"La dulce venganza"
Por Lydia

 

¡Ah...!.- ¡Boom!
Vegeta se desmayó exhausto tras recibir varios impactos de sus propias ondas. Cuando por fin recuperó la conciencia se dirigió pesadamente hacia la puerta de la cámara de la gravedad y avanzó por el jardín.
- Me daré un buen baño y después seguiré entre...¡Uh!- Cayó al suelo. Estaba tan cansado y dolorido que sus piernas no le respondían, por lo que pensó que lo mejor sería quedarse allí el tiempo suficiente como para recuperar algo de fuerza. Podría pedir ayuda pero... Eso era algo impensable para el príncipe de los saiyajins.
Mientras permanecía ahí tirado llegaron hasta sus oídos los gritos de una tremenda discusión:
- ¡... Y será mejor que en mucho tiempo te olvides de pasar por aquí!
- Vamos Bulma, yo sé que en realidad no quieres esto... Escucha, Vamos a hablar, ¿de acuerdo?... Yo te...
- ¡Qué! ¿Me vas a decir que "me quieres"? ¡Esas palabras no significan nada viniendo de alguien como tú!-Entonces Bulma le lanzó un cenicero que dio justo en el blanco.
- ¡Ay! Serás bruta... - le dijo Yamcha enfadado frotándose la dolorida frente.- Déjame al menos explicarme...
- ¡No quiero oír nada! Siempre es lo mismo y ya estoy harta. Además, me he dado cuenta de que ya no me importa que te vayas con otras, por mi te puedes ir con quien quieras.
- ¿Qué quieres decir con eso? ¿Que hemos terminado...?- preguntó Yamcha temiendo su reacción.
- Exactamente. Ya no te quiero, sólo me das asco.- Respondió ella con una mirada fría y decidida.
Ante esto Yamcha no tuvo más remedio que darse media vuelta y dirigirse hacia la puerta. Al llegar a ella se volvió a mirar a Bulma, pero ella seguía con aquel mismo semblante. Enfadado salió dando un portazo y se dirigió hacia su nuevo coche con la mirada hacia abajo.
- ¡Y no te atrevas a dar esos golpes!-Le gritó Bulma saliendo también de la casa y sujetando en la mano un trozo del cenicero roto en señal de amenaza.
Se quedó allí parada mientras veía alejarse el coche en la noche. Después toda su fuerza y determinación parecían haberse esfumado y las piernas le empezaron a temblar, por lo que se tuvo que sentar. No sentía pena por haber acabado su relación, pues desde hace un tiempo las cosas habían ido de mal en peor, sentía rabia a la vez que una gran soledad.
Mientras Bulma se encontraba perdida en sus pensamientos Vegeta sonrió para sus adentros.
- "Ya era hora de que dejara a ese estúpido payaso, ju, ju, ju."
Al intentar incorporarse un poco unas hojas crujieron debajo de él. Esto provocó que Bulma se sobresaltase y que le lanzara lo que tenía en la mano, con la misma buena puntería de antes.
- ¡Ay! ¡Mierda!-exclamó una voz que le era bastante conocida- No sólo tengo que aguantar vuestros gritos sino que también lo que me tires... Maldita mujer...
Vegeta presionaba su costado derecho, donde había recibido el último impacto, y que estaba ya bastante dolorido tras su entrenamiento, pues era donde había recibido los impactos más fuertes.
Tras recuperarse de la sorpresa inicial Bulma se acercó corriendo y le tendió la mano para ayudarle viéndose correspondida con un "leve" manotazo por parte del príncipe.
- Deja que te ayude Vegeta, estás mal herido.
- Déjame en paz, no necesito tu ayuda...
- ¡Pero si ni siquiera puedes levantarte! Además estás sangrando, y te voy a ayudar a llegar a una cama lo quieras o no.
Ante esto Vegeta no pudo protestar, por lo que pasó su brazo izquierdo por detrás de la cabeza de ella y se dejó guiar al interior.
- ¡Eres un irresponsable! ¡¿Es que acaso quieres matarte?! Siempre igual...
- ...
Tras grandes esfuerzos por parte de ambos consiguieron llegar a la habitación de Bulma, que era la más cercana, y le ayudó a tumbarse en la cama. Mientras ella buscaba como en muchas otras ocasiones el botiquín, Vegeta seguía apretando su mano contra su costado.
- Déjame ver eso- le pidió Bulma mientras le cogía la mano para intentar retirársela.
