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EL UNICORNIO AZABACHE

Vereis... hay un claro, en medio de un bosque, en el que habitan los unicornios.

Los unicornios ¡¡¡son unos animales hermosísimos!!!
Sus cuerpos totalmente blancos, con un cuerno del color del marfil...
pero son muy tímidos, por eso poca gente los ha visto.

Bueno, pues ocurrió una vez que nacio un unicornio diferente, un unicornio de color negro.
Los unicornios, viendole tan raro, se reían constantemente de él, y el pobrecito estaba muy solo.

Así pues, decidido, un dia se marcho de allí.

El unicornio Azabache se preguntaba qué habréa hecho él para ser tan raro,
por qué no podéa ser normal, como los demás.

Así que, trotando y trotando, llegó cerca de una cabaña.

El unicornio se acercó a la cabaña, y se encontró con una mujer ya entrada en años.
Al verla se asustó un poco.. no era ni una ardilla ni un pajaro, ni mucho menos un lobo...
¿que podría ser?

La mujer le sonrió, y le invitó a acercarse a ella.

Aún temeroso, el unicornio se acercó.
Ella le explicó que era víctima de un hechizo que le habia arrojado una bruja.
En realidad era una joven princesa apartada de su palacio,
y obligada a vivir sola en la cabaña del centro del bosque.

¿Qué podría hacer yo para eliminar el hechizo? le preguntó Azabache.
Ella le explicó que en las monañas, alla a lo lejos, vivia un dragón...

Bueno, los dragones se caracterizan porque son magicos,
pero también muy caprichosos,
y solamente ayudan a la gente cuando le caen bien.

El unicornio pensó: ¿Cómo podré conseguir caerle bien?
Si soy tan raro, y de este color tan feo, ¡¡se reirá también de mí!!

El unicornio, entonces, decidió untarse todo el cuerpo de blanco, y el cuerno también,
pensando que así conseguiría caerle bien al dragon,
y fué a visitarle a su cueva.

El dragón se volvió...
le miró con ojos fieros, y le preguntó: ¿Qué haces, que vienes a molestarme?
El unicornio le dijo que necesitaba pedirle un favor.
- ¿Por qué debería hacer nada por tí? - respondió el dragón
- ¿Qué tienes tú de especial para merecerlo?

El unicornio entonces se sintió vulgar y gris.
Al fin, ahora que se sentía un unicornio normal, se daba cuenta de algo.
¡¡Había perdido todo lo que tenía de especial!!

No conseguiría nada, pero se dio cuenta de una cosa:
¡Él era especial! y le importaba poco que el dragon pudiera reirse de él.

En cuanto lo vió de nuevo, el dragón se sorptendió:
¡¡Un unicornio valiente!! ¡¡eso sí que era especial!!
El dragón se dio cuenta enseguida, y le concedió deshacer el hechizo.

Total, que el unicornio, de vuelta al claro del bosque,
se encontró de nuevo con el resto de los unicornios.
Pero, ¡no hay muchos unicornios que hayan hablado con un dragon!
Así que, con la frente alta, luciendo su color con orgullo,
los demás unicornios ya no se burlaban de él,
sino que todo el mundo le admiraba, y envidiaban su coraje y su orgullo,
e incluso hubo algunos unicornios que se embadurnaron de negro el cuerpo para ser como él.

bueno... y desde entonces hasta ahora ha sido un unicornio feliz :)
 

Baby