varios hombres que habían sacado de las cajas, rifles, listos para dispararlos contra él.

Saito: Si disparan eso, llamaran la atención inmediata de las autoridades, y su pequeña operación de contrabandeo de armas se vería arruinada.

De entre las personas, surge la figura de Makaiju, con su espada, igual a la de Saito, desenfundada, y mirándolo con detenimiento. Makaiju, se acercó a él lentamente, con una sonrisa en el rostro.

Makaiju: ¿Contrabandeo de armas?, casi, pero creo que se ha equivocado de lugar.

Saito: O bien, perdón, no contrabandean armas, ¿Cómo lo llamaría?, Cargamentos ilegales, sujetos armados con espadas y rifles, esto o es contrabandeo de armas, o complot contra el gobierno, ¿cuál te gusta más?

Makaiju (Sonriendo): Creo que lo de complot contra el gobierno, es lo más cercano.

Saito: Me pareces familiar, ¿qué edad tienes?, creo que eres lo suficientemente viejo, como para haber peleado a finales de la Era Edo, ¿o me equivoco?

Makaiju: Muy cierto era apenas un joven de 15 años, pero aún así, yo pelee hasta casi morir, a lado del Grupo Shinsen.

Saito (Sorprendido): ¿Grupo Shinsen?

Makaiju: Me conocen como Saigo Makaiju, pero mi verdadero nombre es Kiosato, Saigo Kiosato, y fui un soldado de la tropa número 2 del grupo Shinsen, aunque jamás llegue a ser un capitán como usted.

Saito se quedó muy sorprendido; la verdad, había llegado a pensar que era el único que quedaba del Shinsengumi, y no esperaba encontrarse con otro sobreviviente.

Los hombres armados se acercaban lentamente hacía Saito, apuntándolo con sus armas.

Saito: Jajaja, sabes, por un momento casi te creí, pero la verdad me es difícil asimilar que un miembro del grupo Shinsen, recurra a gorilas con rifles, para ganar un combate.

Makaiju: ¿En serio?, "Honradez y Justicia, Valor Heroico, Compasión, Cortesía, Honor, Sinceridad Absoluta, Deber, y Lealtad"... ¿Olvido algo?, porque la verdad hace mucho que no lo pronunció completo.

Saito: ¿Crees que me impresionas?, te puedes saber de memoria el Bushido... ¡¡Pero eso no quiere decir que sepas lo que significa!!

Saito salto en contra de Makaiju, listo para atacarlo; cuando esto ocurre, los hombres tienen la intención de dispararle, pero Makaiju le dice que se detengan. Makaiju, se cubre los sucesivos y veloces golpes de la espada de Saito. Su combate se lleva acabo en toda la cubierta del barco.

Makaiju: Bien, te diré algo, te mostraré algo que te quitará de todas tus dudas.

El contrincante de Saito, se puso en una posición muy familiar para él; sujeto el mano de la espada con la mano izquierda, coloco la espada en un ángulo horizontal, y coloco su mano derecha enfrente; era el Gatotsu.

Makaiju: ¿La conoces?, creo que sí, pues todo miembro del Grupo Shinsen la sabe.

Saito se quedó viendo la posición por algunos segundos, sin perder compostura. Sin decir nada, se puso en la mismo posición para acertar la misma técnica.

Makaiju: ¡No me digas que esperas contraatacar el Gatotsu con otro Gatotsu!, jamás había visto algo más tonto.

Saito: Ya, veremos.

Makaiju (Avanzando hacía Saito): ¡¡Si eso quieres!!

Ambos se acercaron el uno al otro usando el impulso del Gatotsu. Cuando parecía que las dos técnicas iban a chocar, la espada de Saito se desvía: en lugar de ir derecho, empieza a ir para abajo, directo a la pierna de su oponente; y como el se agacha, junto con su espada, el ataque de Makaiju, solo llega a rozarle el hombro derecho. Makaiju cayó al piso, herido de la pierna, y muy sorprendido por lo que acababa de suceder.

Makaiju: ¡¿Qué fue lo que ocurrió?!

Saito: Una característica del Gatotsu, es que por la forma en que se hace el ataque, y en la posición en que tomas la espada, es muy sencillo cambiar el ángulo del ataque, tal como te lo he demostrado.

¿¿¿¿¿:Sé ve que aprendiste muy bien, eres un digno capitán del grupo Shinsen.

Un voz, detrás de Saito, hizo que se el helara la sangre. Dio media vuelta, hasta donde estaba la plancha para subir al barco, y se escucharon los pasos de alguien que subía. Vestido con un Ge de samurai, con la parte de arriba morada, y la de abajo café, con una clase de abrigo azul, con blanco en las mangas, estaba Daimyo, con una expresión fría, y seria. Al verlo, los ojos de Saito se abrieron y parecía estar, asustado, algo demasiado raro en una persona como él.

Saito: No, no puede ser, tú estas muerto...

Daimyo: "Gi, Yu, Jin, Rei, Meyo, Makoto, Chugo", es obvio que aquel que lo creo, lo conozca muy bien, sepa su significa, y crea ciegamente en él.

Saito: Tú, no puedes ser, no...

Daimyo: Así como Goro Fujita, es un nombre que tu usas para que no te relacionen con Hajime Saito, Daimyo Akai es solo un nombre, con el que me pude mezclar con los militares del gobierno; mi verdadero nombre es Hijitaka, Toshozo Hijitaka...

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