- Ni lo sueñes.
Bulma no tenía ganas de discutir más por esa noche, así que suspiró y se sentó en la cama dándole la espalda. Esto extrañó a Vegeta, ya que siempre que le curaba él se negaba al principio, pero, tras insistir, Bulma siempre conseguía que cediera.
- Grrr... Está bien... - le dijo retirando lentamente su mano de la fea herida. - Ya puedes hacer lo que quieras...
Se quedó esperando una respuesta pero lo único que pudo oír fue un leve llanto y notó como las lágrimas se deslizaban por las mejillas de ella. Era un llanto silencioso y parecía también desesperado.
- ¿Te encuentras bien?- preguntó con su típico tono frío. Al no obtener respuesta replicó indignado:
- ¡Es que ni siquiera vas a dirigirme la palabra...! Te he hecho una pregunta.
Bulma se volvió hacia él y nada pudo decir antes de romper a llorar desconsoladamente. Ella se abrazó a parte de la almohada mientras Vegeta se encontraba inmóvil a su lado. No sabía qué hacer, qué decir.
"Maldita humana, es que no puede esperarse a llorar cuando nadie la vea... Grrr..."
- Bu... Bulma... Ya está bien, ese maldito payaso no merece ninguna de tus lágrimas, son demasiado para un tipo como él. - " ¿He dicho yo eso?"
Estas palabras no consiguieron consolarla, aunque sí sorprenderla, pues nunca habría esperado algo así de él. Al ver que seguía llorando lo único que se le ocurrió fue incorporarse como pudo y dejar que ella se acomodara en su pecho, aunque no la abrazó, eso sí que no...
Bulma no rechazó ese gesto y al sentir el pecho del fuerte guerrero algo dentro de ella se estremeció haciendo que se sintiera...¿segura?. Sí, le dio paz y seguridad, cosa que nunca habría imaginado viniendo de aquel que amenazó con matarla en Namek.
Por su parte Vegeta notaba como sus lágrimas se escurrían también por su torso empezando a sentir una serie de escalofríos.
" ¿Es que nunca va a parar?"- Aunque en el fondo no quería que parase, pues le agradaba tenerla tan cerca de él.
Después de unos minutos el llanto cesó por completo y Bulma empezó a levantar la mirada encontrándose con los ojos de Vegeta.
- ¿Has terminado ya de desahogarte?- preguntó secamente. Ella no le respondió pero sí sonrió, cosa que le puso nervioso.
- Perdona...Vaya, será mejor que te cure esa herida antes de que se te infecte.- Dicho y hecho Bulma comenzó a vendarle con cuidado mientras pensaba en las palabras de Vegeta antes de atraerla hacia él. " Nunca pensé que le importara en lo más mínimo lo que me pase, ¿es que acaso ha cambiado?"
Una vez terminada su tarea se quedó mirando al príncipe, el cual mantenía la mirada fija en el techo pensando en por qué se estaba comportando así, por qué un temblor le recorría en ese momento todo el cuerpo.
Al advertir que le observaba fijó su mirada en la de ella recobrando ese semblante frío y serio.
- Ya está curado. Deberías descansar por unos días para recuperarte por completo, sería lo mejor.
- ¿Es que acaso he pedido tu opinión? No necesito que nadie me de consejos. Vete.
- En fin, por lo menos no puedo decir que no lo he intentado... Y, por cierto, el que se tendría que ir eres tú, ya que esta es mi habitación y... ¡Vegeta!
Vegeta acababa de perder el conocimiento, el rato que había permanecido sentado había perdido bastante sangre y ahora eso le pasaba factura. Bulma intentó despertarle pero tras ver su cara de cansancio le tumbó del todo, con algún que otro esfuerzo, y se recostó a su lado. No entendía por qué pero sentía que al fin y al cabo aquella no fue una de sus peores noches.
Y con estos pensamientos se quedó profundamente dormida.


* * *


Eran más de las 10 de la mañana cuando el príncipe de los saiyajins despertó. Le dolía todo el cuerpo y la cabeza parecía que le iba a estallar.
- "¡Ah! Mierda, no recuerdo que ayer me encontrara tan mal... Además no me ha sonado el despertador para ir a entrenar... aunque no creo que hoy pueda hacerlo. ¿Por qué noto ese peso en el pecho?"
Vegeta abrió los ojos y pudo ver la cabeza de Bulma apoyada sobre él. Esto le hizo recordar todo lo acontecido la noche anterior y sin darse cuenta sonrió levemente.
- " Ya sé por qué no me ha sonado el maldito despertador...Y ahora cómo hago para deshacerme de ti..."- Vegeta comenzó a moverse con cuidado, no para no despertarla, sino porque sentía como su costado le ardía de dolor. Algo más desvelada Bulma empezó a desperezarse pero sin abrir todavía los ojos. Se giró bruscamente, con tal mala suerte que se apoyó de lleno en la herida del saiyajin.
- ¡Ahhhhhhh!- gritó haciendo que ella se levantara de un salto.
- ¡¿ Qué pasa?! ¡¿ Quién anda ahí?!
Bulma se giró y vio a Vegeta con las manos apretadas sobre unas vendas manchadas de sangre, con lo que se despejó por completo y se acercó a él para observar la herida.
-¡Quieres estarte quieta! ¡Mira lo que has hecho!
-¿Lo que he hecho...? Si tú no maltrataras tanto tu cuerpo yo no tendría que estar curándote y no te quejarías tanto.
-¡Lo que yo haga o no con mi cuerpo no es asunto tuyo! Además, ¿ se puede saber qué es lo que hacías encima mía? ¿Acaso te he dado permiso para acercarte tanto?- "Por qué le he dicho esto?"
-Perdona...- respondió ella en tono burlón- , es que había olvidado que el gran príncipe de los saiyajins no permite que nadie se acerque a él, no sea que descubra que no es tan malo como quiere parecer...
-Grrrr......- "¿Eso es lo que cree?."
Ambos se quedaron mirando con cara de enfado formando un cuadro divertido. Mientras él se encontraba echado hacia el borde de la cama cogiéndose el costado, ella estaba de rodillas en medio de la cama con los brazos en la cintura y con el pelo revuelto.
-Será mejor que me dejes ver esa herida y que te pueda cambiar las vendas, de lo contrario podría infectarse.
-Está bien. Pero date prisa en terminar que no quiero seguir viendo tu cara.- Tan simpático como siempre ^ ^!.
-" Será desagradable..."- Bulma recogió el botiquín del suelo y buscó nuevas vendas, las últimas que quedaban. " Tendré que comprar más porque seguro que seguirá con ese inofensivo entrenamiento"
-Antes de que te cure debes lavarte la herida. Ahí tienes un baño, dúchate y lávatela bien para después poder curarla debidamente.
-" Quién se ha creído que es para darme órdenes"- Sin embargo el guerrero no dijo nada y se fue a duchar. Además, eso le serviría para recuperarse y poder descansar un poco más.
Mientras tanto Bulma salió dejándole ropa limpia en una silla enfrente del baño, pues no iba a dejar que el "principito" volviera a ponerse esa ropa de entrenamiento, por lo menos hoy no, necesitaba descansar aunque él no quisiera admitirlo.
"¡¡RINNNNNGGGGG!!"
¿Quién será ahora? Se acercó corriendo para coger el teléfono, pero en cuanto supo quien era se dibujó en su rostro una seria expresión.
-Ah, eres tú... - dijo Bulma en tono seco.
" Escúchame Bulma por favor... Por qué no quedamos y hablamos de todo tranquilamente. Ayer estabas demasiado alterada y no sabías lo que decías. Dame por lo menos una oportunidad para explicarme. ¿Qué me dices?"
-"¿Qué te de una oportunidad? Cuantas van ya..." Mmmm... De acuerdo.
" ¡Estupendo! Paso a buscarte sobre las 12:30 para invitarte a comer."
-No, dime un sitio y yo iré. No hace falta que vengas a buscarme. "Te vas a llevar una pequeña sorpresa..."
"Eh... Vale. ¿Te parece bien a la entrada del parque de atracciones? Por alrededor hay buenos restaurantes."
-"¿Buenos restaurantes? Si lo único que hay son pizzerías y hamburgueserías" Muy bien, nos vemos allí sobre las 12:30. - Y sin esperar a que pudiera decir nada colgó el auricular. - A las 12:30....
-¿Has vuelto a quedar con ese payaso?
-¡Vegeta...! - dijo sobresaltada.
Vegeta había escuchado gran parte de la conversación, pues iba de camino a la cocina para saciar el enorme apetito que tenía cuando la oyó hablar. Se había puesto los pantalones claros que ella le había dejado y la camisa negra sin abrochar, ya que todavía le tenía que curar.
Al verle vestido como un humano normal sonrió y se acercó a él, que se encontraba apoyado en la pared con los brazos cruzados.
-¿Ya has terminado? Has sido muy rápido.
-Te he hecho una pregunta.- " Por qué insisto, en realidad no me importa lo que haga o no"
-Esto....- " ¿Por qué quiere saberlo? Es que acaso está preocupado por mi... Pero qué tonta soy, cómo puedo pensar eso." -, he quedado con él, sí. ¿Y qué?
-Que espero que sea para dejar las cosas en su sitio- "¿?... Pero qué digo"
-Eso no te incumbe a ti- "¿Mmmm...?"- ¿Por qué dices eso?
-Pues porque me estoy muriendo de hambre y si no vienes a tiempo para preparar la comida tendré que preparármela yo.- "Vaya, podría habérseme ocurrido algo mejor"
-" Ya decía yo que era muy raro que se preocupase por mi"- En fin... No merece la pena contestar...
-De acuerdo, pero por lo menos prepara algo de desayuno, tengo el estómago completamente vacío.
-¿Y por qué habría de hacerlo? ¿Es que te crees que estoy a tu servicio?
-"No sé para qué hablo, pero va a ver ahora"- Es lo mínimo que deberías hacer tras haberme dado ayer con aquel trozo de cenicero. Además si conseguiste pegar ojo fue gracias a mi, pues de lo contrario habrías estado pensando en ese imbécil toda la noche.
-¿Gracias a ti...? Seguro....
-...
-Muy bien, te prepararé un pequeño desayuno...
-"¿Pequeño? Espero que no lo diga en serio"
-Pero tú tendrás que hacer algo a cambio.- le sonrió malévolamente. - Y me tendrás que contestar ahora, mientras te vendo.- "Así no podrá escapar."
-"¿Qué querrá ahora? No sé si fiarme o no, pero cuando dice que le conteste mientras me tapa la herida eso significa que no quiere que me vaya sin responder...Grrr...." - ¿Qué demonios quieres?
-Quiero que vengas conmigo.
-¿Ir contigo adónde? ¿A encontrarte con ese gusano?
-Exactamente.
-¿Por qué quieres que vaya? No creo que sea para actuar como guardaespaldas, no tendría ni para empezar con él.
-Ni mucho menos, es sólo que no quiero ir sola, por si los nervios me traicionan.
-¿Y no te puedes buscar a otro?- "No sé si fiarme...Tengo la impresión de que no me lo está diciendo todo..."
-Vamos, qué te cuesta. Además, que todavía estés aquí significa que hoy no piensas ir a entrenar y, bueno... conozco un restaurante donde te ponen unos platos deliciosos.
-De acuerdo, mientras haya comida de por medio...- "¿Qué puede pasar?"- Pero dame algo ahora.
Tras vendarle Bulma se dirigió a la cocina con una sonrisa triunfal, pensando en la sorpresa que se llevaría Yamcha. Mientras tanto Vegeta esperaba impaciente el desayuno de aquel extraño día.


* * *


A las 12:10 salieron de la Capsule Corporation para dirigirse al lugar de la cita en un impresionante deportivo al que Vegeta se subió de un salto.
-¡Existen las puertas!- le regañó Bulma.
-Bah...
Durante el camino Bulma intentó mantener una conversación con el saiyajin, pero lo único que conseguía eran respuestas secas y cortantes, con lo que se calló al rato. Cada uno estaba sumido en sus propios pensamientos. Bulma intentaba concentrarse en el plan que había tramado aquella mañana después de la llamada de Yamcha. Por su parte Vegeta se preguntaba una y otra vez por qué no había podido todavía transformarse en supersaiyajin, aunque eso no era lo único que le preocupaba en esos momentos.
Llegaron a su destino 7 minutos antes de lo acordado, con lo que Bulma decidió sentarse en un banco a la espera. Vegeta por su parte permaneció de pie con la mirada perdida en el cielo.
-¿En qué piensas?- preguntó Bulma con curiosidad al observar el semblante del guerrero.
-En nada que a ti teimporte.
-Ya estamos con lo de siempre, se nota que ya estás mejor.
-Muy graciosa.
En esto Bulma vio cómo se aproximaba un coche azul por la carretera que sin duda pertenecía a Yamcha, pues era el último modelo que había sacado su empresa. Sin pensárselo dos veces se acercó a Vegeta, que se la quedó mirando con cara de extrañeza.
-Perdona por convertirte en un conejillo de indias, pero esta es la única forma de que comprenda en parte todo el daño que me ha hecho.
Sin decir nada más Bulma juntó sus labios con los del sorprendido príncipe, el cual no pudo moverse, pues un escalofrío le recorrió todo el cuerpo.
-"Perdona por hacerte esto pero... Tus labios son muy cálidos para lo frío que eres..."
-"Pero que está hacien... Vaya, no está mal..."
El tiempo se detuvo en ese momento para ambos y de no haber sido por el grito de un sorprendido Yamcha no sabrían cuanto hubiera durado aquel beso.
-¡Pero qué estás haciendo! ¡Es que acaso te has vuelto loca o qué!
-¡Yamcha!- exclamó sobresaltada Bulma separándose. No había contado con que aquello le podría llegar a gustar de esa manera.
-Para eso querías que quedáramos, para decirme que me dejas no porque yo haya estado sólo de paseo con una amiga, sino porque tú estás con ese monstruo.
-Eso no es cierto, pero ahora ya sabes cómo me sentía yo cuando te veía besar a otra mientras dabas eso a lo que tu llamas "sólo paseos con amigas".
Mientras la ex pareja discutía Vegeta seguía inmóvil. Ni siquiera reaccionó cuando Yamcha se dirigió a él como un monstruo. Sólo podía pensar en todo lo que había sentido hace un instante, cuando su rostro estaba pegado el de Bulma. No sabía por qué pero aquello le había gustado, aunque él siempre había creído que esas cosas no eran más que estupideces. Cuando aquel extrañó temblor dejó de removerle las entrañas consiguió escuchar la última parte de la discusión.
-Esta claro que no podemos seguir así- continuó Yamcha.- Es mejor que nos demos una última oportunidad y que ambos demostremos ser fieles estableciendo una serie de normas...o cosas que tengamos que hacer.
-No Yamcha, esta vez no. No quiero seguir saliendo contigo. Como siempre tus promesas parecen ir en serio pero yo sé que no es así.
-Déjame que te demuestre lo contrario.
-Eso ya no me vale. Además, aunque volviese contigo ya nada sería como cuando te conocí. Ahora sólo eres alguien a quien conozco y puede que en cuanto se me pase el enfado te vuelva a considerar como una especie de amigo, pero no me pidas que vuelva contigo, porque no lo haré.
-Ya veo... Ese cara de mono te ha absorbido el cerebro- replicó con ironía mientras le miraba furiosamente. - En fin, espero que no te mate.
-No lo creo. Y para que lo sepas sólo lo he hecho para devolverte la moneda, aunque puedo decir que prefiero sus labios a los tuyos, por lo menos nunca me ha mentido.
Dicho esto Yamcha no pudo hacer otra cosa que ir mascullando entre dientes hacia su coche dejando allí a Bulma y a un inmóvil Vegeta. Se alejó definitivamente de allí y tras unos instantes Bulma se volvió para mirar al príncipe de los saiyajins encontrándose con su dura mirada.
-Eh...Esto... Lo... lo siento pero... no se me ocurría otra cosa así que...
-Vuelve a hacerlo
-¡¿Cómo dices?!
-He dicho que vuelvas a hacerlo, pero esta vez no te apartes tan bruscamente.- "Definitivamente me he vuelto loco, ...pero hay algo que tengo que comprobar"
-Si tu quieres... - " No sé si debo, antes me ha dado un vuelco el estómago y no sé si esto está bien. Sin embargo estoy deseándolo, con Yamcha no había sentido esto, ¿por qué?"
Esta vez fue él quien se empezó a aproximarse ladeando la cabeza ligeramente. Sus labios volvieron a rozarse pero ahora los dos se juntaron más, de forma que podían sentir incluso los latidos del otro. Cuando se quisieron dar cuenta no sólo estaban besándose, sino que mientras Vegeta rodeaba la cintura de Bulma ella le acariciaba la cabeza.
-"Vuelvo a sentir aquel temblor de antes... ¿por qué esta simple humana hace que me ocurra esto? No lo entiendo..."
-"Estoy mareada, todo me da vueltas, hay algo que me recorre todo el cuerpo cada vez que noto como su boca saborea la mía. Acaso me estoy ... No lo sé pero... lo que sí sé es que me siento... ¿feliz? Sí, nunca nadie me había hecho sentir así."
Se separaron poco a poco manteniendo los ojos cerrados, saboreando todavía aquel beso. Cuando Bulma los abrió pudo ver como los ojos de él se fijaban en los suyos descubriendo una nueva mirada que nunca antes le había visto y que sólo duro unos instantes. Antes de que pudiera decir nada Vegeta le sonrió y salió volando dejando a una confundida Bulma de pie ante aquel banco.
El príncipe de los saiyajins se alejaba rápidamente de allí deteniéndose por fin en una alta montaña, donde se quedó inmóvil mirando al horizonte.
Por su parte Bulma volvió a su coche y se puso al volante pero sin arrancar, en esos momentos lo último que hubiera podido hacer era conducir.


* * *


Ya ha pasado más de un mes desde aquello y durante todo este tiempo parece que nada ha cambiado, aunque en realidad ambos saben que eso no es del todo cierto. Vegeta seguía con su duro entrenamiento, frustrado porque veía que su fuerza había llegado a un punto en el cual no podía aumentarla más sin que se convirtiera en supersaiyajin, cosa que todavía no había logrado. Bulma continuaba con sus trabajos en el laboratorio y con sus discusiones y sermones a un Vegeta que cada vez salía peor de la cámara de la gravedad.
Un día lluvioso toda la ciudad sufrió un tremendo apagón que parecía iba a tardar mucho en solucionarse.
-Grrr... No me extraña que los humanos tengan esta tecnología tan atrasada. Ni siquiera son capaces de arreglar un simple apagón.- refunfuñaba Vegeta mientras salía de la cámara.
-En fin, seguiré entrenando bajo la lluvia, por lo menos en el jardín hay espacio suficiente.
Y dicho y hecho comenzó a moverse de un lado para otro lanzando rápidos ataques de puño y pierna. Sin embargo poco después se quedó quieto.
-"Así no conseguiré nada. ¡Maldito Kakarotto! ¿Por qué el sí pudo transformarse si sólo es un guerrero menor? ¿Por qué? Y que hay de ese chico, no es un saiyajin pero aun así..."- No, yo soy el mejor guerrero, soy un príncipe, no dejaré que esos me superen. ¡No la permitiré! ¡¡¡¡¡¡AHHHHHHHHHH!!!!!!
-¡Qué es este temblor...!- preguntó Bulma mientras se sujetaba a una mesa. Tras unos momentos todo volvió a la normalidad y Bulma salió corriendo de la casa, encontrándose a un exhausto Vegeta tirado en el suelo.
-Otra vez tú... ¿Es que no vas a parar nunca?
Pero Vegeta no respondió, sólo sonreía, por fin lo había conseguido. Había liberado todo su odio y se transformó en supersaiyajin por unos instantes. Era de nuevo el más fuerte.
-¿De qué te ríes ahora..?
-Ju, ahora no hay nadie que pueda vencerme. Prepárate Kakarotto, cuando acabe con los androides iré a por ti.
-Acaso eres...¿has conseguido transformarte en supersaiyajin?
No contestó, pero se volvió a mirarla de modo que ella pudo ver un nuevo brillo en sus ojos acompañado de una sonrisa victoriosa. Se acercó a él para comprobar si esta vez no se había hecho nada.
-No te preocupes, estoy perfectamente, no tengo nada. Lo único es que me encuentro algo cansado pero eso ahora no importa, mañana ya estaré recuperado del todo. - Se incorporó y se quedó sentado mirando al cielo con una pierna estirada y un brazo apoyado sobre la que estaba doblada.
-Vamos dentro Vegeta, aquí nos estamos empapando.
Él no se inmutó, así que Bulma resopló y se encaminó hacia la casa.
-¡Espera!- la llamó sin cambiar de posición.- Quédate aquí un rato, me vendrá bien algo de compañía.
-Creo que eso de llegar a ser un supersaiyajin te ha trastornado. En fin, no tengo nada mejor que hacer.
Se dio media vuelta y se sentó junto a él observando su rostro, el de alguien seguro de si mismo. Su corazón empezó a latir con más fuerza.
-Oye, si quieres coger una pulmonía me parece bien, pero no me hagas enfermar a mi también.
-Puedes irte cuando quieras, te recuerdo que no te he obligado a que te quedaras, simplemente te lo he pedido, así que no tienes nada que echarme en cara.- le respondió volviéndose para mirarla, advirtiendo entonces su cara de sorpresa.
-¡Ja, ja, ja, ja!
-¿Y ahora de que te ríes?
-De tu cara, parece que has visto a un fantasma o algo así.
-Mmmm.... Lo que pasa es que nunca creí que pudieras ser tan... tan...
-¿Interesante? ¿Fascinante? ¿Atractivo?
-Iba a decir tan creído y arrogante, para que te enteres.
-... - "Qué simpática..."
-Además, ahora que me doy cuenta jamás te había oído reírte así. ¿Seguro que te encuentras bien?
-Por supuesto. El hecho de que no ría a menudo es que tengo un humor un tanto especial y no cualquier tontería merece una de mis sonrisas.
-No tienes remedio... Bueno, y ahora que por fin has conseguido lo que querías qué piensas hacer. ¿Vas a seguir entrenando todos los días?
-¿Acaso lo dudas? Esto es sólo el primer paso, a partir de ahora tengo que controlar este estado y poder llegar al máximo poder posible. Seré el guerrero más fuerte de todo el universo.- explicó Vegeta cerrando el puño.
-¡Ja, ja, ja!
-¿Es que acaso he dicho algo gracioso?- preguntó algo molesto por la reacción de Bulma.
-No es eso...ja, ja, ja... Es que oírte decir eso mientras estás tirado en el suelo y empapado resulta bastante divertido.
-... Pues porque tú no te has visto...
-¿Cómo dices?
-Estás también empapada y además... llevas una camiseta blanca, con lo que ... bueno... eh... se te transparenta todo... - observó Vegeta ruborizado sintiendo como subía por su cuerpo un intenso calor.
-¡Cómo te atreves!- le gritó Bulma cruzando los brazos por delante de su pecho y bajando la cabeza para que no advirtiera la vergüenza en sus ojos.
-Mírame - le dijo él levantándole la barbilla- No es nada de lo que me vaya a asustar.
Cuando Vegeta iba a retirar la mano ella se la sujetó, no quería que la soltara.
-Recuerdas aquel día en la puerta del parque de atracciones. Fue hace algo más de un mes y yo todavía no consigo olvidarlo.- le recordó Bulma.
-La verdad es que ya ni me acordaba... - dijo Vegeta en tono bastante convincente, hasta él mismo casi se lo llega a creer.- Aunque creo que fue hace exactamente hace 36 días y unas 12 horas, ya que debe ser más de medianoche.
-"No es posible que él lo recuerde todavía..." - Me preguntaba si aquello llegó a significar algo par...
Sin ni siquiera poder terminar la frase Vegeta atrajo hacia sí a Bulma para darle un cálido beso mientras la lluvia caía incansablemente sobre ellos. Ella acariciaba aquel fuerte pecho desnudo mientras él deslizaba sus manos por debajo de su camiseta. Ambos sentían que un asfixiante calor recorría sus cuerpos, un calor que ni siquiera la lluvia que caía conseguía sofocar.
Bulma se echaba hacia atrás mientras Vegeta se colocaba por encima dejando correr sus manos por su cuerpo, despojándola de la camiseta. Se encontraban en un lugar donde cualquiera que pasara por la calle hubiera podido verlos al asomarse a la puerta del jardín, sin embargo ellos no eran conscientes de eso, pues lo único que les preocupaba era dejarse llevar.
-"Por qué no puedo detenerme... Y si es porque quiero llegar hasta el final... Creo que conozco la respuesta... "
-"¿Por qué le dejo que continúe si ni siquiera Yamcha lo consiguió? Es que acaso me he enamorado de él y no quiero reconocerlo... Mmmm... Ahora no puedo pensar..."
Hay estaban. Dos figuras desnudas a la luz de las estrellas y con el agua resbalando sobre ellos. En ese momento ninguno de los dos pensaba en otra cosa que no fuera el otro, en sus besos, su cuerpo.


* * *


Eran las 7 de la mañana cuando la lluvia comenzaba a ceder para dar paso a un nuevo día. En la ciudad del Sur sólo se oía el ronroneo de los coches de los que a aquellas horas se dirigían a su lugar de trabajo. Mientras tanto en el suelo del jardín de la Capsule Corporation había dos figuras, una al lado de la otra, con una sonrisa en sus rostros.
Los débiles rayos del sol empezaban a aparecer, haciendo que Bulma se desvelara.
-Ahhhh... Ya sale el sol... - se incorporó y sólo entonces se dio cuenta de su desnudez. Aturdida miró a su alrededor y clavó sus ojos en el cuerpo de aquel guerrero, el mismo que aquella noche la tuvo entre sus brazos. Sonrió y se puso los pantalones y la camiseta, que estaban todavía empapados.
-"Le taparé para que no se enfríe"- pensó mientras entraba en la casa a coger algo con que taparle. Se acercó a él y cuando se disponía a cubrirle le cogió la muñeca.
-No hace falta que hagas eso, me vestiré ahora mismo.
-De todas formas deberías colocártela por encima. Hace algo de frío y estás demasiado mojado.
-Se podría decir lo mismo de ti.
Cuando se hubo puesto la ropa que encontró, que consistía en sus pantalones de entrenamiento, se volvió hacia ella clavando en sus ojos su mirada y esbozando una sonrisa.
-Jamás pensé que una simple humana me hiciera perder la cabeza de esta manera. Deberías estar satisfecha.
-Estoy más satisfecha de lo que te crees, pero no sólo por hacerte perder la cabeza como tú dices, sino porque... porque... - bajó la cabeza. Estaba segura de lo que le iba a decir, pero no podía mirar aquellos intensos ojos negros mientras se lo decía.
-...
-Me he dado cuenta de que te quiero.
-"¡¡¡¡!!!!"- Esto... yo... eh...
-No tienes que decir nada, sé que para ti esto no debe ser nada fácil, aunque hay algo que tengo que preguntarte... ¿Sientes en parte lo mismo por mi, aunque sea en el fondo?
Vegeta retiró la mirada. Qué podía contestarla, quería decirle que sí pero no podía, algo en él no le dejaba expresarse. Se puso de lado y miró hacia el horizonte.
-No puedo contestarte a eso.
-¿Por qué no?
-Porque hasta anoche nunca antes había sentido nada igual y desconozco lo que es en realidad.
-Ya entiendo... De todas maneras hay muchas formas de decir "te quiero" sin articular una sola palabra.- Dicho esto le volvió a besar, pero esta vez él se retiró en seguida.
-Creo que me voy por una temporada.
-¡¿A qué viene eso ahora?!
-Necesito pensar por un tiempo y concentrarme únicamente en mi entrenamiento.
-Ya veo. Así que lo de anoche no significó nada para ti...- dijo con lágrimas en los ojos.- Fui tonta al creer lo contrario y pensar que eras diferente. ¡Eres igual que todos! No, eres mucho peor...
Echó a correr hacia el interior pero antes de poder avanzar siquiera un paso notó una fuerte presión en el brazo. Vegeta la estaba sujetando mirándola con cara seria.
-Si piensas eso quizá no merezcas lo que te voy a decir, sin embargo escucha bien, pues será la primera y la última vez que me oigas decir algo así.- El príncipe de los saiyajins bajó la mirada, no podía hablarle mirándola a la cara.
-Yo no sé lo que es eso que tu llamas "querer a alguien", de hecho nunca antes me había planteado una cosa así, sólo pensaba que las cosas como las de ayer se hacían únicamente para tener descendientes. Sin embargo... - su pulso se aceleró y las manos empezaron a temblarle, al igual que su voz- ayer intenté no seguir adelante, pensar únicamente en mi nueva condición de supersaiyajin, en cómo debo entrenar para ser el mejor pero... cada vez que notaba como tu cuerpo se movía junto a mi el corazón me daba un vuelco, y lo único que podía desear eras tú.
-Necesito tiempo para volver a ordenar todos mis pensamientos, ya que tú has conseguido romperme todos los esquemas. Jamás te diré abiertamente lo que siento, no porque no quiera, sino porque no puedo. Sin embargo sólo con una mirada sabrás que es lo que quiero decirte. Los ojos nunca mienten, por eso no soy capaz de mirarte a la cara. Podrías ver en ellos algo que ni tan siquiera yo he visto.
Sin nada más que decir Vegeta volvió a besarla tiernamente. Se retiró y entró en la casa para coger ropa nueva. No tardó mucho , pues sólo necesitaba un traje de combate, con lo que salió por la ventana mientras Bulma le veía alejarse.
-Hasta pronto príncipe. Ahora sé que volverás. - Sus labios esbozaron una sonrisa de felicidad mientras se encaminaba hacia su habitación. Al fin y al cabo le había dicho más de lo que ella hubiera podido esperar.


Fin

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